Cáncer de colón: causas, síntomas y tratamiento

 

Sabías qué:

  • El cáncer colorrectal es la tercera causa de cáncer en hombres estadounidenses y ocupa el segundo lugar en la estadística mundial en cuanto a frecuencia y mortalidad después del cáncer de pulmón.
  • El cáncer colorrectal es el tumor maligno más comúnmente encontrado en la práctica clínica y se desarrolla en la pared interna del intestino grueso.
  • En general, el riesgo de padecer cáncer colorrectal en el transcurso de la vida es de aproximadamente 1 en 21 (4.7%) para los hombres y de 1 en 23 (4.4%) para las mujeres.
  • Los factores de riesgo del cáncer de colon están asociados con antecedentes familiares de cáncer de colon, pólipos y colitis ulcerosa de larga data.
  • La mayoría de los pacientes con cáncer de colon tienen antecedentes de pólipos en el colon. Un diagnóstico y tratamiento temprano de los pólipos de colon pueden prevenir la aparición del cáncer colonorrectal.
  • La mayoría de los pólipos no producen signos ni síntomas; sin embargo, el sangrado a través del recto es la manifestación más común, por lo que la exploración regular es importante.
  • El diagnóstico de cáncer de colon puede realizarse mediante un estudio conocido como sigmoidoscopia o colonoscopia junto con la toma de una biopsia del tejido afectado.
  • El tratamiento del cáncer de colon depende de la localización, el tamaño y la extensión y propagación del cáncer, así como del estado general del paciente.
  • La cirugía es el único método utilizado con fines curativos para el cáncer de colon.
  • La quimioterapia puede prolongar y mejorar la calidad de vida del paciente con cáncer de colon y pacientes con metástasis. Incluso, esta terapia adyuvante ha demostrado ser efectiva para disminuir el riesgo de recurrencias en aquellos pacientes que tuvieron hallazgos de cáncer de colon de muy alto riesgo.
  • Para este año, los cálculos de la Sociedad Americana Contra el Cáncer para este tipo cáncer en Estados Unidos son: (1)

  – 95,270 casos nuevos de cáncer de colon

  – 39,220 casos nuevos de cáncer de recto

  • La tasa de mortalidad (número de muertes por cada 100.000 personas cada año) a causa del cáncer colorrectal ha disminuido tanto en hombres como en mujeres desde hace varias décadas, probablemente porque actualmente los pólipos colorrectales se descubren con mayor frecuencia mediante pruebas de detección y se extirpan antes de que se transformen en cáncer, o se detectan más temprano, cuando es más fácil tratar la enfermedad.
  • La tasa de supervivencia a 5 años de personas con estadio localizado de cáncer colorrectal es del 90 %. Si el cáncer se ha diseminado hacia los órganos o ganglios linfáticos cercanos, la tasa de supervivencia a 5 años es del 71 %. La tasa de supervivencia a 5 años indica el porcentaje de personas que sobrevive al menos 5 años una vez detectado el cáncer. (2)
  • El tratamiento ha mejorado en las últimas décadas. Como resultado, actualmente existen más de un millón de sobrevivientes de cáncer colorrectal en los Estado Unidos.

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¿Qué es el cáncer?

Todos los días en nuestro cuerpo ocurre un proceso de destrucción y reparación de tejidos. Nuestro cuerpo está formado por más de quince billones de células y cada día estas células se destruyen y renuevan.

Generalmente, cuando una célula se muere, el cuerpo es capaz de crear una nueva célula idéntica a la original.

Esta nueva célula realizará las mismas funciones que las células destruidas.

Pero, ¿qué tan perfecto es este proceso?, ¿que pasa si durante este proceso ocurren errores?

A pesar de que nuestro cuerpo es un sistema altamente especializado y capacitado para evitar que estos errores ocurran, el proceso no es totalmente perfecto, durante el complejo proceso de restitución de células y tejidos el cuerpo crea cada día decenas de miles de errores.

Estos errores pueden ocurrir al azar o por factores externos acumulativos que promueven la aparición de errores durante el proceso de reemplazo celular.

Lo normal es que estos errores sean corregidos por sistemas especializados en nuestro cuerpo, de manera que sea capaz de producir la muerte de las células dañadas, y que finalmente se produzcan células completamente normales.

¿Qué sucede si no se corrige el error?

En muchos casos el cuerpo humano es perfectamente capaz de evitar que errores como estos afecten la salud del individuo.

Pero existen casos en los que el cuerpo no es capaz de protegernos de los efectos que producen estos errores.

En este sentido, ocurre un proceso de división y multiplicación celular descontrolada. Este es el proceso que origina el cáncer (grupo de células con crecimiento anormal).

Los tumores se dividen en dos categorías:

  • Tumores benignos
  • Tumores malignos (cancerígenos)

¿Existen diferencias entre estos tipos de tumores?

La respuesta es sí.

