La inflamación es la respuesta biológica del cuerpo cuando algo lo daña o irrita. Se trata de un mecanismo de defensa del organismo.
Aunque suelen ser incómodas, las señales y síntomas de la inflamación demuestran que el cuerpo trata de curarse a sí mismo. Ocurre cuando el sistema inmune reconoce células dañadas, irritantes o un agente patógeno, para comenzar el proceso de curación.
Por lo tanto, las infecciones, heridas y cualquier daño de los tejidos no podrían sanar sin una respuesta inflamatoria.
Cuando la inflamación se convierte en crónica puede provocar enfermedades y otros problemas de salud como cánceres y artritis reumatoide.
¿Qué es la inflamación?
La inflamación es parte de la respuesta inmune del cuerpo. Será beneficiosa cuando, por ejemplo, se sufre un golpe y los tejidos necesitan cuidado y protección, pero será más perjudicial al no desaparecer en poco tiempo.
Síntomas de la inflamación
Los síntomas varían de acuerdo a la reacción. Si es aguda o crónica. Que una inflamación sea crónica o aguda está asociado a la rapidez con que aumentan los síntomas y su duración.
Los signos de la inflamación aguda incluyen:
Dolor: no se descarta que el área inflamada sea dolorosa, especialmente durante y después del tacto. Se liberan sustancias químicas que estimulan las terminaciones nerviosas, lo que hace al área ser más sensible.
Enrojecimiento: ocurre porque los capilares en el área se llenan con más sangre de lo normal.
Inmovilidad: no se descarta una pérdida de función en la región de la inflamación.
Hinchazón: ocasionada por una acumulación de líquido.
Calor: fluye más sangre al área afectada, lo que hace que se sienta caliente al tacto.
Estos síntomas solo ocurren en la inflamación de la piel. Si la reacción se manifiesta en el interior del cuerpo como en un órgano interno, algunas de las señales quizás sean notorias.
Es posible que algunos órganos no tengan cerca terminaciones nerviosas sensoriales, como en ciertos tipos de inflamación pulmonar, por lo que no habrá dolor.
Inflamación crónica
Los síntomas de la inflamación crónica se manifiestan de diferentes formas e incluyen dolor abdominal, en el pecho, en las articulaciones, erupciones o sarpullido, fatiga, fiebre y úlceras en la boca.
Causas de la inflamación
La inflamación ocurre por reacciones que el sistema inmune provoca en respuesta a una lesión física o infección. Aunque una infección puede causar inflamación, no significa que necesariamente la hinchazón la tenga.
Tres procesos principales ocurren antes y durante la inflamación aguda:
- Las pequeñas ramas de las arterias se agrandan al suministrar sangre a la región dañada, lo que aumenta el flujo sanguíneo.
- Es más fácil que los fluidos y las proteínas se infiltren en los capilares, lo que significa que pueden moverse entre la sangre y las células.
- El cuerpo libera neutrófilos, tipo de glóbulos blancos con pequeños sacos que contienen enzimas y microorganismos, que digieren a los agentes invasores del cuerpo.
Una persona notará síntomas de inflamación después de emprender estos procesos.
¿Qué es la Inflamación aguda?
Es aquella que comienza rápidamente y se torna grave en poco tiempo. Aunque las señales y síntomas normalmente están presentes durante días, en algunos casos pueden mantenerse por semanas.
Algunos ejemplos de enfermedades, infecciones y situaciones que pueden causar inflamación aguda incluyen amigdalitis, apendicitis aguda, bronquitis aguda, dermatitis, ejercicio de alta intensidad y meningitis infecciosa. Se suman:
- Sinusitis
- Trauma físico
- Uña encarnada infectada
- Rasguño o corte en la piel
- Dolor de garganta por un resfriado o gripe
¿Qué es la inflamación crónica?
Es la inflamación a largo plazo que puede durar meses o años. Será el resultado de no eliminar la causa de la inflamación aguda, la exposición a un bajo nivel de un irritante particular como un químico industrial durante un período prolongado y de un trastorno autoinmune que ataca el tejido sano normal, confundiéndolo con un patógeno que ocasiona enfermedades.
Ejemplos de condiciones y afecciones que incluyen inflamación crónica:
- Asma
- Sinusitis
- Periodontitis
- Tuberculosis
- Hepatitis activa
- Artritis reumatoide
- Úlcera péptica crónica
- Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn
Aunque el tejido dañado no sanará sin inflamación, la hinchazón crónica es el origen de artritis reumatoide, aterosclerosis, periodontitis, algunos tipos de cáncer y rinitis alérgica, entre otras enfermedades.
Por ello es fundamental que la inflamación crónica sea diagnosticada oportunamente.
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¿La inflamación es dolorosa?
Sí, la inflamación suele doler.
Se alcanzará a sentir dolor, rigidez, incomodidad, angustia e incluso agonía, según la gravedad de la inflamación. Aunque el tipo de dolor varía, se puede describir como constante, uniforme, pulsátil y agudo.
