Las 6 enfermedades y problemas de tiroides más comunes

La glándula tiroidea causa varios trastornos. Algunos frecuentes y casi inofensivos y otros poco habituales pero graves.

En este artículo repasaremos lo más importante a saber sobre esta glándula y las enfermedades que puede provocar.

Lo que debes saber sobre la Tiroides

La tiroides es una pequeña glándula con forma de mariposa hallada sobre la tráquea, debajo de la manzana de Adán.

Forma parte del complejo sistema endocrino responsable de coordinar y administrar actividades en el organismo, produciendo hormonas que participan en varios procesos metabólicos. Su peso en adultos suele variar de entre 15 y 30 gramos.

La glándula es afectada por varios trastornos. Cuando genera demasiada hormona tiroidea se habla de hipertiroidismo; cuando esa producción es escasa se le conoce como, hipotiroidismo.

Enfermedad de Hashimoto, enfermedad de graves, bocio y nódulos tiroideos, son trastornos que pueden ocurrir en la tiroides.

1. Hipertiroidismo

La principal condición del hipertiroidismo es una glándula tiroides hiperactiva, que produce excesivas cantidades de hormona.

Se estima que esta enfermedad afecta a cerca de un 1 % de las mujeres y que tiene menos incidencia en hombres.

Su causa más frecuente es la enfermedad de Graves que aqueja a 7 de cada 10 personas con tiroides hiperactiva, aproximadamente.

Los nódulos tiroideos y el bocio nodular tóxico o multinodular, se suman a la causa de la sobreproducción de hormonas en la glándula tiroides.

Síntomas

La excesiva generación de hormona tiroidea provoca desajustes en el organismo, con síntomas como inquietud, nerviosismo, sacudidas, corazón acelerado, irritabilidad e incremento de la sudoración. Se suman:

  • Ansiedad
  • Ojos saltones
  • Pérdida de peso
  • Debilidad muscular
  • Desórdenes del sueño
  • Adelgazamiento de la piel
  • Fragilidad de uñas y cabello

Diagnóstico y tratamiento

El hipertiroidismo se diagnostica con un examen sanguíneo en el que se revisan los niveles de la hormona tiroidea (tiroxina) y de la hormona estimulante de la tiroides (TSH).

La TSH es liberada en la glándula pituitaria para estimular a la glándula tiroides y promover su producción hormonal.

Mucha tiroxina en la sangre unida a un bajo nivel de TSH, será indicativo de hiperactividad tiroidea.

La enfermedad también se diagnosticará con la administración de yodo radiactivo, oral o por una inyección. Ningún método implica peligro.

Si la glándula tiroides toma una gran cantidad de yodo radiactivo para su producción hormonal, indicará una condición de hipertiroidismo.

Los tratamientos o bloquean la glándula para que se paralice la producción hormonal o la destruyen. También puede practicarse una cirugía de extirpación de la tiroides.

Los fármacos contra el hipertiroidismo como Metimazol (Tapazol) impiden la producción de hormonas en la tiroides.

La glándula podrá ser destruida con una dosis mayor de yodo radiactivo. Se ingiere una píldora que es atraída por la glándula dañándola irreversible.

Su destrucción o extirpación suponen el cambio a una condición de hipotiroidismo, por lo que el paciente necesitará ingerir diariamente la hormona tiroidea.

2. Hipotiroidismo

El hipotiroidismo es la condición contraria al hipertiroidismo, con una glándula tiroides poco activa que no produce suficiente hormona. El trastorno también lo sufren las personas con la glándula extirpada o desactivada.

Su causa más frecuente es la enfermedad de Hashimoto.

Aunque el hipotiroidismo tiene una elevada incidencia, la mayoría de los casos son leves. Los afectados pueden sufrirlo por años sin saberlo.

Se estima que la enfermedad afecta a 4,6 % de la población estadounidense mayor de 12 años.

Con base a este índice y con un ajuste por distribución etaria, significaría que en México habría 4,4 millones de personas con hipotiroidismo en 2018.

Síntomas

La menor producción de hormona tiroidea puede ocasionar síntomas como fatiga, resequedad de la piel, hipersensibilidad al frío, problemas con la memoria, depresión, estreñimiento y sensación de debilidad. Se suman:

  • Coma
  • Aumento de peso
  • Ralentización de la frecuencia cardíaca

Diagnóstico y tratamiento

Se diagnóstica con base en los niveles sanguíneos de tiroxina y TSH.

Un bajo número de la hormona tiroidea en presencia de una alta cantidad de TSH, será un indicativo de una tiroides poco activa.

Este cuadro también podría evidenciar que la glándula pituitaria trabaja excesivamente para liberar más TSH, en su intento por activar a la glándula tiroides.