  • Los tumores benignos crecen sólo en los tejidos que los originan y muchas veces pueden llegar a ser grandes y a crecer rápidamente. Ejemplo de este tipo de tumores son los fibromas uterinos. Este es un tumor benigno que puede cursar con sangrado vaginal y dolor. Siempre va a estar confinado al útero, no es capaz de desarrollarse fuera de él.
  • Los tumores malignos tienen un crecimiento lento, muchas veces no producen síntomas y tienden a propagarse hacia otros tejidos a través del sistema circulatorio. Esto quiere decir que cualquier tumor maligno puede extenderse a tejidos distantes del tumor primario. Este proceso de propagación en los tejidos distantes es conocido como metástasis. Es la característica definitoria de un tumor cancerígeno.
  • Las células tumorales benignas son normales en apariencia, si se estudian bajo el microscopio.
  • Las células malignas tienen una apariencia anormal bajo el microscopio.
  • A menudo, el cáncer se refiere a una sola entidad, pero es un grupo que actualmente incluye más de cien enfermedades diferentes, al igual que las enfermedades infecciosas.
  • Naturalmente, el cáncer se nombra de acuerdo al sitio de origen del tumor primario. Por lo tanto, un cáncer de pulmón que viaja hacia el hígado, no es cáncer de hígado, pero se describe como cáncer de pulmón con metástasis al hígado; y un cáncer de mama que se propaga al cerebro, no se describe como un tumor cerebral, sino como cáncer de mama con metástasis al cerebro.
  • Cada tipo de cáncer es diferente y con diferentes opciones de tratamiento, y cuyo pronóstico varía de entidad a entidad. Todo individuo con cáncer responde de manera diferente, por eso es importante realizar un diagnóstico y tratamiento individualizado, independientemente del tipo de cáncer que se trate. 

¿Qué es el cáncer de colon o cáncer colonorrectal?

El cáncer colorrectal es una patología frecuente que se origina en el colon o en el recto y a menudo tienen características comunes. El cáncer se origina cuando las células del cuerpo empiezan a crecer de manera descontrolada.

Las células de cualquier parte de nuestro cuerpo pueden convertirse en cáncer y extenderse a cualquier parte del cuerpo. Los siguientes son aspectos generales que debes conocer en relación a la anatomía y fisiología del tracto digestivo:

El colon y el recto son las porciones finales del tubo digestivo que se extiende desde la boca hasta el ano. El proceso digestivo es bastante sencillo de comprender. Todo inicia cuando ingerimos un alimento, lo masticamos y luego lo tragamos.

¿Qué sucede? En el estómago, la comida se muele o se destruye hasta formar pequeñas partículas que luego son impulsadas hacia el intestino delgado. Este es un proceso que el cuerpo controla de forma cuidadosa.

En esta porción del intestino es donde ocurre la digestión y absorción de los nutrientes contenidos en el alimento ingerido.

La comida que no se digiere ni se absorbe, pasa hacia el intestino grueso o colon y finalmente es expulsada a través del recto.

El intestino grueso mide entre 1 y 1,5 metros de largo, con un diámetro de 7,6 cm  y actúa como almacenador de residuos.

Ciertos componentes como el agua, las sales y vitaminas pueden formar parte del bolo fecal.

Algunos alimentos, como la fibra, son digeridos por bacterias provenientes del colon, y algunos productos de la digestión son absorbidos en esta porción del intestino.

Se estima que el 10% de la energía derivada de los alimentos proviene de estos productos de la digestión bacteriana en el colon. Estos desechos no digeridos pasan al recto de manera periódica.

Su llegada inicia los movimientos del intestino de tal forma que el contenido del colon es expulsado del cuerpo en forma de heces. Como has podido observar, la digestión de los alimentos es un proceso corporal esencial en el ser humano.

 La mayor parte de nuestro intestino grueso reposa dentro de una cavidad del abdomen llamada cavidad peritoneal formada por una capa, denominada peritoneo, que recubre completamente a los intestinos y otros órganos intraabdominales.

Esta capa permite que ciertas áreas del colon tengan mayor movilidad dentro de la cavidad. Sin embargo, hay ciertas estructuras que no están tapizadas por el peritoneo, como el recto, que se fija en su lugar por los tejidos que lo rodean.

Debido a su localización el tratamiento para el cáncer rectal con frecuencia es diferente al tratamiento del cáncer de colon, como explicaremos más adelante.

Capas del colon

A pesar de que el intestino grueso (colon) es tubular, estructuralmente es un órgano complicado.

Esta estructura en forma de tubo está compuesta por cuatro capas. Su capa más interna, denominada capa mucosa, está formada por células que recubren la cavidad a través de la cual viajan los alimentos no digeridos. Dicha capa se une a una segunda capa bastante fina llamada submucosa, que a su vez está unida a una capa de músculo, llamada capa muscular.

Todo el trayecto está rodeado por tejido fibroso que constituye la capa serosa.

El adenocarcinoma es el cáncer de colon más común y surge de la mucosa, es decir, la capa interna de células.

