¿Es segura la dieta cetogénica? 10 argumentos para acabar con los mitos de la seguridad de la cetosis

A pesar de que todavía no podemos afirmar con total certeza la seguridad de la cetosis, pues las investigaciones continúan desarrollándose, la verdad es que hay varios mitos que giran alrededor de ésta.

Lo que sí sabemos con certeza es que miles de personas la han adoptado como pilar fundamental de su estilo de vida. Y, por lo menos hasta ahora, no hay ninguna razón para desestimar la experiencia y los buenos resultados que las personas han acumulado con la dieta cetogénica.

Así pues, bajo tales circunstancias, lo único que puedes hacer es revisar el estado de avance de la investigación y sacar tus propias conclusiones.

Por tanto este artículo examinará las 10 afirmaciones más comunes que hace la gente cuando le pone la etiqueta de «peligrosa» a la cetosis. De igual te ayudaremos a sentar las bases de esta dieta para ayudarte a tomar tu propia decisión.

Cabe mencionar que la vida entraña riesgos y recompensas y

muchos han estado dispuestos a asumir una relativa incertidumbre para cosechar una vida mejor.

¿Cuáles son esos 10 mitos?

Mito 1: La dieta cetogénica puede causar problemas en tu cerebro

Afirmación: la dieta cetogénica no proporciona suficiente glucosa para que el cerebro funcione adecuadamente.

Realidad: el cerebro no requiere una gran cantidad de glucosa. La cantidad necesaria oscila entre 30 y 50 g por día y el organismo puede sintetizarla a partir de las proteínas y, en menor medida de las grasas, mediante un proceso metabólico llamado gluconeogénesis, sin necesidad de hidratos de carbono.

Pero, ¿qué sucede con las restantes necesidades energéticas del cerebro, más allá de esa cantidad mínima de glucosa de entre 30 y 50 g por día?

Poca gente está al tanto de que el cerebro necesita algo de glucosa y además de que este órgano puede trabajar también con cetonas. Tampoco es vox populi que las cetonas se obtienen de manera más eficiente y con menores desechos que la glucosa.

Después de que el organismo se ha adaptado plenamente a la dieta ceto, los requerimientos energéticos del cerebro pueden cubrirse hasta 75% a parti

r de las cetonas. El faltante, 25%, puede sintetizarse mediante la gluconeogénesis. A diferencia de las grasas y las proteínas, una persona puede vivir sin ingerir carbohidratos.

«Cuando me enseñaron sobre la quema de combustible bioquímico, me dijeron que la glucosa era limpia y que las cetonas eran ahumadas. Que la glucosa era claramente el combustible preferido por nuestros músculos para el ejercicio y definitivamente el combustible clave para el cerebro. Excepto que aquí está el pequeño y sucio secreto sobre la glucosa: cuando se observa la cantidad de restos de basura en la mitocondria, ¡en realidad es menos eficiente producir ATP a partir de glucosa que producir ATP a partir de cuerpos cetónicos! Un suministro de energía más eficiente hace que sea más fácil restaurar las membranas del cerebro a su estado normal después de que se produce un pico de energía eléctrica despolarizante y significa que la energía se produce con menos restos de los destructivos radicales libres», Emily Deans M.D., Psychology Today (1).

“Si sigues una dieta muy alta en grasas y muy baja en carb

ohidratos, como un régimen tradicional inuit, tu cerebro eventualmente podrá usar cetonas derivadas de grasas para cubrir aproximadamente entre 50 y 75 % de sus requerimientos de energía. La mayoría de las cetonas se producen en el hígado, pero los astrocitos del cerebro también generan cetonas para el uso de las neuronas. ¿Crees que tendríamos ese tipo de configuración en nuestro cerebro si las cetonas no fueran útiles? Si todo lo que pudiéramos hacer fuera quemar glucosa allí, ¿cuál sería el sentido de tener incluso fábricas de cetonas localizadas?”, Mark Sisson, Mark´s Daily Apple (2).

Así que si alguien pretende decirte que la cetosis es riesgosa porque priva a tu cerebro de la glucosa que necesita, tienes dos opciones: o lo ignoras o lo educas.