La inflamación causa dolor porque la hinchazón presiona contra las terminaciones nerviosas sensibles, lo que envía señales de dolor al cerebro.
Otros procesos bioquímicos también ocurren durante la inflamación y afectan cómo se comportan los nervios, lo que puede aumentar el dolor.
Tratamientos comunes
La inflamación es parte del proceso de curación. Reducirla suele ser útil, aunque no siempre es necesario.
Medicamentos antiinflamatorios
Están permitidos los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor causado por la inflamación. Contrarrestan una enzima que contribuye a esta respuesta, con lo que se evita o reduce la sensación dolorosa.
Los ejemplos de AINE incluyen Naproxeno, Ibuprofeno y aspirina. Todos disponibles en línea.
Se evitará el uso prolongado de los AINE a menos que sea una indicación del doctor, pues aumentan el riesgo de padecer úlceras estomacales, lo que puede provocar una hemorragia grave y potencialmente mortal.
Los AINE también pueden empeorar los síntomas del asma, causar daño a los riñones y aumentar el riesgo de tener un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón.
El Acetaminofén como Paracetamol o Tylenol puede reducir el dolor sin afectar la inflamación, ideal para aquellos que solo quieren tratar el dolor y permitir que el factor de curación natural siga su curso.
Corticosterioides
Los corticosteroides como el cortisol son una clase de hormonas esteroideas que previenen mecanismos implicados en la inflamación. Hay dos grupos de estos:
Glucocorticoides: se prescriben para condiciones que incluyen artritis, arteritis temporal, asma, dermatitis, hepatitis, lupus sistémico, reacciones alérgicas, sarcoidosis y síndrome del intestino irritable (SII).
Se pueden recetar cremas y ungüentos para la inflamación de la piel, en los ojos, pulmones, intestinos y la nariz.
Mineralocorticoides: se emplean para tratar la pérdida de sal cerebral y para reemplazar hormonas importantes para pacientes con insuficiencia suprarrenal.
Los efectos secundarios de los corticosteroides son más posibles si su ingesta es oral. Tomarlos con inhaladores o inyecciones puede reducir el riesgo.
Los medicamentos inhalados como los que se usan a largo plazo para tratar el asma, aumentan el riesgo de desarrollar aftas orales. Enjuagarse la boca con agua después de cada uso favorecerá a prevenir estas llagas.
Los glucocorticoides también pueden causar el síndrome de Cushing, mientras que los mineralocorticoides provocan presión arterial alta, niveles bajos de potasio en la sangre, debilidad del tejido conectivo, problemas con los niveles de ácidos y álcalis en el tejido corporal.
Hierbas para contrarrestar la inflamación
Primero se consultará con el médico antes de emplear cualquier suplemento a base de hierbas.
Cannabis: contiene un cannabinoide conocido como, cannabicromeno, que tiene propiedades antiinflamatorias. El cannabis no es legal en muchos países.
Cúrcuma: se investigan los posibles beneficios de la cúrcuma en el tratamiento de la artritis, de la enfermedad de Alzheimer y otras afecciones inflamatorias.
La curcumina, sustancia hallada en la cúrcuma, se emplea en el tratamiento de la inflamación.
Harpagophytum procumbens: también conocida como garra del diablo o harpagofito, proviene de Sudáfrica y está relacionada con las plantas de sésamo o ajonjolí.
Investigaciones han demostrado que puede tener propiedades antiinflamatorias.
Los suplementos de varias marcas están disponibles en línea.
Hisopo: se mezcla con otras hierbas como el regaliz para el tratamiento de afecciones pulmonares, incluida la inflamación.
Los aceites esenciales de hisopo pueden conducir a convulsiones potencialmente mortales en animales de laboratorio. Se usará con precaución.
Jengibre: se ha utilizado por cientos de años para tratar la dispepsia, el estreñimiento, los cólicos y otros problemas gastrointestinales. También para el dolor de la artritis reumatoide.
Dieta para desinflamar
Se conocen alimentos que favorecen a disminuir el riesgo de padecer una inflamación crónica. Estos son aceite de oliva, fruta, incluyendo los arándanos, naranjas y tomates, semillas como nueces y almendras, pescado graso como el salmón y la caballa o macarela y verduras de hojas verdes, incluidas las espinacas y la col rizada.
Los alimentos que agravan la inflamación son los fritos como las papas fritas, la carne roja el pan blanco, pasteles y otros alimentos con carbohidratos refinados, la margarina, la manteca de cerdo y los refrescos y bebidas azucaradas.
Aunque hay más soluciones dietéticas que favorecen a controlar la inflamación, estas ayudarán a que el sistema inmunitario reaccione de manera controlada.
Estas recomendaciones no están por encima del conocimiento y experiencia de un médico, por lo que primero se asistirá con este especialista.
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