Estas células frecuentemente están expuestas a las toxinas provenientes de los alimentos y las bacterias, así como al desgaste mecánico de cada día y al proceso de renovación celular.

En este sentido, el problema principal deriva de errores en los genes que reemplazan esas células en constante cambio, y que desafortunadamente conducen a la proliferación y multiplicación descontrolada de células anormales que dan lugar al cáncer.

¿Cuáles son las causas del cáncer de colon o colonorrectal?

El cáncer colonorrectal no es una enfermedad contagiosa, por lo que una persona no puede contraer la enfermedad de un paciente con cáncer. Sin embargo, algunas personas son más propensas a desarrollar cáncer colorrectal que otras.

El cáncer colorrectal es un proceso multifactorial que incluye factores genéticos, exposición constante y acumulativa a carcinógenos del ambiente (incluyendo la dieta), y condiciones inflamatorias del tracto gastrointestinal. Todos estos factores de riesgo se resumen a continuación:

Genética y cáncer colorrectal

  • La genética es un factor de riesgo importante en el desarrollo de cáncer colorrectal. Aquellos familiares de primer grado de pacientes con cáncer de colon tienen un riesgo del 18%, es decir, tienen un riesgo tres veces mayor que la población general en Estados Unidos. (1)
  • La investigación actual indica que los factores genéticos tienen más correlación con el cáncer colorrectal. De hecho, los estudios demuestran que una mutación del gen APC es la causa de la poliposis adenomatosa familiar (PAF), y que los individuos que la padecen tienen un riesgo de casi el 100% de desarrollar cáncer colorrectal a los 40 años de edad. (2) (3)
  • El síndrome de poliposis hereditaria (síndrome de Lynch) posee un riesgo para cáncer colorrectal del 40%. Además, los individuos con este síndrome tienen mayores probabilidades de desarrollar cáncer urotelial, cáncer de endometrio y otros cánceres poco comunes.
  • A pesar de que la historia familiar de cáncer es un factor importante, el 80% de los cánceres colorrectales se producen esporádicamente en pacientes sin antecedentes familiares. Aproximadamente el 20% sí se relaciona con una historia familiar de cáncer colorrectal. Este es el caso de la poliposis adenomatosa familiar (PAF), en la que los miembros de la familia afectados desarrollarán un número incontable de pólipos en el colon durante su adolescencia, a menos que sea detectada a tiempo. Este tipo de mutaciones pueden ser detectadas con las pruebas adecuadas.
  • La poliposis adenomatosa familiar atenuada es una versión menos agresiva que la PAF. En este caso, los individuos tienden a desarrollan menor cantidad de pólipos en el colon (menos de 100); sin embargo, sigue siendo un factor de riesgo elevado de cáncer de colon a edades tempranas.
  • Por su parte, el síndrome de Lynch tiene la característica de que los miembro afectados pueden desarrollar pólipos o cáncer de colon, a menudo del colon derecho, a los 30 o 40 años de edad. En estos pacientes, es frecuente el desarrollo de cáncer de útero, cáncer de estómago, cáncer de ovario y cáncer urotelial.
  • A medida que el tiempo pasa, probablemente se identifiquen más síndromes hereditarios que se asocian con el cáncer colorrectal.

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¿Qué explicación existe acerca de la genética y el cáncer?

Pues bien, desde hace mucho tiempo se sabe que los cromosomas contienen toda la información de nuestro cuerpo y que cualquier daño a nivel de los cromosomas produce defectos genéticos que conducen a la formación de cáncer, bien sea en forma de pólipos o cáncer colorrectal.

Por lo que un cromosoma o un par de cromosomas dañados pueden resultar en pólipos o cáncer. En el caso de los síndromes hereditarios asociados con el cáncer de colon, las anomalías genéticas se heredan al nacer, por lo que ya están presentes en todas las células del cuerpo, de tal forma que es un proceso que no puede revertirse.

Pólipos de colon y cáncer colorrectal

Se cree que la mayoría de los cánceres colorrectales se desarrollan a partir de pólipos en el colon.

Los pólipos benignos o precancerosos se llaman pólipos adenomatosos.

Éstos se desarrollan cuando se producen errores a nivel de los genes contenidos en los cromosomas, que conducen a un daño de las células de revestimiento interno del colon.

Este daño produce células anormales, que en principio no han desarrollado la capacidad de propagarse, sin embargo, a medida que los factores ambientales producen sus efectos, el crecimiento anormal de las células dentro del pólipo empieza a hacer estragos y si las células logran extenderse a otros tejidos, se convierten en cáncer.

