Seguramente si te preguntan ¿para qué sirve el calcio? Tu única respuesta tendrá que ver con la materia ósea, puedes decir que ayuda al fortalecimiento de los huesos o lo que es lo mismo a mantener la salud de los huesos evitando que se debiliten. Dentro de la materia ósea puedes incluir la salud de los dientes.
Sin embargo no solo para ello debería ser tu respuesta a la pregunta ¿para qué sirve el calcio?
De hecho cumple otras funciones que no son tan conocidas pero lo cual no significa que no sean tan importantes, pues su participación en la coagulación de la sangre es necesaria y fundamental.
Las quinasas son formadas por enzimas que se encargan de la regulación de la actividad celular y de proteínas. Esta es una función importante que cumplen las enzimas quinasas, lo cual no podría ser posible sin la participación del calcio como una de sus funciones.
Es un mediador intracelular interviniendo de este modo además de en la coagulación también interviene en la contracción de los músculos.
Sin lugar a dudas son muy importantes sus funciones, dado que al tener que ver con la salud ósea previene las fracturas, las cuales son comunes al desarrollar osteoporosis. Lee: Vitaminas para los huesos.
No obstante cuenta con un requerimiento diario de entre 800 y 1000 miligramos en el caso de personas adultas, pues este requerimiento es diferente de acuerdo a la edad y a la condición particular de cada persona. De hecho existen etapas particulares como la del embarazo cuando es necesario 1000 miligramos, tal como se necesita en la premenopausia, durante la lactancia y durante la etapa del crecimiento. Luego durante la menopausia su requerimiento se estipula entre 1300 y 1500 miligramos, la misma cantidad en el caso de padecer osteoporosis
Es importante cumplir con este requerimiento diario, ya que un exceso de este mineral provocaría estreñimiento, alteraciones nerviosas y cálculos renales, mientras que un déficit de él potenciará la descalcificación ósea.
La homeostasis puede ser estabilizada gracias a esta sustancia en conjunto con el potasio y el fósforo, es decir que interviene en el equilibrio de sustancias líquidas y otras presentes en el organismo.
Puede ser adquirido a partir de la ingesta de ciertos alimentos de origen animal como la leche, la nata, la mantequilla, yogur, los quesos, huevos, almejas, besugo, salmón, langostinos, ostras, pulpo, camarones, mejillones, boquerones, sardinas y de origen vegetal como los vegetales de hojas verdes, la soja, grelos, lentejas, garbanzos, frijoles, frutos secos, espinacas, col rizada, cebolla, cardos, brócoli, acelga, naranja, ciruelas, melón, cerezas, albaricoque, frutillas, kiwi y mandarina.
Deformaciones óseas como el raquitismo, la osteoporosis, y la osteomalacia se relacionan con su déficit.
Una hipercalcemia se produce cuando existe un consumo exagerado de este mineral en cuyo caso provocará un exceso de calcificación en tejidos blandos y en los huesos además de interferir la absorción del zinc y del hierro.
Por ello es importante que conozcas las necesidades del requerimiento diario y para qué sirve el calcio.