Como hacer la dieta japonesa

Uno de los aspectos que más nos llama la atención de los japoneses, desde el punto de vista de la salud, es la longevidad y lo bien que se mantienen en un peso saludable. Entre los países desarrollados, Japón es quien por lejos, mejor lleva las cosas desde ese punto de vista.

En general, en el resto de los países en igual situación, se vive lo que se puede llamar una epidemia de obesidad. Un porcentaje superior al 50 % de los habitantes se encuentran por encima del peso saludable. Sin embargo, en Japón, ese problema es casi desconocido: solo un 3 % de su población está por encima de esos valores de peso recomendables.

En otras palabras, saben como mantenerse en peso y vivir mucho más en buenas condiciones. Sin duda alguna, la dieta es la clave de esos logros. Veamos ahora como hacer para ajustarnos lo más posible a ella, aprendiendo como hacer la dieta japonesa.

Desde el punto de vista culinario la comida japonesa tiene muy interesantes sabores. Tal vez diferentes a los que acostumbramos en occidente, pero sin duda han sido muy bienvenidos y en los últimos años se ha impuesto en el mundo. El punto es no tener solo en cuenta el delicioso sushi, intentemos abarcar un poco más en la idea. Hoy día no es un problema conseguir los ingredientes necesarios, algo que hasta hace unos años era muy complicado.

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Las puntos para hacer la dieta japonesa

1. Porciones en la dieta japonesa.

Las porciones son pequeñas, sin duda alguna mucho más pequeñas que las que se acostumbran en occidente. Comen un poco de muchas cosas, pero en total el volumen es muy inferior al que acostumbramos. El punto es que comen con calma y lentitud, de modo que al finalizar quedan satisfechos. En occidente se comen porciones enormes, a gran velocidad. Al finalizar, como mínimo, predomina una sensación de pesadez y la clara sensación de haberse excedido.

2. Formas de cocción.

Esto es fundamental. En general se come hervido, al vapor o la plancha. Por supuesto que también se comen muchos alimentos crudos. De esta forma no se agregan calorías con la forma de cocción.

3. Variación en los alimentos.

En la misma comida se utilizan varios grupos de alimentos. El arroz está presente (en cantidades limitadas) en todas las comidas del día, por lo general.

Los cereales son todos integrales. Se comen muchas algas, vegetales y especialmente pescado y mariscos. La soja y el pescado hacen el aporte proteico necesario.

Prácticamente en la dieta japonesa, no consumen grasas, y las que se usan, son saludables. El té verde, y las infusiones son muy importantes en la dieta japonesa, lo mismo que las sopas. Ni hablar que no se acostumbra ver gaseosas, en las comidas se acompaña siempre con te. El agua es lo ideal para quitar la sed, de modo que no se complican mucho con ese tema

4. Los antioxidantes están presentes a diario y en abundancia, por medio de varios alimentos.

Seguramente esto explica la longevidad de los japoneses, ya que los antioxidantes combaten los temibles radicales libres, que se forman con el paso de los años. Para simplificar la idea: los radicales libres son responsables del envejecimiento y de muchas enfermedades degenerativas que aparecen con los años, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

5. No se consume postre.

El consumo de azúcar en Japón es llamativamente bajo. En caso de comer algo dulce luego de una comida, algo que no ocurre siempre y en todas las comidas, será un fruta, pero nunca un postre elaborado. Es importante destacar que estamos hablando de la dieta japonesa diaria, no de las raras excepciones.

Como es necesario adaptar nuestras costumbres si queremos seguir bien la dieta, hemos incluido en todas las comidas una fruta, pero no siempre en Japón se consume una fruta por cada comida.

6. No se consumen casi lácteos.

No figuran como ingrediente en las recetas, y si lo hacen es en cantidades mínimas y siempre descremados. Hoy día se han occidentalizado un poco más, pero realmente no es algo que figure en la dieta, más que como una excepción.

Ejemplo de la dieta japonesa

• Desayuno. Una fruta, como ser naranja o mandarina, de acuerdo a la época del año. Sin falta una taza de té verde o rojo, a gusto. Por supuesto que no se acompaña de azúcar, y de ser posible, sin edulcorante. La estrella de este desayuno es una sopa de miso. Lleva algas, tofu, caldo de pescado, y obviamente miso. Una pequeña taza de arroz completa el desayuno.
• Almuerzo. Una taza de setas y pasta. En este caso debemos destacar que las tazas son pequeñas realmente. Lo vamos a acompañar de un bol de sushi, y la infaltable taza de té verde. En el plato de sushi está el aporte de arroz y también el pescado, con sus necesarias proteínas. Si realmente queremos algo dulce para finalizar, una fruta es lo indicado, pero nunca un postre dulce elaborado. La fruta es cruda, sin ninguna elaboración.
• Cena. En la cena vamos a continuar con una taza de arroz. Decimos continuar porque ha estado presente en todas las comidas. Siempre el arroz es integral, ya que de esta forma aporta fibras. Un plato de sashimi con salsa de soja y wasabi serán los protagonistas de esta cena. El sashimi es un plato que se elabora simplemente con gran variedad de pescados, que contrastan sus sabores. Desde el punto de vista nutricional es un plato de proteínas puras, muy bajar en grasa. El wasabi puede ser un problema si no estamos acostumbrados. Tras una inocente apariencia similar al aguacate, se descubre un sabor muy, pero muy fuerte. El wasabi debe ser de los alimentos más picantes que he probado, por lo que vale la advertencia. Sin duda alguna la taza de té verde no puede faltar. Como vemos, son al menos tres tazas al día, ya que se incluye en las tres comidas principales. Finalizamos con una naranja.