Dieta y cáncer colorrectal

  • La dieta humana contiene una gran variedad de agentes mutagénicos que se pueden metabolizar hacia carcinógenos (4). La mutagénesis del colon puede ser producida por una gran variedad de sustancias generadas por la interacción entre la dieta, la flora microbiana, y enzimas de la mucosa colónica.
  • Estudios epidemiológicos han demostrado que tener una dieta rica en carne roja y grasas animales aumenta el riesgo de cáncer colorrectal, por lo que hay una fuerte relación entre la dosis diaria de grasas y la incidencia de cáncer colorrectal.
  • También se ha asociado el cáncer colorrectal a una dieta pobre en frutas y verduras. Resulta importante seguir una dieta que garantice este consumo, ya que en su mayoría, estos alimentos contrarrestan los efectos de los carcinógenos, y esto contribuye notablemente a reducir el riesgo de cáncer.
  • Un consumo bajo de fibra es considerado como factor de riesgo en el desarrollo de cáncer colorrectal. Varios mecanismos explican esto:

Primero, la fibra disminuye el tiempo de tránsito de las heces, y minimiza el contacto de los carcinógenos y el epitelio colónico. Segundo, los polímeros de fibras pueden unirse a sustancias tóxicas y removerlas del epitelio. Sin embargo, no todos los tipos de fibra tienen esta capacidad protectora.

Las fibras menos fermentables producen niveles elevados de ácidos grasos de cadena corta y de butirato en ratas (5). Estos componentes, llevan a la reversión de las células, de neoplásicas a no-neoplásicas. Tercero, las grasas de la dieta, especialmente las grasas saturadas, aumentan el riesgo de cáncer de colon porque incrementan los niveles de ácidos grasos y de sales biliares libres en las heces, lo cual altera la mucosa del colon y puede estimular la proliferación epitelial reparativa.

  • Los factores asociados con un menor riesgo de cáncer colorrectal incluyen la ingesta de folato, la ingesta de calcio, y la terapia de reemplazo de estrógeno.
  • La obesidad y estilo de vida como el tabaquismo, el consumo de alcohol, y el sedentarismo también se han asociado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Un metaanálisis de estudios de cohorte prospectivo encontró una elevación modesta pero significativa del riesgo de cáncer colorrectal en los fumadores actuales; el riesgo fue mayor para los hombres y para los cánceres rectales que los cánceres de colon, persistiendo en los ex fumadores. (6)

Inflamación y cáncer de colon

Una enfermedad inflamatoria intestinal, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, también llevan a un mayor riesgo de desarrollar adenocarcinoma de colon o recto.

El riesgo para el desarrollo de malignidad colorrectal aumenta con la duración de la enfermedad inflamatoria intestinal y con la extensión de la enfermedad en el colon.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de colon?

El cáncer colorrectal tiene un crecimiento lento y puede estar presente varios años antes de que se desarrollen los síntomas. Hay información que sugiere que un pólipo se transforma en cáncer en aproximadamente 10 años, mientras que los pólipos displásicos progresan hacia malignidad en 3 años.

Los síntomas varían según la localización del tumor en el intestino grueso y a medida que aumenta de tamaño pueden producir cualesquiera de los siguientes síntomas:

  • Al obstruirse la luz del órgano se produce dolor, distensión abdominal y en casos extremos náuseas y vómitos. La mayoría de los cánceres de colon crecen circunferencialmente originando la imagen típica de una “manzana podrida”.
  • Al ser el colon derecho más ancho y flexible, puede adquirir un gran tamaño antes de que cause cualquier síntoma abdominal.
  • Por lo general, los cánceres de colon derecho causan anemia por la deficiencia de hierro debida a la pérdida de sangre que se produce durante un largo período de tiempo. La anemia por deficiencia de hierro cursa con fatiga y debilidad.
  • El colon izquierdo es más estrecho, por lo tanto, el cáncer de colon izquierdo es más propenso a causar obstrucción parcial del intestino, y producir síntomas como estreñimiento, dolor abdominal, diarrea, calambres y distensión abdominal.
  • Los tumores de colon sangran aproximadamente 6 ml por día. Si el tumor está localizado cerca del ano, la sangre se puede depositar en la superficie de las heces. Más frecuentemente, la sangre se mezcla con las heces cuando la localización es alta.
  • Los tumores invasivos penetran la capa muscular e invaden los tejidos subyacentes. Frecuentemente esto produce dolor, pero también pueden haber síntomas específicos según el órgano invadido: 1) La invasión local a recto puede producir tenesmo, 2) La invasión a vejiga puede producir síntomas urinarios, 3) El crecimiento dentro de la vejiga puede producir neumaturia y hematuria, 4) También puede producir perforación del intestino, y producir abdomen agudo, 5) Si el cáncer rectal se extiende a la grasa perirrectal puede asociarse con obstrucción uretral.
  • La caquexia por cáncer es un síndrome caracterizado por la pérdida del apetito, pérdida de peso y pérdida de la fuerza muscular. Esto es independiente del tamaño del tumor y se debe a una hormona llamada caquectina o factor de necrosis tumoral. Normalmente, esta hormona es un mediador de la respuesta inflamatoria, pero también tiene un efecto en el metabolismo del adipocito. Este síndrome es frecuente en pacientes con neoplasias gastrointestinales.
  • Los tumores malignos colorrectales usualmente no producen manifestaciones precoces en su historia natural.
  • Ocasionalmente, los pacientes con carcinoma de colon pueden presentar septicemia o endocarditis infecciosa.