El hipotiroidismo se trata ingiriendo medicamentos elaborados con Levotiroxina, la forma sintética de la hormona tiroidea.

Similar a como ocurre con la producción hormonal natural, una sobredosis de Levotiroxina ocasionará hipertiroidismo.

Lee nuestra guía sobre los 10 signos y síntomas del hipotiroidismo

 3. Enfermedad de Hashimoto

Descrito por primera vez en 1912 por el médico japonés, Hakaru Hashimoto, que lo llamó, bocio linfomatoso. Ahora se conoce como, tiroiditis linfocítica crónica o enfermedad de Hashimoto.

Este trastorno es una de las causas más frecuente de hipotiroidismo. Solo en Estados Unidos afecta a un 4,3 % de la población, cerca de 14 millones de personas.

La enfermedad es autoinmune y ocurre a cualquier edad con mayor incidencia en mujeres de 30 a 40 años.

La tiroiditis linfocítica crónica progresa lentamente hasta que termina por destruir la tiroides y su capacidad de producción hormonal.

Es posible que la condición no manifieste síntomas en su primera fase y que se estabilice en años con signos sutiles.

Otra de las complicaciones del diagnóstico es que los síntomas del trastorno no son específicos, siendo muchas veces confundidos con los de otras condiciones.

Síntomas

Fatiga, estreñimiento, depresión, resequedad de la piel, leve incremento de peso, adelgazamiento y resequedad del cabello, rostro pálido e hinchado, menstruación irregular y pesada, hipersensibilidad al frío y bocio.

Diagnóstico y tratamiento

Una primera evaluación se emprende con un examen de sangre en el que se miden los niveles de hormona tiroidea y de TSH.

Confirmado el hipotiroidismo, el médico puede diagnosticar la enfermedad de Hashimoto si hay presencia de anticuerpos anormales en el torrente sanguíneo, capaces de atacar la tiroides.

La enfermedad de Hashimoto no tiene cura y la medicación está orientada a aumentar el nivel de la hormona tiroidea, disminuir el de TSH y a aliviar los síntomas del trastorno.

Podría ser más conveniente extirpar parcial o totalmente la glándula tiroides si este está avanzado.

La condición puede ser detectada en fase temprana y mantenerse estable durante un largo periodo, por su lenta evolución.

Lee nuestra guía sobre la enfermedad de Hashimoto: Causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

4. Enfermedad de Graves

Esta enfermedad le debe su nombre al cirujano irlandés, Robert James Graves, que la describió por primera vez en 1835. En 1840, el médico alemán, Karl Adolph von Basedow, completó el cuadro.

La enfermedad de Graves es una afección autoinmune que provoca una sobreproducción de la hormona tiroidea. Es la principal causa de hipertiroidismo entre los estadounidenses afectando a cerca de un 0,5 % de la población.

No se descarta que se herede y aunque afecta principalmente a las mujeres de entre 20 y 30 años, puede manifestarse a cualquier edad, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

El embarazo, el estrés y el tabaquismo, son condiciones y hábitos que aumentan el riesgo de desarrollar la condición.

Síntomas

El cuerpo empieza a manifestar síntomas de aceleración con un exceso de tiroxina en el torrente sanguíneo, por lo que los signos de la enfermedad de Graves son los comunes al hipertiroidismo. Incluyen:

  • Bocio
  • Ansiedad y fatiga
  • Aceleración del pulso y alta presión arterial
  • Temblores en las manos y excesiva sudoración
  • Insomnio y deposiciones frecuentes o diarrea
  • Alteraciones en el ciclo menstrual
  • Problemas de visión y ojos saltones
  • Irritabilidad y aumento de la frecuencia cardiaca e irregularidad en la misma

Diagnóstico y tratamiento

Un primer examen puede permitir observar una tiroides agrandada, un pulso rápido y una alta presión arterial, síntomas comunes en la enfermedad.

Un segundo cuadro afín a la condición está representado por un alto nivel de hormona tiroidea y un bajo estándar de TSH en el torrente sanguíneo, comprobación que se hace con un examen de sangre.

Una tercera confirmación se gana al administrar yodo radiactivo al paciente. La alta absorción del yodo-131 es consistente con el trastorno.

No se conocen tratamientos que impidan los ataques del sistema inmunológico a la tiroides, desencadenando la sobreproducción hormonal.

Lo que más se puede hacer es combinar fármacos para controlar los síntomas del trastorno, entre estos:

  • Betabloqueantes para reducir la frecuencia cardíaca y controlar la sudoración y la ansiedad
  • Medicamentos para evitar que la tiroides produzca exceso de tiroxina
  • Yodo radiactivo para inutilizar parcial o totalmente la glándula tiroides
  • Cirugía de extirpación de la glándula tiroides, alternativa siempre disponible en caso de intolerancia a los fármacos o al yodo-131

Cuando es exitoso, el tratamiento del hipertiroidismo suele inducir al hipotiroidismo. Desde ese momento el paciente tendrá que empezar a usar el reemplazo hormonal.