Mito 2: la dieta cetogénica es incompleta y quedaras malnutrido

Afirmación: la dieta cetogénica no es completa y quienes la siguen sufren de peligrosas deficiencias de nutrición.

Realidad: la dieta ceto es una de las más nutritivas y completas del mundo de la alimentación cuando se sigue correctamente.

La cuestión es que la dieta ceto puede hacerse con muchas variantes y no todas son necesariamente acertadas para contar con una adecuada nutrición.

Las únicas condiciones necesarias para desencadenar la cetosis son reducir drásticamente el consumo de carbohidratos y limitar las proteínas, a objeto de que el organismo agote las reservas de glucógeno y se vea obligado a extraer la energía de las gras

as.

Si te privas de los hidratos de carbono y te atiborras de salchichas, esta variante adulterina de la dieta cetogénica te acarreará un peligroso déficit nutritivo.

Si en vez de comer grasas y proteínas de dudosa calidad, ingieres pescado rico en ácidos grasos omega-3, cortes de carnes de buena calidad, lácteos, nueces, vegetales con fibra y muchos vegetales de hoja verde, contarás con una completa alimentación y no te faltará ningún nutriente esencial.

Quizá te estés preguntando qué pasará entonces con los nutrientes que ingieres a partir de granos, verduras y frutas ricos en carbohidratos. Veamos lo que dice un grupo de especialistas.

“La verdad es que, en comparación con muchas verduras, la mayoría

de las frutas son en realidad fuentes bastante pobres de vitaminas y minerales ¿Y los granos? Las trazas de vitaminas y minerales presentes en los granos no sólo se encuentran en mayores cantidades en carnes, lácteos y otros alimentos amigables con la dieta cetogénica, sino que también se especula que los fitatos y taninos presentes en los granos pueden bloquear la absorción de algunas vitaminas y minerales”, Schlemmer, Frolich, Prieto y Grases, PubMed (3).

En la práctica, la mayoría de la gente que hace la dieta ceto termina comiendo mayores cantidades de verduras y frutas bajas en hidratos de carbono, que antes de iniciar el régimen.

Cuando entras en un ambiente saludable, cortando las papas fritas, los dulces y los refrescos, algunos postergados alimenticios como el aguacate, el brócoli, la espinaca, los tomates y las aceitunas empiezan a lucir mucho más atractivos.

Hay proteínas y grasas esenciales, pero no hay carbohidratos es

enciales. Los hidratos de carbono no tienen nada exclusivo que proporcionarle al cuerpo y sus aportes pueden ser cubiertos a través de las grasas y las proteínas.

“En la práctica, probablemente consumirás más vitaminas y minerales con una dieta cetogénica que con una dieta estadounidense estándar (SAD); siempre y cuando ingieras alimentos integrales (es decir, grasas naturales, carnes, verduras de hoja verde) y no comida  chatarra empacada, baja en carbohidratos”, Ellen Davis, MS en Nutrición Clínica Aplicada, Recursos Dieta Cetogénica (4).

“La carne es el único alimento nutricionalmente completo. Los alimentos animales (especialmente cuando se incluyen carnes de órganos) contienen todas las proteínas, grasas, vitaminas y minerales que los seres humanos necesitan para funcionar. Contienen absolutamente todo lo que necesitamos en las proporcio

nes correctas. Eso tiene sentido, porque durante la mayor parte de la historia humana, estos habrían sido los únicos alimentos disponibles en casi todas partes del planeta en todas las estaciones”, Georgia Ede MD, Diagnosis: Diet (5).

Lo siguiente debería poner el asunto en su perspectiva correcta: gramo vs gramo, la col rizada, el brócoli y la coliflor son más ricos en vitamina C que la naranja. Igualmente, los alimentos con abundantes carbohidratos, que tendemos a pensar que son fuentes esenciales de nutrientes, con frecuencia son superados por la carne, los lácteos y algunos vegetales.

Mito 3: La dieta cetogénico causa la cetoacidosis diabética

Afirmación: la cetosis puede desencadenar una cetoacidosis potencialmente mortal.