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¿Cómo se detecta el cáncer colorrectal?

Cuando existe sospecha de alguna neoplasia colorrectal se debe examinar el colon en su totalidad.

  • La colonoscopia es considerada la prueba más sensible para confirmar el diagnóstico y localización del tumor.
  • El enema baritado de rayos X es un método de gran sensibilidad que a menudo complementa la información obtenida por procedimientos endoscópicos.
  • La técnica de doble contraste tiene mayor sensibilidad para el estudio de regiones pequeñas.
  • Los métodos de imágenes, incluyendo el ultrasonido, la tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear son útiles en la demostración de enfermedad avanzada, por ejemplo, en metástasis hepáticas.

¿En qué consiste el enema baritado?

El enema de bario es un estudio que consiste en tomar fotografías del colon y del recto después de que se ha administrado al paciente un enema con un líquido blanco que contiene bario. El bario es una sustancia química utilizada como medio de contraste para pintar las estructuras que se quieren evaluar, ya sea de forma radiopaca o radiolúcida.

Como medio de contraste, se utiliza con fines diagnósticos por su capacidad para absorber los rayos X en menor o mayor grado que los tejidos blandos.

Esto permite obtener una representación visual de las estructuras u órganos que están bajo estudio.

En el caso de los tumores y otras anomalías, la imagen se muestra como una sombra oscura en la radiografía. El medio de contraste mayormente utilizado para la exploración de rutina del tracto digestivo es el sulfato de bario, que debe estar en forma de sulfato no soluble en agua para evitar toxicidad de la mucosa gastrointestinal.

¿Qué es y en qué consiste la colonoscopia?

La colonoscopia es un procedimiento endoscópico que permite al médico mirar directamente en el interior del colon. Para ello, se utiliza un aparato endoscópico denominado colonoscopio. El colonoscopio es un tubo fino, largo y flexible que puede llegar a medir 185 cm y que tiene un diámetro variable, entre 1,0 y 1,3 cm.

La colonoscopia se hace a través de la introducción del colonoscopio por el recto y su progresión hacia el inicio del colon y final del intestino delgado.

De esta manera, es posible inspeccionar todo el interior del colon.

Generalmente, este estudio es más preciso que el enema de bario, especialmente en la detección de pólipos pequeños. Si se encuentran pólipos en cualquier área del colon, es posible eliminarlos a través del colonoscopio y posteriormente se envía la muestra a un estudio anatomopatológico. El patólogo es el médico especializado que examina los pólipos (muestra) bajo el microscopio y es quien hace el reporte acerca de la malignidad del tumor.

¿Qué otros procedimientos existen?

  • La sigmoidoscopia es otro procedimiento endoscópico que se realiza con una sonda flexible y más corta para examinar dos áreas en específico, el colon izquierdo y el recto. Se puede realizar después de administrar el enema de bario. Este estudio tiene obvias limitaciones, pero se pueden extirpar los pólipos y tomar biopsias de las muestras de igual forma que en una colonoscopia.
  • La cirugía laparoscópica se hace por medio de varias incisiones pequeñas en el abdomen en lugar de una incisión grande. Actualmente se  usa más ampliamente para algunos cánceres de colon y de recto. Este enfoque permite a los pacientes recuperarse más rápidamente y con menos dolor después de la operación, además parece ser casi tan eficaz como la cirugía convencional.
  • La ablación por radiofrecuencia es un tratamiento poco invasivo que se usa el calor para destruir los tumores. Se ha usado principalmente para tratar afecciones cardiacas y tumores en el hígado.

Recientemente se ha desarrollado una nueva técnica denominada “colonoscopia virtual”, que utiliza la tomografía computarizada para reproducir imágenes.

También es conocida como colonografía por tomografía computarizada, y se utiliza como técnica de cribado para el cáncer colorrectal (el screening solo se lleva a cabo en individuos asintomáticos con riesgo mediano de cáncer colorrectal).

Esta técnica emplea la tomografía computarizada utilizando dosis bajas de radiación y empleando un software especial para visualizar el interior del colon y detectar pólipos o masas. El procedimiento no requiere de sedación e implica la preparación intestinal con laxantes o enemas, seguido de la tomografía computarizada después de introducir aire en la cavidad colónica. Este estudio es igualmente capaz de detectar pólipos grandes.

La única desventaja es que con la colonoscopia virtual no se pueden extirpar los pólipos ni se pueden tomar biopsias del tejido.

Una vez confirmado el diagnóstico, se pueden realizar pruebas complementarias, como el cáncer colorrectal tiende a propagarse a los pulmones e hígado, se pueden realizar tomografías de los pulmones, hígado y abdomen. Actualmente, la técnica de tomografía más utilizada es la tomografía por emisión de positrones (TEP).

Otras veces, el médico especializado puede solicitar una prueba de marcadores tumorales a través de una muestra de sangre.

