El desgarro muscular se presenta con dolor intenso y súbito de forma aguda pero que rápidamente desaparece dejando habitualmente como huella la presencia de un hematoma.
En la mayoría de los casos que aparece cualquier manifestación de patología muscular se debe considerar que es de origen traumático y se encuentra vinculada con la práctica de deportes.
Tan es así que en el orden del 30% de las lesiones en atletas encontramos manifestaciones que sugieren se trata de desgarros musculares, máxime al contar en los últimos años con mejores posibilidades diagnosticas apoyándose en el uso del ultrasonido y la resonancia magnética nuclear.
¿Qué es el desgarro muscular?
A fin de cuentas el desgarro muscular se corresponde con la lesión del tejido muscular que se acompaña de sangramiento que se expresa en forma de hematoma, acumulo de sangre que toma coloración pardo-rojiza y que esta ocasionada por la rotura de los vasos sanguíneos que recorren el músculo afectado, lo que ocasiona intenso dolor que se presenta de forma aguda y limita los movimientos del miembro afectado.
El desgarro muscular ocurre habitualmente al ejecutar esfuerzos superiores a la capacidad biológica del musculo en cuestión o también por hacer una contracción brusca.
Clasificación de los diferentes tipos de desgarro muscular
Un acercamiento simple y sencillo de clasificar los desgarros musculares consiste en dividirlos en dos categorías o tipos:
- Desgarro Parcial: se corresponde con la rotura de algunas fibras musculares, sin que se afecte todo el músculo.
- Desgarro Total: en este caso se aprecia la rotura de la gran mayoría de las fibras musculares.
Síntomas que evidencian la existencia de desgarro muscular
La aparición de dolor intenso y repentino que se presenta de forma aguda en ocasión de estar realizando alguna práctica deportiva o cualquier otra actividad física que reclame la participación de los músculos de una región o zona anatómica nos debe hacer pensar que se trata de un desgarro muscular.
Habitualmente si se trata de desgarre total del músculo encontramos que aparece un hematoma extenso acompañado de manifestaciones de aumento de tamaño de la zona, es decir inflamación pronunciada, que produce la inmovilización de la región afectada. Esto se expresa como la contractura de los músculos alrededor esta zona aquejada y evidencia una parálisis temporal.
Diagnóstico
El diagnostico se confirma utilizando medios diagnósticos de última generación como pueden ser el estudio ultrasonográfico, el conocido como ultrasonido que resulta un método factible por su alta disponibilidad y bajo costo.
El uso de estos métodos ha contribuido de forma notable en logara la confirmación del desgarro muscular y facilitar la oportuna y certera intervención del médico, lo que permite la pronta recuperación de los pacientes.
Medidas y tratamiento a seguir
Frente a la sospecha de que tiene un desgarro muscular debe de abandonar lo que estaba haciendo. Si persiste en seguir ejercitándose puede causarle más daño y lejos de eso de dar inicio medidas generales que son el denominado método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) con el propósito de aliviar el dolor, reducir la inflamación y acelerar la curación.
Estas medidas deben ser mantenidas incluyendo el reposo y el hielo por 15 minutos, al menos 4 veces por día, con más frecuencia en los primeros días.
Resulta muy útil y practico el hacer ejercicios moderados de estiramiento así como masajes suaves en los músculos.
Otros tratamientos posibles incluyen analgésicos, como el paracetamol o el ibuprofeno así como la inmovilizar el área lesionada.