Realidad: es fisiológicamente imposible que una persona con su función pancreática normal desarrolle una cetoacidosis (acidosis asociada a una elevada concentración de cetonas en el torrente sanguíneo).

La cetoacidosis es un tópico gratuitamente empleado por algunos “expertos” para atacar con dudosos argumentos a la dieta cetogénica.

A menos que haya una limitación en la producción de insulina en el páncreas (como en el caso de las personas con diabetes tipo I, que si deben ser mucho más cuidadosas con la cetosis), el riesgo de desarrollar cetoacidosis es de cero. Veam

os lo que dice al respecto el prestigioso especialista nutricional Peter Attia.

“¿Qué es la cetoacidosis diabética? Cuando un diabético (por lo general un diabético tipo 1, pero a veces esto puede ocurrir en una etapa muy avanzada, dependiente de insulina, en los diabéticos tipo 2) no puede recibir suficiente insulina, entra en un estado efectivo de inanición. Si bien puede tener toda la glucosa del mundo en su torrente sanguíneo, sin insulina, aquella no puede ingresar a ninguna de sus células. Por lo tanto, en realidad se está muriendo de hambre. El cuerpo hace lo que haría con cualquier persona: comienza a producir cetonas con grasa y proteínas. Aquí está el problema: el paciente diabético en este caso no puede producir insulina, por lo que no existe un circuito de retroalimentación y continúa produciendo más y más cetonas sin parar. Para cuando los niveles de cetonas (específicamente, beta-hidroxibutirato) se acercan al rango de 15 a 25 mM, el desequilibrio del pH resultante conduce a un profundo trastorno metabólico y el paciente está gr

avemente enfermo.

”Pero este estado de trastorno metabólico en realidad no es posible en una persona que puede producir insulina, incluso en pequeñas cantidades. La razón es que un circuito de retroalimentación evita que el nivel de cetonas se eleve lo bastante como para ocasionar el cambio en el pH que conduce a una cascada de problemas. Una persona que se dice que está ‘cetoadaptada', o en un estado de cetosis nutricional, generalmente tiene niveles de beta-hidroxibutirato entre aproximadamente 0.5 y 3.0 mM. Esto es mucho menos que los niveles requeridos para causar daños a través de anormalidades ácido-base.

”La ‘cetoadaptación' es un estado logrado a través de una reducción significativa de la ingesta de carbohidratos (por lo general a menos de 50 gramos por día), en el que el cuerpo pasa de depender de glucógeno como su principal fuente de energía a confiar en la grasa. Específicamente, el cerebro pasa de ser principalmente dependiente de la glucosa a ser principalmente dependiente del beta-hidroxibutirato. Esto no tiene nada que ver con lo que un paciente diabético está experimentando con la cetoacidosi

s diabética, pero ilustra lo mal informada o apresurada que puede ser la comunidad médica. La cetoacidosis diabética y la cetosis nutricional (o cetoadaptación) tienen tanto en común como el fuego de una casa y una chimenea”, Peter Attia MD, Peter Attia (6).

Cuando te encuentres con alguien que emplee el argumento de la cetoacidosis en contra de la dieta cetogénica, deja en evidencia su ignorancia u olvídate de él.

Mito 4: La cetosis causa deshidratación

Afirmación: la cetosis puede ocasionar un peligroso nivel de deshidratación y de pérdida de electrolitos.

Realidad: esta afirmación es parecida a la verdad, aunque el uso del término “peligroso” es discutible. Es verdad que la cetosis estimula la pérdida de agua y de electrolitos, pero esta situación puede mantenerse bajo control de forma fácil, al asegurar una buena hidratación y un apropiado consumo de alimentos ricos en los electrolitos claves, particularmente potasio, sodio y magnesio.

Cuando sigues una dieta baja en carbohidratos, esencialmente estás haciendo una transición entre un régimen para la retención de agua y otro basado en la descarga de agua.

Esto tiene una serie de razones fisiológicas, incluyendo la reducción de las inflamaciones (las hinchazones están asociadas a una acumulación de líquidos en los tejidos) y el agotamiento de la reserva de glucógeno, un retentor de agua,

en el hígado y en los músculos.