Generalmente se solicita el antígeno carcinoembrionario (CEA) en casos de sospecha de cáncer. Esta es una sustancia producida por algunas células cancerígenas del colon y del recto, y por otros tipos de cáncer.

A veces aparece en altos niveles en pacientes con cáncer colorrectal, especialmente cuando la enfermedad se ha extendido. Sin embargo, no todos los pacientes con cáncer colorrectal tienen niveles elevados de CEA, incluso si su cáncer se ha extendido a otros tejidos.

¿Cómo prevenir el cáncer de colon?

La prevención más eficaz es la detección temprana y la extirpación de los pólipos colorrectales precancerosos antes de que se conviertan en pólipos malignos. Incluso, la detección en estadios avanzados mejora las posibilidades de curación mediante la extirpación quirúrgica del tumor, antes de que la enfermedad se disemine a otros territorios.

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Tacto rectal y sangre oculta en las heces, ¿cuándo realizarlo?

Estos estudios se recomiendan en todas las personas mayores de 40 años, y es una exploración que cada personas debe realizar anualmente. Sobre todo aquellas personas con patologías gastrointestinales activas que pudieran estar produciendo una pérdida de sangre importante a través de las heces.

El examen rectal es una prueba bastante sencilla en la que el médico introduce un dedo enguantado a través del recto, y sirve para detectar algún crecimiento anormal en esta zona, o detectar si hay presencia de sangrado activo o trazos de sangre en las heces contenidas en la ampolla rectal.

Generalmente, las muestras de heces se mandan a análisis al laboratorio para su estudio y descartar que tengan sangre oculta. El tacto rectal es conveniente en el hombre porque simultáneamente se puede evaluar la glándula prostática y descartar patologías premalignas y malignas de próstata.

La importancia de la prueba de sangre oculta en las heces radica en que es una prueba sensible para detectar cáncer colorrectal y pólipos colorrectales. Las muestras tomadas pasan por un proceso de análisis riguroso y es un estudio práctico y económico. Usualmente se toman tres muestras consecutivas de heces para su estudio.

¿Qué sucede si el resultado es positivo?

Una persona que da positivo para sangre oculta en las heces tiene una probabilidad del 30%-45% de tener pólipos de colon y una probabilidad del 3%-5% de desarrollar cáncer de colon. Sin embargo, no es una regla que toda persona con sangre oculta en las heces tenga cáncer de colon, hay una gran variedad de condiciones que pueden producir este sangrado. Una vez confirmado, es importante realizar pruebas endoscópicas.

Obtener un resultado negativo no descarta la posibilidad de tener pólipos o cáncer de colon. En estos pacientes es viable realizar sigmoidoscopias o colonoscopias para corroborar que realmente no existen indicios de pólipos o cáncer, a pesar de que la prueba de sangre oculta en las heces haya resultado negativa.

¿Qué es el screening de cáncer de colon?

   El término “screening” solo se aplica para el uso de pruebas que buscan evidencia de pólipos precancerosos o cáncer colorrectal en individuos que son asintomáticos y tienen una situación de riesgo mediana. Si por el contrario la persona tiene antecedentes familiares de cáncer de colon o síntomas asociados  a cáncer de colon, en vez de someterse a pruebas de detección, son sometidos a pruebas diagnósticas.

El cribado solo incluye la colonoscopia o sigmoidoscopia flexible y el enema de bario. Estas pruebas son recomendadas a partir de los 50 años y se recomienda realizarlas cada 3 a 5 años. Actualmente es más recomendado el cribado mediante colonoscopia, y la edad de promedio para realizarlo es a partir de los 50-55 años.

Una vez diagnosticado el cáncer colorrectal, se llevan a cabo una serie de pruebas para determinar la extensión de la enfermedad. Este proceso es conocido como estadificación de la enfermedad, y determina cuán avanzada está.

El estadio I es el menos avanzado y solo involucra a las capas más internas del colon y del recto. En esta etapa la probabilidad de curación es muy buena y la tasa de supervivencia es superior al 90%.

El estadio II de la enfermedad involucra un crecimiento y extensión del tumor a través de la pared del colon o del recto en las estructuras adyacentes. El estadio III incluye la propagación del cáncer hacia los ganglios linfáticos locales.

Mientras que el estadio IV es el más avanzado; en este caso el cáncer ya ha hecho metástasis a otros órganos o ganglios linfáticos distantes al tumor original. Los individuos en este estadio tienen un pronóstico muy malo.

Sin embargo, independientemente del estadio y dependiendo de dónde se haya diseminado el cáncer existe oportunidad de cura.

Por otro lado, los oncólogos recomiendan iniciar una terapia auxiliar con quimioterapia porque estos medicamentos entran directamente en la sangre y atacan a las células cancerígenas antes de que produzcan mayor destrucción en el colon.

Se ha demostrado que esta terapia es efectiva en estadios avanzados de cáncer colorrectal.

Se recomienda en todos los pacientes con adenocarcinoma en estadio III. Normalmente el tratamiento se da por 6 meses y se administra por ciclos en un centro hospitalario.