La enfermedad de Graves también puede provocar problemas cardíacos y fragilidad ósea, si no es tratada.

5. Bocio

Agrandamiento de la glándula tiroides de naturaleza no cancerosa, principalmente por deficiencias de yodo en la alimentación.

Se estima que en el mundo hay 800 millones de personas con déficits de yodo, de los que cerca de 200 millones padecen de bocio.

El exceso de yodo puede causar hipertiroidismo, consecuencia frecuente en Estados Unidos donde el consumo de sal yodada se ha generalizado, sumando altos niveles de este elemento químico a los consumidores, sobre todo a los que comen muy salado.

Aunque su incidencia es mayor entre las mujeres de 40 o más edad por la mayor afectación de la tiroides en el sexo femenino, el bocio puede afectar a cualquier persona y en cualquier etapa de la vida.

El historial familiar de salud, el consumo de puntuales medicamentos, la exposición a la radiación y el embarazo, son otros factores de riesgo.

Síntomas

Aparte del agrandamiento delante del cuello, el bocio posiblemente no se manifieste con más signos.

Cuando ha crecido suficiente y dependiendo del tamaño, pueden manifestarse síntomas como inflamación y opresión del cuello, dificultades para respirar y/o tragar, tos, sibilancia o ronquera.

Diagnóstico y tratamiento

El doctor practicará un examen físico en el que palpará el cuello del paciente y le hará tragar varias veces. Ordenará un examen de sangre para evaluar los niveles de tiroxina, TSH y anticuerpos, con el que confirmará un trastorno de tiroides que esté causando el bocio.

Una ecografía aportará más información sobre el estado de la glándula, permitiendo diagnosticar con precisión la condición.

El tratamiento del bocio comienza cuando se agranda lo suficiente como para tornarse sintomático. Cuando se trata de uno producido por deficiencia de yodo, el paciente podrá usar medicamentos yodados.

También puede emplearse yodo radiactivo para inutilizar parcial o totalmente la glándula tiroides o una cirugía de extirpación parcial o completa.

A menos que se compliquen por no ser tratados, los bocios no suelen preocupar mucho.

6. Nódulos tiroideos

Estos nódulos frecuentes en las mujeres son protuberancias (neoplasias) desarrolladas en la glándula tiroides.

Un 5 % de las estadounidenses desarrolla nódulos tiroideos lo suficientemente grandes como para sentirlos, índice que es de 1 % entre los hombres.

Una de cada dos personas forma nódulos que no crecen lo suficiente como para ser sentidos.

Aunque su aparición puede estar ligada a la falta de yodo y a la enfermedad de Hashimoto, no siempre se conocen las causas de su formación.

Estos crecimientos anormales pueden ser sólidos o líquidos en su interior y la mayoría son asintomáticos y benignos. Pese a ello, una baja proporción son cancerosos.

Como ocurre con todos los trastornos tiroideos, los nódulos son más frecuentes en mujeres y la probabilidad de formación aumenta con la edad.

Síntomas

Cuando crecen lo suficiente pueden causar inflamación de cuello, dificultades para respirar, tragar, dolor y bocio.

Algunos nódulos pueden producir tiroxina conllevando a niveles anormalmente altos de la hormona tiroidea, en el torrente sanguíneo. Mientras esto ocurre, los signos son similares a los del hipertiroidismo, incluyendo:

  • Pérdida de peso
  • Pulso acelerado
  • Nerviosismo y temblores
  • Incremento del apetito
  • Sensación de piel fría y húmeda

Cuando los nódulos tiroideos están relacionados con la enfermedad de Hashimoto, los síntomas son similares a los del hipotiroidismo, entre estos:

  • Fatiga
  • Pérdida de pelo
  • Intolerancia al frío
  • Incremento de peso
  • Resequedad de la piel

Diagnóstico y tratamiento

La mayoría de los nódulos pueden detectarse con un examen físico de rutina, por ultrasonido, tomografía o resonancia computarizada.

Una vez detectado se aplican los procedimientos estandarizados para establecer si hay hipertiroidismo o hipotiroidismo.

Para descartar el cáncer se hace una biopsia a partir de una muestra celular del nódulo, tomada mediante aspiración con aguja.

Los que son benignos no suponen mayores riesgos para la salud y por lo general son ignorados, sin tratamientos y sin intervenciones para su eliminación.

No se descarta que el médico haga otra biopsia si continúa creciendo o recomiende su reducción mediante yodo radiactivo.