Debido a que la dieta cetogénica es contraria a la retención de agua, los que la siguen incrementan significativamente la frecuencia de sus micciones (¡prepárate a ir aproximadamente una vez cada hora al baño cuando la inicies!). Como obvia consecuencia, pierdes agua y electrolitos y sólo tienes que reponerlos.

“Con frecuencia, las personas saben cuándo tienen bajos niveles de electrolitos debido a varios síntomas que acompañan a esta condición, que pueden incluir una variedad de cosas, como calambres musculares, poca energía, dolores de

cabeza, dificultades para concentrarse y algunos otros” Michael O'Neill, Ketopia (7).

Las consecuencias de estas amigables descargas de agua, relacionadas con la afectuosamente llamada “gripe ceto” no son más riesgosas que las producidas por una leve deshidratación a lo largo del día. La solución también es idéntica ¡bebe agua!.

Mito 5: La dieta cetogénica aumenta el colesterol y  es un riesgo para tu salud cardiovascular

Afirmación: la dieta cetogénica aumenta las grasas LDL o colesterol malo, incrementando las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiaca.

Realidad: la afirmación anterior carece completamente de fundamento y evidencia una visión obsoleta y falta de comprensión del tema, por lo que recurriremos al respetado criterio de Peter Attia para rebatirla.

Por otra parte, cada vez hay más investigaciones que cuestionan la correlación entre los altos niveles de colesterol total y las enfermedades cardiovasculares.

El estudio continuado de las correlaciones entre dieta, colesterol y enfermedades cardiovasculares es un tema apasionante, parecido a una novela de misterio, y si estás interesado en ahondar en él, puedes consultar las publicaciones del blog de Attia.

Por lo tanto, la mayor parte de la siguiente información ha sido tom

ada del portal de Peter Attia.

Lee también nuestra guía sobre la dieta para bajar el colesterol malo rápidamente

Cómo funciona el colesterol

  1. El colesterol es vital para la vida y necesita llegar a diferentes partes del cuerpo para la realización de funciones esenciales.
  2. La cantidad de colesterol en el sistema en verdad es regulada estrictamente por el cuerpo y está sensiblemente afectada por el tipo de alimentos consumidos. Cuando el cuerpo requiere de colesterol, procede a sintetizarlo; cuando es necesario desecharlo, lo excreta.
  3. Por sí mismo el colesterol no fluye libremente por la sangre.
  4. En cambio, el colesterol necesita de un vehículo que sí fluya por el torrente sanguíneo.
  5. Existen dos tipos de vehículos de esta naturaleza: las lipoproteínas de alta densidad (HDL), o colesterol bueno y las lipoproteínas de baja densidad (LDL), o colesterol malo.
  6. Las dos variables más importantes de estas lipoproteínas o vehículos de colesterol son el tamaño del “auto” y la cantidad existente.
  7. Los triglicéridos también entran como pasajeros en estos vehículos para viajar, junto con el colesterol, a través del torrente sanguíneo.
  8. Cuando los triglicéridos se elevan, el número total de vehículos debe incrementarse para transportar la mayor cantidad de partículas.
  9. Sin embargo, cuando es sólo el colesterol el que aumenta, los vehículos amplifican su tamaño para acomodar la mayor cantidad de grasas HDL/LDL.
  10. Las más recientes investigaciones muestran que no es el colesterol total la variable asociada con la arterioesclerosis, sino la cantidad de lipoproteínas o de vehículos de transporte.
  11. De esta forma, el problema del colesterol radicaría en la cantidad de vehículos presentes y no en su tamaño.
  12. Cualquier partícula de grasas LDL puede adherirse a la pared arterial, independientemente de su tamaño o contenido de colesterol y mientras más partículas haya, la probabilidad de adherencias aumentará.
  13. Mientras mayor sea el recuento de triglicéridos, habrá más partículas para transportar a través de la sangre.
  14. Mientras más sean las partículas en movimiento a través de la sangre, mayor será la probabilidad de que haya acumulación.