Los efectos adversos varían de persona a persona. En general, estos medicamentos destruyen las células que crecen y se dividen rápidamente, por lo que las células blancas, glóbulos rojos y plaquetas pueden verse afectados por el tratamiento.

Como resultado, los efectos adversos más comunes incluyen anemia, pérdida de energía y una baja resistencia a las infecciones. Además, puede causar pérdida del cabello, llagas en la boca, náuseas, vómitos y diarrea.

El mejor tratamiento en el estadio IV (metástasis) de la enfermedad es la quimioterapia porque es una terapia sistémica. Sin embargo, por sí sola, la quimioterapia no  puede curar el cáncer de colon metastásico, pero puede aumentar la esperanza de vida del paciente y brindar calidad de vida durante el tratamiento.

Asesoramiento genético, ¿es recomendable?

El asesoramiento genético es tan importante como el tratamiento precoz.

La educación del paciente y sus familiares es lo más importante en estos casos, debido a la gran complejidad en la interpretación de resultados de cada prueba realizada.

Dentro de las ventajas del asesoramiento genético se encuentran las siguientes:

  • Identificación del riesgo en el que se encuentra cada grupo de la familia y la inclusión de colonoscopia y estudios complementarios de forma precoz.
  • La prevención de la enfermedad se hace dependiendo de los distintos tipos de cáncer, y se realizan pruebas específicas para cada uno de ellos.
  • Es importante aliviar la preocupación de los distintos miembros de la familia en caso de obtener resultados no concluyentes, o incluso en caso de resultados negativos.

Dieta en la prevención del cáncer colorrectal

Lo más importante en este sentido es adoptar un estilo de vida saludable y eliminar de su mesa aquellos alimentos ricos en grasas, como la carne, los huevos, productos lácteos, aderezo de ensaladas y aceites utilizados en la cocina.

Es importante reemplazar este tipo de alimentos por alimentos con mayor aporte nutricional y gran cantidad de fibra, de esta forma el intestino está menos expuesto a los productos carcinógenos que puedan estar presentes en el revestimiento epitelial.

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¿Cuál es el tratamiento del cáncer de colon o colorrectal?

La cirugía es el estándar de oro en el tratamiento del cáncer colorrectal. Durante la cirugía se remueven los ganglios linfáticos adyacentes y las zonas del intestino afectadas. Luego, un cirujano conecta las secciones sanas del intestino.

Para pacientes con cáncer de recto, si su localización es muy baja, se elimina el recto de forma permanente y posteriormente el cirujano crea una abertura en la pared abdominal, llamada colostomía, a través de la cual el paciente será capaz de expulsar los residuos provenientes del colon.

Lo más importante en estos casos es que el paciente reciba un entrenamiento adecuado de manera que pueda adaptarse a la colostomía y así volver a su rutina normal.

La terapia de radiación en el tratamiento primario del cáncer colorrectal se ha limitado a tratar el cáncer del recto.

Como se señaló anteriormente, mientras que partes del colon se mueven libremente dentro de la cavidad abdominal, el recto se fija en su lugar dentro de la pelvis, por lo que ocupa un lugar más reducido.

Por esta razón, los tumores de recto son más difíciles de eliminar quirúrgicamente, porque el espacio es más pequeño y otras estructuras pueden estar involucradas con el cáncer.

Por ello, la quimioterapia inicial y los tratamientos con radiación se recomiendan para todos los cánceres rectales tempranos para tratar de reducir el cáncer, y así permitir una fácil extracción y la disminución del riesgo de reaparición del cáncer.

Este tratamiento se cumple diariamente, es decir, se administra de lunes a viernes durante 5 a 6 semanas. El tiempo de tratamiento es muy corto pero requiere muchas visitas médicas. La radioterapia puede producir efectos secundarios como fatiga, pérdida del cabello e irritación de la piel en las áreas tratadas.

Opciones de tratamiento según el estadio de la enfermedad

Los estadios O, I, II y III se pueden curar mediante cirugía, pero es frecuente que en estadios II y III el paciente reciba simultáneamente quimioterapia para aumentar la probabilidad de acabar con la enfermedad. En el caso de los pacientes con cáncer de recto en estadios II y III lo ideal es que reciban quimioterapia con radioterapia antes o después de la cirugía. El estadio IV aunque no es curable puede tratarse.

  • Cáncer colorrectal estadio O: El tratamiento es la polipectomía o extirpación del pólipo durante una colonoscopia.
  • Cáncer colorrectal estadio I: El único tratamiento es la extirpación quirúrgica del pólipo y los ganglios linfáticos.
  • Cáncer colorrectal estadio II: En este estadio la cirugía y la quimioterapia son la mejor opción.
  • Cáncer colorrectal estadio III: El tratamiento suele incluir la extirpación quirúrgica del tumor, seguida de quimioterapia auxiliar.
  • Cáncer colorrectal estadio IV: El plan de tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia para reducir la velocidad de diseminación de la enfermedad.