Los nódulos tiroideos cancerosos no son muy frecuentes. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, menos del 4 % de los estadounidenses se ven afectados por cáncer de este tipo.

El tratamiento anticanceroso dependerá del tipo de tumoración. Podría ser cirugía, radioterapia (con o sin cirugía) y la quimioterapia, particularmente cuando el cáncer se ha diseminado.

Enfermedades tiroideas comunes en niños

Los niños también son afectados por enfermedades tiroideas comunes en los adultos. Estas incluyen hipotiroidismo, hipertiroidismo, nódulos tiroideos y cáncer de tiroides.

No se descarta que un niño nazca con un problema de tiroides. En otros casos puede ser causado por el tratamiento de otro trastorno.

Hipotiroidismo en niños

Los niños pueden padecer de varios tipos de hipotiroidismo.

Hipotiroidismo congénito: ocurre cuando el niño nace con una glándula tiroides que no se desarrolló adecuadamente en el útero. Esta anomalía afecta a uno de cada 2500 a 3000 bebés en Estados Unidos.

Hipotiroidismo autoinmune: causado por una enfermedad autoinmune que induce al sistema inmunológico a atacar la glándula tiroides, típicamente la tiroiditis linfocítica crónica. Suele ocurrir en la adolescencia y a afectar más a las niñas.

Hipotiroidismo provocado: ocurre en los niños a los que se les extirpó o destruyó la tiroides.

Síntomas del hipotiroidismo en niños

Los principales signos del hipotiroidismo en niños incluyen incremento de peso, fatiga, hipersensibilidad al frío, estreñimiento, resequedad y adelgazamiento del pelo. Se suman:

  • Voz ronca
  • Resequedad de la piel
  • Hinchazón del rostro
  • Incremento del flujo menstrual
  • Ralentización de los latidos del corazón

Hipertiroidismo en niños

Las principales causas de hipertiroidismo infantil son:

Enfermedad de Graves: trastorno a manifestarse en la adolescencia y con más incidencia en las chicas. No se descarta en niños.

Nódulos tiroideos hiperfuncionantes: crecimiento de protuberancias en la glándula tiroides del niño, que exacerban la producción de tiroxina.

Tiroiditis: causada por una inflamación en la tiroides que provoca que la tiroxina se filtre hacia la sangre.

Síntomas del hipertiroidismo en niños

Los síntomas más comunes del hipertiroidismo en niños son aceleración de la frecuencia cardíaca, irritabilidad, inquietud y sacudidas, ojos saltones (en niños con enfermedad de Graves), dificultades para dormir e incremento del apetito. Se suman:

  • Bocio
  • Pérdida de peso
  • Intolerancia al calor
  • Incremento de las deposiciones

Nódulos tiroideos

Aunque extraños, cuando se manifiestan suelen ser cancerosos. El principal síntoma de un nódulo en un niño es el abultamiento en el cuello.

Cáncer de tiroides

Tipo más frecuente de cáncer endocrino infantil. Son extremadamente raros porque solo se desarrolla en menos de uno por cada millón de chicos menores de 10 años.

La incidencia sube ligeramente entre adolescentes y jóvenes con un índice de 15 casos por cada millón de individuos, de entre los 15 y 19 años.

Los síntomas más comunes del cáncer tiroideo en niños son abultamiento del cuello, hinchazón de glándulas, sensación de cuello apretado, dificultades para respirar y/o tragar y voz ronca.

Lee nuestra guía sobre el cáncer de tiroides: Causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Prevención de la disfunción tiroidea

En la mayoría de los casos no es posible prevenir el hipotiroidismo ni el hipertiroidismo. Una de las excepciones son los trastornos de tiroides ocasionados por déficit o exceso de yodo.

Los primeros casos se previenen al sustituir el consumo de sal común por yodada y al ingerir medicamentos y alimentos con yodo.

Para evitar trastornos tiroideos causados por exceso de este elemento químico, se reducirá el consumo de sal yodada, lo que conlleva a disminuir la ingesta de sodio.

Las enfermedades autoinmunes que atacan la tiroides como la de Graves, tampoco se pueden prevenir. Solo se tomarán medidas correctivas.

Se evitará las sobredosis de la hormona tiroidea sintética pues la glándula puede pasar a ser hiperactiva.

La medicación con Levotiroxina, el consumo excesivo de yodo, de condimentos y alimentos que lo contengan (sal yodada, algas marinas, pescado) también pueden excitar a la tiroides hasta convertirla en hiperactiva.

Quizá no sea posible prevenir los trastornos de tiroides, pero sí se podrán evitar sus complicaciones con diagnósticos oportunos y bien emprendidos, siguiendo los tratamientos prescritos por el médico.

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