De todas formas, la dieta afecta el nivel de triglicéridos pero no el de colesterol total y mientras más altos estén aquéllos, mayor será el recuento de pa

rtículas a transportar y más elevado el riesgo de sufrir de enfermedad cardiaca.

“Una de las ideas erróneas más importantes que existen (quizás solo superada por la idea de que comer grasa engorda) es que el colesterol es «malo». Esto no podría estar más lejos de la realidad ¡El colesterol es muy bueno!

”Ingerir colesterol tiene muy poco impacto en los niveles de esta grasa en tu cuerpo. Esto es un hecho, no es mi opinión. Cualquiera que te diga algo diferente es, en el mejor de los casos, un ignorante en este tema. En el peor de los casos, es un deliberado charlatán. Hace años, las normas canadienses eliminaron la limitación del colesterol en la dieta. El resto del mundo, especialmente Estados Unidos, necesita ponerse al día”, Peter Attia MD, Eating Academy (8).

“Los niveles de triglicéridos en la sangre son un importante factor de riesgo para la enfermedad cardiaca y están directamente relacionados con la cantidad de carbohidratos simples presentes en la dieta. Por esta razón, parece intuitivo q

ue las dietas bajas en hidratos de carbono conducirían a una disminución en los triglicéridos, mientras que las dietas bajas en grasas deberían aumentarlos.

”Éste es el caso. Las dietas bajas en carbohidratos reducen drásticamente los triglicéridos, mientras que las dietas bajas en grasa o no los bajan mucho o literalmente los empeoran” Kris Gunnars BSc, Heathline (9), (10), (11).

De todo lo anterior surge la conclusión de que los principales responsables por incrementar los riesgos de la enfermedad cardiaca parece que son los triglicéridos y no el colesterol.

Las dietas bajas en carbohidratos, incluyendo la cetogénica, son una efectiva herramienta para disminuir los triglicéridos.

Mito 6: La dieta cetogénica causa estreñimiento

Afirmación: la dieta cetogénica es pobre en fibra y produce estreñimiento.

Realidad: cuando la dieta ceto es seguida correctamente proporciona abundante fibra. Por supuesto, si bajas los carbohidratos y pasas a alimentarte a base de salchichas, margarina y queso, la falta de fibra te estreñirá, aparte de causarte otros nocivos efectos. Nunca esperes una salud perfecta si sigues un régimen a base alimentos pobres.

Muchos seguidores de la dieta ceto dicen que consumen muc

ha mayor cantidad de vegetales y de fibra que aquellas personas que practican una dieta estándar.

Después de desparecidos los efectos que la sobrecarga de azúcares produjo en el organismo por años de comida rica en carbohidratos, las papilas gustativas pareciera que renacen.

Repentinamente, los pepinos y los tomates se sienten con un agradable sabor dulce y las verduras pasan a ser la fuente más deseada de carbohidratos, aunque sólo sea en las mínimas cantidades de hidratos de carbono permitidas por la dieta (entre 20 y 50 g por día).

También es necesario aclarar que no defecar y estar estreñido pueden ser dos cosas diferentes. Cuando estás estreñido, hay algo que quisiera salir pero no puede porque no se mueve. Cuando no defecas porque no hay nada que expulsar. Con la dieta ceto defecarás menos frecuentemente porque producirás menores cantidades de desechos.

El organismo es altamente eficiente en extraer los nutrientes de la

carne y de los alimentos grasos, mientras que con los hidratos de carbono hay un elevado índice de material desechado. El resultado es que tendrás menos desechos para evacuar. Así que, por favor, no confundas un menor movimiento intestinal con estreñimiento.

Si al seguir la dieta padeces un episodio de estreñimiento, lo más seguro es que estés siendo afectado por una o varias de estas 3 situaciones:

  1. No estás ingiriendo suficientes verduras ricas en fibra.
  2. No estás consumiendo suficiente grasa. Ayúdate con el aceite de coco. La solución de tu estreñimiento podría ser una medida tan simple como poner una cucharada de aceite de coco en el primer café del día.
  3. No estás ingiriendo suficiente agua y electrolitos. La deshidratación está directamente relacionada con el estreñimiento.

