Seguro has escuchado de la culebrilla, dolorosa e incómoda infección que pica en el cuerpo. Se le conoce coloquialmente con este término por la forma en que se manifiesta en la piel, siendo un malestar que al complicarse puede ser mortal, según creencias populares.
Repasemos juntos de qué se trata esta infección, cómo son sus síntomas y cuáles son los métodos de cura. Conozcamos todo lo que vale la pena saber de ella.
¿Qué es exactamente la culebrilla?
El herpes zóster, como también se le conoce, es una infección viral aguda que causa picazón y erupción en la piel caracterizada por ampollas muy dolorosas.
Una de cada 3 personas en Estados Unidos desarrolla culebrilla en algún momento de su vida, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC. Además, según registros oficiales, cada año son atendidos más de un millón de casos de esta infección en Norteamérica.
El contagio es producido por el virus, varicela zóster, mismo que causa esta enfermedad infecciosa. Se estima que hasta un 10% de las personas que han sufrido varicela padecen también de culebrilla (1).
El virus se instala en el organismo en estado durmiente cuando se contrae varicela, pudiendo activarse en cualquier momento y en cualquier parte del cuerpo como una erupción de herpes zóster.
Aunque el virus puede estar inactivo durante su existencia sin causar problemas, la ciencia cree que su activación ocurre tras un debilitamiento del sistema inmunológico. Aún se discute el por qué la varicela no confiere inmunidad contra el herpes zóster.
Lee si la culebrilla es contagiosa
¿Dónde se manifiesta más?
La culebrilla se manifiesta con más frecuencia en ambos lados del torso, hombros, cuello, cara y alrededor de los ojos. También en piernas, antebrazos, muñecas, abdomen y espalda.
Los riesgos de contraerla están asociados a la edad. Cuánto más años se tengan, más serán las probabilidades de infección. Cerca de un 50% de los casos de culebrilla ocurren en mayores de 60 años.
¿Cuáles son los principales síntomas de la culebrilla?
El dolor, picazón y ampollas que se llenan de líquido en las primeras 48 horas son los primeros síntomas del herpes. Las siguientes son otras señales de la infección:
- Fiebre.
- Fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Sensibilidad a la luz.
- Sensibilidad al tacto.
- Entumecimiento.
- Quemazón.
- Hormigueo en la zona afectada.
Aunque no hay una cura definitiva y la medicina no es la única opción, el doctor recetará un antiviral para acortar el tiempo que dura la virosis y aplacar sus incomodidades.
Los remedios naturales también colaboran en el tratamiento del dolor y para contrarrestar rápidamente las molestias de la culebrilla. Los siguientes son 5 sencillos y efectivos remedios practicados en casa y proveídos por la naturaleza.
1. Baños curativos
Limpiar las ampollas todos los días con baños de agua fría que liberen de estrés a la piel, reducirá los riesgos de que la infección se extienda a otras partes del cuerpo. La frescura del agua ayudará a aliviar el dolor de las burbujas y a calmar la picazón.
Un baño de sanación también será un aliado contra el herpes. Para ello se debe verter en el agua fría para la ducha una o dos tazas de almidón de maíz o de avena coloidal en polvo y dejar reposar por 15 o 20 minutos.
Emplear agua caliente acelerará el flujo sanguíneo empeorando las ampollas y aumentando la picazón. El secado debe ser cuidadoso con una toalla que tendrá que ser lavada para que otros no contraigan el virus.
2. Compresas frescas
Este es un remedio que junto a los baños curativos incrementará la efectividad del alivio. Aplicar una compresa húmeda y fría sobre la erupción tras la ducha para mitigar la picazón, aliviará el dolor y bajará las ganas de rascarse en el área afectada.
Colocar el trapo limpio cuántas veces se desee. No emplear hielo porque el frío excesivo podrá incrementar la sensibilidad en la piel y aumentar el dolor. Tampoco se deberá rascar la zona afectada porque provocará más ampollas y creará cicatrices.
3. Crema casera
Una crema casera a base de bicarbonato de sodio o de almidón de maíz también reducirá las incomodidades de la culebrilla. Puedes preparar una en casa siguiendo las siguientes indicaciones:
- Verter dos partes de bicarbonato o de fécula de maíz en un envase y agrega una parte de agua. Mezclar para conseguir una contextura pastosa.
- Añadir un poco más de agua o material sólido para una pasta más ligera o más densa, según se prefiera.
- Aplicar la mezcla en la zona afectada tras haber alcanzado la textura ideal.
- Enjuagar la crema tras 10 o 15 minutos de acción sobre la erupción. Luego secar el área dolida con cuidado.
- Repetir el remedio varias veces a lo largo del día.
