La fructosa es un azúcar simple, conocido como monosacárido, que proviene de frutas, verduras, néctar de agave, miel y muchos alimentos procesados que contienen azúcares añadidos como el jarabe de maíz.
La intolerancia a la fructosa ocurre cuando las células en la superficie de tus intestinos no pueden descomponerla eficazmente. Si al consumir fructosa tienes problemas de digestión, es muy probable que sufras de intolerancia.
En este artículo encontrarás las causas y síntomas de este problema, así como el tratamiento que puedes tomar en caso de que seas intolerante.
La Intolerancia A La Fructosa Puede Ser Hereditaria
Se encontró que el consumo del jarabe de maíz con alto contenido de fructosa ha aumentado un 1,000 % entre 1970 y 1990. Y es probable que este crecimiento haya contribuido al aumento de casos de intolerancia a la fructosa (1).
Un problema más serio, que no está relacionado, es la intolerancia hereditaria a la fructosa (HFI por sus siglas en inglés).
Está rara condición genética afecta a 1 de cada 20,000 a 30,000 personas y ocurre porque el cuerpo no produce la enzima necesaria que descompone la fructosa (2).
Esto puede provocarte graves problemas de salud, como la insuficiencia hepática, si no sigues una dieta estricta sin fructosa. La HFI se detecta regularmente cuando un bebé comienza a consumir alimentos para bebés o fórmula.
Causas De La Intolerancia A La Fructosa
En realidad, la intolerancia a la fructosa es muy común, afectando hasta una de cada tres personas (3).
Los portadores de fructosa dentro de las células de tus intestinos (enterocitos) son los responsables de garantizar que la fructosa se dirija al lugar adecuado.
Si no tienes los suficientes portadores, la fructosa se acumula en tu intestino grueso, causando problemas intestinales.
La intolerancia a la fructosa pude deberse a varías causas, que incluyen:
- Problemas intestinales prexistentes como el síndrome del intestino irritable (SII).
- Alto consumo de alimentos procesados y refinados.
- Desequilibrio de tu flora intestinal.
- Inflamación y estrés.
Síntomas de la Intolerancia a la Fructosa
Estos son los síntomas más comunes de la intolerancia a la fructosa:
- Malabsorción de algunos nutrientes, como el hierro.
- Inflamación, gases y dolor abdominal.
- Náusea, diarrea y vómito.
- Fatiga crónica.
Existe evidencia que vincula la intolerancia a la fructosa con trastornos en el estado de ánimo y la depresión.
En un estudio se demostró que la intolerancia a la fructosa tiene una asociación con niveles muy bajos de triptófano, el cual es un factor importante en el desarrollo de trastornos depresivos (4).
Factores De Riesgos de la Intolerancia a la Fructosa
Hay ciertos trastornos intestinales que aumentan la probabilidad de desarrollar intolerancia a la fructosa, como son SII, colitis, enfermedad celíaca y enfermedad de Crohn.
En un estudio con 209 pacientes con SII, alrededor de un tercio tenía intolerancia a la fructosa. Aquellos que tuvieron una dieta restringida de fructosa vieron una mejoría en sus síntomas (5).
Si llevas una dieta libre de gluten, pero sigues observando síntomas, es muy probable que tengas problemas con la fructosa. Acude con tu médico para diagnosticar si tienes intolerancia a la fructosa, en especial si padeces de un problema intestinal importante.
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¿Cómo Saber Si Eres Intolerante A La Fructosa?
La prueba más común para conocer si sufres de intolerancia a la fructosa es la prueba de aliento de hidrógeno, que no implica muestras de sangre. Para realizarla, debes limitar el consumo de carbohidratos la noche anterior y ayunar en la mañana de la prueba.
Dentro del consultorio, se te dará para beber una solución alta en fructosa y luego se te analizará la respiración cada 20 o 30 minutos durante varias horas. La prueba dura alrededor de tres horas.
Si no absorbes la fructosa, se producirán mayores cantidades de hidrógeno en tus intestinos. La prueba medirá la cantidad de hidrógeno en tu respiración, producto de la intolerancia a la fructosa.
Otra forma de saber si eres intolerante, es eliminando la fructosa de tu dieta. Esto se realiza con la ayuda de un nutriólogo, desarrollando un plan para eliminar cualquier alimento que pueda contenerla y revisando si los síntomas mejoran.
La tolerancia a la fructosa difiere de persona a persona y algunos casos pueden ser más severos que otros.
Una buena idea es llevar un diario de alimentos para rastrear todo lo que has comido y cualquier síntoma que se presente.
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¿Cómo se trata la Intolerancia a la Fructosa?
El tratamiento para la intolerancia a la fructosa incluye la eliminación del azúcar de tu dieta. Se comienza descartando los alimentos que contienen altos niveles de fructosa, por ejemplo:
- Postres como dulces, helados y galletas, con altos contenidos de edulcorantes de fructosa.
- Ciertas frutas como sandía, ciruelas, duraznos, peras, cerezas, pasas y manzanas.
- Algunas barras de cereal, barras nutritivas y barras de granola.
- Refrescos, jugos de frutas y sidra de manzana.
- Guisantes.
- Miel.
Siempre lee la lista de ingredientes en el empaque, ya que hay muchos que debes eliminar, a saber:
- Jarabe de maíz con alta fructuosa.
- Fructooligosacáridos (FOS).
- Sólidos de jarabe de maíz.
- Alcoholes de azúcar.
- Fructosa cristalina.
- Néctar de agave.
- Fructosa.
- Sorbitol.
- Miel.
Una dieta FODMAP puede ayudar en el tratamiento de la intolerancia a la fructosa. Los FODMAP son carbohidratos de cadena corta que son mal absorbidos en el intestino delgado, que incluyen fructanos, lactosa, polioles, galactanos y fructosa.
En ciertos casos, los que padecen de intolerancia a la fructosa, no toleran los fructanos que se encuentran en las cebollas, el trigo, los espárragos y las alcachofas.
Una dieta baja en FODMAP incluye alimentos que son más fáciles de digerir, por lo que puedes aliviar los síntomas comunes.
¿Existe Tratamiento Médico Para La Intolerancia A La Fructosa?
Si bien, la intolerancia a la fructosa se puede mejorar con una dieta reducida en fructosa, está condición puede resultar del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.
En cualquier caso, se pueden recetar probióticos, antibióticos, una dieta modificada y enzimas digestivas como la xilosa isomerasa.
Conclusión
Tanto los problemas intestinales de la intolerancia a la fructosa, como el tratamiento, varían para cada individuo.
Sin importar la gravedad de tu caso, eliminar la fructosa de tu dieta o tener una dieta baja en FODMAP puede ayudarte a tratar los síntomas.
Inicia con una de estas dietas durante cuatro a seis semanas, y luego reintroduce lentamente alimentos con fructosa para evaluar tu tolerancia.
Trabaja en conjunto con tu nutriólogo para que te ayude durante todo el tratamiento y puedan desarrollar un plan efectivo.
Cuéntanos tus experiencias sobre este tema.
Que estés muy bien.
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