Lee también nuestra guía sobre los 30 mejores alimen

tos para aliviar el estreñimiento

Mito 7: Dieta cetogénica y desgaste muscular

Afirmación: la dieta cetogénica  provoca el desgaste de los músculos.

Realidad: no hay ninguna evidencia científica que respalde la afirmación de que un régimen alimenticio bajo en carbohidratos cause pérdida de masa muscular. En verdad, puede que sea lo contrario. En la medida en que más y más personas van adoptando un estilo de vida basado en la dieta cetogénica, va aumentado el volumen de testimonios en favor de la cetosis como un proceso metabólico que favorece la construcción corporal.

La base argumental del supuesto desgaste muscular proviene de una errada comprensión de las necesidades cerebrales de glucosa.

Si las cetonas no se producen, el cerebro necesitaría mucha más glucosa. En este supuesto negado, el cuerpo se vería obligado a descomponer proteínas para conseguir la energía demandada por el cerebro. Primero lo haría a partir de las proteínas de la dieta y ante un déficit de éstas, iría a buscarlas en los músculos.

Por fortuna, después de iniciada la cetosis, el cerebro puede cubrir

hasta 75% de sus necesidades energéticas mediante las cetonas. El restante, 25%, puede captarse fácilmente de las proteínas ingeridas, sin que haya ninguna necesidad de molestar a la masa muscular.

Si quieres conocer evidencias específicas del mundo real sobre la eficacia de la cetosis para ayudar a construir músculo, consulta el portal ketogains, una comunidad formada por gente que practica la dieta cetogénica y desarrolla musculatura.

“Esa afirmación general de pérdida de masa muscular a menudo proviene de entrenadores y dietistas que realmente no han estudiado la ciencia sobre la preservación muscular. Es gente que te dirá que el cerebro requiere al menos 100 gramos de carbohidratos por día y que si no ingieres esos hidratos de carbono, tu cuerpo empezará a descomponer los músculos para obtenerlos. Esto es cierto cuando una dieta es alta en carbohidratos y no hay disponibles cuerpos cetónicos como fuente alternativa de energía para el cerebro.

”Pero para una persona que se ha adaptado a una dieta cetogénica, la  ce

tosis  proporciona suficiente combustible en forma de cetonas para el cerebro y la necesidad de glucosa cae a solo 40 g diarios. El cuerpo puede hacer fácilmente este trabajo a partir de la proteína dietética y del glicerol obtenido por degradación de los lípidos” Ellen Davis, MS en Nutrición Clínica Aplicada, Recursos Dieta Cetogénica (4).

Mito 8: dieta ceto y cálculos renales

Afirmación: la cetosis produce daños en los riñones y puede promover el desarrollo de cálculos renales.

Realidad: el origen de esta afirmación es el malentendido de que la dieta cetogénica es rica en proteínas. En verdad, la ingesta proteica que contempla está restringida, a objeto de reducir la elaboración de azúcares a partir de las proteínas. Adicionalmente, la afirmación de que las proteínas puedan causar daños renales y piedras en los riñones es infundada.

La dieta recomienda un consumo de proteínas de entre 60 y 120 gramos al día, dependiendo del peso corporal y del índice de masa magra.

Si alguien intenta decirte de que es riesgosa por su alto nivel de proteínas, muéstrale la anterior cifra.

Por el contrario, si alguien que la sigue empieza a aumentar su ingesta de proteínas, es probable que revierta su cetosis.

Para rebatir aún más el mito, no existen evidencias de que una alta ingesta de proteínas cause daños y cálculos renales. La única evidencia sólida parece ser que un alto consumo de proteínas exacerba los problemas de las personas que ya tienen un historial de cálculos renales.

Mito 9: dieta ceto y cálculos biliares

Afirmación: el elevado consumo de grasas que prevé la dieta cetogénica produce cálculos biliares.

Realidad: los cálculos biliares son el resultado de una vesícula biliar con poca actividad. ¿Y qué ayuda a incrementar la actividad vesicular? ¡Precisamente, el consumo de grasa!