4. Lociones y cremas calmantes
Será necesario emplear una loción comprada en una farmacia o tienda naturista cuando la picazón del herpes no se controle con los baños de sanación, las compresas húmedas y frías o con las cremas hogareñas de almidón de maíz o bicarbonato de sodio.
Una loción de estas no acelerará la sanación, pero sí brindará más comodidad. Las cremas aromatizadas o perfumadas podrán aumentar la irritación.
Se deben emplear cremas tópicas con capsaicina y aplicar sobre la erupción hasta 4 veces por día. Este es un ingrediente natural presente en los chiles con propiedades antiinflamatorias que ayudan a aliviar la picazón y el dolor.
El paciente no tiene que temer al sentir dolor después de aplicada la loción, pues esto suele ocurrir. Esta sensación pasará paulatinamente porque estos medicamentos operan disminuyendo las señales de dolor que van al cerebro.
Aplicar loción de calamina después del baño calmará la irritación y ayudará a que las ampollas se sequen. Este es un mineral presente en productos para el cuidado de enfermedades y síntomas de la piel.
5. Remedios dietéticos
El debilitamiento del sistema inmunológico empeora el herpes zóster. Esta defensa natural del organismo puede fortalecerse con cambios en la alimentación que eviten que las ampollas se extiendan por otras partes del cuerpo.
Hay alimentos que se deben consumir más y otros que deben ser evitados. Los que convienen son ricos en vitaminas A, B12, C y E y el aminoácido lisina, entre ellos:
- Verduras de hoja verde que contengan altas dosis de betacaroteno y calcio, fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico.
- Frutas ricas en vitamina C como naranjas, pomelos y otras de color naranja o amarillo.
- Ajos y cebollas crudas contentivas de alicina, estimulante de la función inmunológica.
- Carnes rojas, preferiblemente de animales alimentados con pastos.
- Pollo.
- Huevos.
- Pescado, solo silvestre. Excluir el de criadero.
- Lácteos.
- Legumbres.
- Granos enteros.
- Espinaca.
- Tomates.
La hidratación también es importante para acelerar el sanado de la culebrilla. Beber al menos 8 onzas de agua, 230 cc, cada 2 horas será lo ideal.
Los siguientes son alimentos a descartar al sufrir de un herpes zóster:
- Jugos y alimentos muy azucarados pues el azúcar reduce los glóbulos blancos que combaten las infecciones.
- Café y otros alimentos contentivos de cafeína por sus efectos deshidratantes.
- Bebidas carbonatadas porque contienen azúcares y promueven la acidez en el organismo.
- Alimentos ricos en el aminoácido arginina que incluyen gelatina, chocolate y nueces.
- Papas fritas y otras frituras porque estimulan la acidez en el organismo.
- Alimentos con alta concentración de grasas saturadas.
- Carbohidratos refinados.
¿Cuánto dura la culebrilla y cuáles son los principales factores de riesgo?
El virus puede durar de 2 a 6 semanas. Aunque la culebrilla no es mortal, sí es capaz de causar una complicación llamada, neuralgia postherpética, enfermedad dolorosa que afecta a los nervios y a la piel que puede prolongarse por semanas o meses, después de desaparecer la erupción.
A diferencia de otras enfermedades o dolencias, es posible sufrir del herpes en más de una ocasión en la vida. Los siguientes son los principales factores de riesgo vinculados a la aparición de la culebrilla:
- Sistema inmunológico débil.
- Superar los 50 años.
- Haber estado recientemente enfermo.
- Estrés excesivo.
- Haber experimentado un trauma mayor.
¿Cuáles son los principales suplementos para la culebrilla?
Vitamina C
- Dosis: entre 3 y 4 tabletas de 1.000 mg diariamente.
- Beneficios: aumenta los glóbulos blancos y ayuda a fortalecer la función inmunológica.
Lee nuestra guía sobre los 10 alimentos ricos en vitaminas C
Echinacea
- Dosis: un comprimido de 500 mg 3 veces al día.
- Beneficios: mejora las defensas y ayuda al organismo a combatir las infecciones y los virus.
Aceite de orégano
- Dosis: un comprimido de 500 mg 2 veces al día.
- Beneficios: es un potente antiviral.
Vitamina B12
- Dosis: entre 1.000 y 5.000 microgramos diarios.
- Beneficios: disminuye el dolor y promueve una rápida recuperación.
Lee nuestra guía sobre los 12 alimentos ricos en vitamina B12
Zinc
- Dosis: 50 mg diarios.
- Beneficios: es antiviral y fortalece el sistema inmunológico. Tratar de consumirlo tan pronto se presente el primer síntoma de culebrilla será lo ideal.