¿Qué tratamiento es el más adecuado en la última etapa del cáncer colorrectal?

Una vez que el cáncer colorrectal se ha propagado en áreas distantes del tumor primario entra en la última fase de la enfermedad, el estadio IV. En este punto, el cáncer ya no se encuentra localizado sino que se ha extendido por todas las células del cuerpo y a diferentes tejidos.

El mejor tratamiento en esta fase es la quimioterapia porque es una terapia sistémica.

Esta vía de tratamiento ha demostrado prolongar la vida y mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer colorrectal metastásico. Si se maneja bien, los efectos secundarios pueden ser menos debilitantes. En este sentido, es realmente importante saber qué opciones de tratamiento existen.

Ello varía dependiendo de los problemas a los que se enfrenta el paciente, ya que cada persona es un caso diferente.

En el caso de individuos más aptos y sin complicaciones, se recomienda el uso de varios fármacos quimioterápicos, mientras que en aquellos pacientes más enfermos, los tratamientos simples suelen ser los mejores. Dentro de las diferentes combinaciones aprobadas por la FDA se encuentran:

  • Oxaliplatino (Eloxatín)
  • Irinotecán (Campto)
  • Cetuximab (Erbitux)
  • Bevacisumab (Avastin)
  • 5-FU, Fluorouracilo (Capecitabina)

Usualmente, la quimioterapia se administra diariamente, mientras que la radiación se hace dirigida. La quimioterapia estándar se basa en el uso de 5-FU, mediante inyección intravenosa o como infusión lenta. Además, existe una forma oral de 5-FU que se toma dos veces al día en los días de la radiación.

¿Cuál es el protocolo de seguimiento para cáncer colorrectal?

El seguimiento del paciente con cáncer es importante.

En esta etapa se realizan exámenes de rutina y de seguimiento para evitar la reaparición del cáncer. Por lo general, cuando el cáncer vuelve, se localiza en un lugar distante como los ganglios linfáticos, el hígado o los pulmones.

Las personas que han sido diagnosticadas de cáncer colorrectal siguen corriendo el riesgo de recurrencias hasta 10 años después de su diagnóstico y tratamiento inicial. En los primeros dos años se solicitan marcadores tumorales (CEA), colonoscopias (1 año después del diagnóstico) y la tomografía computarizada (suele realizarse una vez al año durante los primeros 2 a 5 años).

Remisión y probabilidad de recurrencias

La remisión se produce cuando los síntomas desaparecen por completo y no hay rastros de cáncer en ninguna parte del cuerpo. Sin embargo, la remisión puede ser temporal o permanente. Esto hace que muchas personas con cáncer sientan preocupación sobre si la enfermedad puede o no volver a aparecer.

Comprender las probabilidades de recurrencia desde el punto de vista de un especialista es importante, ya que proporciona mayor seguridad al paciente sobre qué medidas debe adoptar de ahora en adelante, y por supuesto, sobre los siguientes pasos si reaparece la enfermedad.

Generalmente, el tratamiento frente a una recurrencia es el mismo que en el caso de las metástasis. El médico puede necesitar realizar muchas pruebas ya realizadas anteriormente para corroborar la situación y partir con un esquema de tratamiento eficaz. Sea cual sea el tratamiento, los cuidados paliativos son importantes para aliviar los síntomas y los efectos secundarios.

Si el tratamiento falla de nuevo, las probabilidades de curación son muy bajas.

En este punto, los pacientes pasan por la fase terminal de la enfermedad, y el trabajo del médico y su equipo multidisciplinario es vital para garantizar que el paciente se sienta cómodo y apoyado por sus familiares y que no sienta dolor durante el proceso.

Se aconseja que tú y su familia piensen dónde estaría más cómodo: en el hogar, en el hospital o en un centro para enfermos terminales. El cuidado de enfermería y los equipos especiales pueden hacer que permanecer en el hogar sea una alternativa factible para muchas familias.

¿Qué depara el futuro para los pacientes con cáncer colorrectal?

Para las personas que viven con cáncer, se desarrolla una intensa investigación, actualmente sigue en curso, para entender mejor la biología y genética del cáncer de tal modo que los enfoques específicos sean desarrollados para atacar tipos específicos de cáncer y lo más importante, cánceres específicos.

Cada persona que vive con cáncer tiene una enfermedad con una biología única y un código genético diferente.

El secreto es mejorar los nuevos tratamientos para desbloquear ese código. El cáncer es muy complejo y los científicos están empezando a desentrañar sus secretos.

El progreso es lento y frustrante para los que luchan contra la enfermedad.

Sin embargo, cada año que pasa aumenta nuestra comprensión y los tratamientos se perfeccionan cada vez más.

Si tú o un miembro de su familia está viviendo con cáncer colorrectal, hable con su médico acerca de las maneras en que puede participar en la investigación a través de ensayos clínicos y así ayudar a aumentar nuestro conocimiento y mejorar nuestras terapias para esta difícil enfermedad.

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