Cuando la vesícula biliar se encuentra en plena actividad, está reabasteciéndose y purgándose constantemente de contenido. Si está inactiva, el contenido se inmoviliza y hay una mayor propensión a la formación de cálculos biliares.

Ocurre que muchas personas, antes de seguir la dieta, han pasado años haciendo regímenes bajos en grasas, lo que las estabilizó en una condición de baja actividad vesicular. Como había pocas grasas que digerir, la vesícula permanecía con poca carga de trabajo y de movimiento, aumentando la probabilidad de formación de cálculos biliares.

Una vez adoptado el régimen ceto, estas personas aumentaron

su consumo y procesamiento de grasas en más de mil por ciento y la vesícula biliar cobró una inusitada actividad.

Si durante la era pre ceto esta gente desarrolló cálculos biliares, durante la era ceto es posible que empiece a sentirlos más y tendrá que lidiar con las piedrecillas hasta conseguir eliminarlas.

Una investigación con 51 participantes obesos experimentó con una dieta baja en calorías y ultra baja en grasas (sólo un gramo diario de grasa), examinando la vesícula biliar por ultrasonido antes de comenzar el ensayo y uno y dos meses después (12).

Después del primer mes, 4 de los participantes habían formado nuevos cálculos biliares y a los dos meses, 13 participantes (¡más de uno de cada 4!) habían desarrollado cálculos nuevos y ¡eso con una dieta que prácticamente eliminó la grasa! En medio del estudio hubo que extirpar la vesícula a 3 participantes.

Otro estudio experimentó con dos dietas durante 3 meses: una extremadamente baja en grasas y otra más alta en grasas; 6 de los 11 participantes (55%) que siguieron la dieta extremadamente baja en grasas formaron cálculos biliares nuevos. En el grupo que ingirió más grasas no hubo nuevos cálculos (13).

La conclusión parece obvia: evitar la grasa ayuda a conservar los cálculos biliares.

Mito 10: la dieta ceto y muerte

Afirmación: mi madre dijo que la dieta ceto podría llevarme a la muerte.

Realidad: es natural que tu mamá se preocupe por ti y que intente sobreprotegerte; es lo que hacen casi todas las mamás. Pero lo cierto es que

hasta ahora, no hay ninguna muerte que pueda atribuirse a la cetosis ¡cero absoluto! A cambio, en el mundo:

  1. Entre 15 y 30 millones de fallecimientos anuales están vinculados con el consumo excesivo de azúcar, incluyendo enfermedades cardiovasculares, trastornos relacionados con la obesidad y otros males.
  2. 6 millones de personas mueren anualmente por tabaquismo.
  3. 3.3 millones de decesos anuales son debidos al alcoholismo.
  4. 100 mil fallecimientos son atribuibles al uso de medicamentos.

En verdad, las personas que se la pasan publicitando que lo

s riesgos mortales de la cetosis podrían ocupar su tiempo de manera más provechosa, denunciando los verdaderos males de la sociedad.

Todos amamos a nuestras madres, pero es evidente que en la abrumadora mayoría de los casos no son autoridades en la materia.

Posiblemente, cuando tu madre se enteró de que ibas a hacer una dieta en la que terminarías desarrollando una extraña condición llamada cetosis, navegó un rato y solo se fijó en una página que denigra de la dieta cetogénica, desechando las muchas informaciones que hablan sobre los méritos y la seguridad del régimen.

Deseamos terminar con una cita del Dr. Eric Kossoff, quien integró un equipo que estudió la seguridad de la cetosis a largo plazo, en una investigación que a

barcó 15 años.

Kossoff es neurólogo pediátrico y director del programa de dietas cetogénicas del centro hospitalario John Hopkins Children's en Baltimore, Maryland.

«A pesar de sus efectos secundarios temporales, siempre hemos sospechado que la dieta cetogénica es relativamente segura a largo plazo, y ahora tenemos pruebas» Nuestro estudio debería ayudar a poner fin a algunas de las dudas persistentes sobre la seguridad a largo plazo de la dieta cetogénica”.

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Ver También:

 

 

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