Lee nuestra guía para saber que alimentos contienen zinc
¿Hay algunos aceites esenciales que pueden ayudarme para la culebrilla?
Sí. Está comprobada la efectividad del aceite esencial de geranio contra el herpes zóster y el dolor ocasionado por la neuralgia postherpética. En comparación con los ungüentos con capsaicina, entre los más recetados para tratar la culebrilla, la aplicación tópica del aceite sí aliviará el dolor en pocos minutos.
Los siguientes son otros aceites esenciales con propiedades antivirales empleados para combatir el herpes:
- Aceite de limoncillo.
- Aceite de árbol de té.
- Aceite de menta.
- Aceite de lavanda.
- Aceite de semillas de comino negro.
Mezclar dos gotas del aceite esencial con ¼ de cucharadita de aceite de coco sobre la zona dolida será una buena receta. Se debe frotar un poco de loción en un área no afectada para descartar reacciones negativas, antes de aplicarla sobre las ampollas.
¿Hay algunos otros remedios naturales contra la culebrilla?
Sí, la miel. Una investigación emprendida en 2012 demostró que la miel de Manuka, arbusto que crece principalmente en Nueva Zelanda y Australia y la de trébol, tienen potente acción antiviral contra el virus zóster. Se debe aplicar 3 veces al día en el área de la erupción (2).
Un factor que favorece a la aparición de la culebrilla es el estrés. Una investigación de la Clínica Mayo estableció que su control es determinante para prevenir y tratar el herpes. (3).
Los cambios favorables en el estilo de vida podrán ayudar a disminuir el estrés y a reforzar el sistema inmunológico y salud en general.
¿Cómo se trata convencionalmente el herpes zóster?
La culebrilla no tiene cura y su tratamiento convencional consiste en administrar:
- Famciclovir (Famvir), Valacyclovir (Valtrex), Acyclovir (Zovirax) y otros antivirales.
- Cremas tópicas contentivas de capsaicina para mitigar el dolor y la picazón.
- Inyección de esteroides.
- Anestésico tópico local.
- Antidepresivos tricíclicos, anticonvulsivos y medicamentos que contengan narcóticos como codeína.
Aunque hay una vacuna preventiva autorizada en 2006 que disminuye hasta 50% los riesgos de contraer el virus, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos sugieren aplicarla a mayores de 60 años.
Los efectos secundarios de la vacuna no están totalmente investigados, pero se cree que los riesgos de daños severos son pocos. Embarazadas o mujeres que quieren quedar en estado no deben usarla, según recomendación de los CDC (5).
¿El herpes zóster se puede contagiar y complicar?
Sí. El herpes zóster se puede contagiar a cualquier persona que no esté inmunizada contra la varicela. Puede producirse por contacto directo con las ampollas de la erupción abierta, pero el contagio no será de culebrilla, sino de varicela.
Es recomendable que los afectados por herpes zóster busquen ayuda médica inmediata en los siguientes casos:
- Al superar los 70 años.
- Sistema inmunológico débil a causa de problemas crónicos de salud.
- Dolor, picazón y sarpullido cerca de los ojos. Una falta de tratamiento puede ocasionar daños permanentes en la visión.
- Erupción generalizada y dolorosa.
La complicación más frecuente del herpes zóster es la neuralgia postherpética, caracterizada porque el dolor en el paciente puede mantenerse por años después de superada la erupción, aunque esto ocurre con poca frecuencia. El riesgo de aparición y durabilidad de esta enfermedad aumenta con la edad.
El herpes zóster puede causar neumonía, ceguera, particularmente por erupciones cercanas a los ojos, problemas auditivos, inflamación cerebral y la muerte, en casos extremadamente raros.
Todas las personas están expuestas a la culebrilla, por ello espero que este artículo te sirva de orientación para reconocer sus síntomas cuánto antes.
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Ver También:
- Cómo quitar y prevenir el herpes labial de forma natural
- 5 remedios caseros para el herpes
- Aftas Bucales: Qué Son y Cómo Evitarlas
Yo tengo actualmente un herpes zoster o culebrilla, que ya esta casi curado. Lo primero que me dijo el medico al verlo es que NI SE ME OCURRIERA MOJARLO. Me mando una solucion de cobre liquida para secar la zona afectada (hay quien usa alcohol, pero esto es mejor) y me dijo que no me duchara, que me lavase el resto del cuerpo por separado, para no mojar la zona afectada. Tambien me mandó unas pastillas antivirales (porque este herpes esta provocado por un virus). Han pasado 4 dias y esta genial, seco y curandose muy rapido. Asi que…
ID AL MEDICO, QUE ELLOS SABEN TRATARLO A LA PERFECCION, Y NO LO MOJEIS!!!!!!!!!!!!!!!!!!