Los principales síntomas de deshidratación son: sed, boca seca, dolor de cabeza, disminución del volumen de la orina, cansancio, escasez de lágrimas y ojos hundidos.
Síntomas de deshidratación
La deshidratación puede ser leve, moderada o grave en dependencia del volumen de líquido corporal que se ha perdido o que no se haya repuesto. Cuando es grave, la deshidratación es una emergencia potencialmente mortal.
Los síntomas de deshidratación son apreciables después de haber perdido un 2 por ciento del volumen total del agua corporal. Lo síntomas que con mayor frecuencia se presentan son:
- Sed intensa
- Boca seca y pegajosa
- Dolor de cabeza
- Disminución del volumen de la orina que aparece de color amarillo oscuro
- Cansancio
- Ausencia o escasez de lágrimas
- Letargo o somnolencia
- Dolor abdominal
- Ganas de vomitar
- Ojos hundidos.
- Fontanelas hundidas, referentes al punto blando que se encuentra en la parte superior de la cabeza del bebé
- Diarrea
- Desvanecimiento al ponerse de pie, causado por la denominada hipotensión ortostática
- Vértigo
Caso particular ocurre con los deportistas pues estos, al igual que la deshidratación que ocurre durante los meses de verano, puede ocasionar pérdidas de agua del orden de 2 y 2,5 litros de agua al día a través de la respiración, el sudor, la orina y otras secreciones, según refiere la Fundación European Hydration Institute (EHI). Esta institución destaca “la importancia de hidratarse durante los meses de verano para evitar que se produzcan calambres, golpes de calor o una posible hospitalización”.
Para estos casos se recoge en la literatura médica, aparece rubor, se pierde resistencia, aumenta el pulso cardíaco, aumenta la temperatura corporal, y rápidamente aparece la fatiga.
De hecho suele ser mortal si la pérdida llega a ser más de un 15 % del total de agua.
Causas que ocasionan deshidratación
Habitualmente la deshidratación tiene entre sus más importantes causas las siguientes:
- pérdida excesiva de líquidos
- ingestión insuficiente líquidos
- la combinación de ambas causas antes expuestas
La pérdida excesiva de líquidos puede estar ocasionada por:
- Sudoración excesiva
- Orinar en exceso, como sucede habitualmente en los diabéticos no controlados o con el uso prolongado de diuréticos
- Fiebre
- Vómitos
- Diarrea
La ingestión insuficiente de líquidos puede deberse a:
- Irritación de la garganta o úlceras bucales
- Pérdida del apetito
- Náuseas
La combinación de pérdida excesiva y la ingestión insuficiente de líquidos puede generar deshidratación por la renuencia de los niños a beber líquidos así como de la pérdida de estos como consecuencia de abundantes vómitos, diarreas y fiebre.
Es necesario tener en cuenta que los niños son más susceptibles a sufrir de deshidratación debido a que su peso corporal es menor, y por lo tanto sus cuerpos asimilan y pierden el agua y los electrolitos con mayor rapidez.
No se arriesgue. Al acercarse el verano tenga presente que los síntomas de deshidratación son un alerta: ¡atiéndelos!