La salud de nuestros hijos es siempre de vital importancia para nosotros. Por tal razón, es normal que te preocupes cuando tu hijo presenta fiebre.
Sin embargo, es necesario no entrar en pánico, ya que lo más probable es que la alta temperatura no sea síntoma de una enfermedad grave.
De hecho, es común que los niños pequeños padezcan fiebre en algún momento durante sus primeros años, por eso es necesario que estés bien informado sobre sus posibles causas, y sobre todo, la mejor manera de proceder.
¿Qué Es La Fiebre?
A todos nos ha pasado. Te despiertas a media noche debido al llanto de tu hijo pequeño, colocas tu mano en su frente y te das cuenta que tiene fiebre. Le tomas la temperatura y descubres que tiene 39°C, y la preocupación y el miedo te invaden.
Por supuesto, tu primer impulso es llamar al médico, pero los expertos aconsejan que mantengas la calma. Claro que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Muchos padres padecen lo que se conoce como “Fiebrefobia”, que es una preocupación excesiva sobre las posibles causas de la fiebre.
El 30% de las visitas pediátricas están relacionadas con la fiebre. Según explica Robert Steele, pediatra en el Hospital Infantil St. John’s, en Missouri: “Muchos padres creen que la fiebre es muy peligrosa, sin embargo, en la mayoría de los casos no es nada grave”.
En realidad, la fiebre es una buena señal, pues significa que el sistema inmune del cuerpo funciona como debe, combatiéndola causa de la enfermedad o infección con altas temperaturas.
El cerebro le indica al cuerpo que incremente su temperatura, mientras que los glóbulos blancos atacan y destruyen virus y bacterias invasores.
Los niños sanos de todas las edades pueden tolerar sin problemas temperaturas de hasta 41°C sin sufrir ninguna complicación.
Aunque puede sonar preocupante, es mejor que estés preparado porque lo más probable es que tu hijo en algún punto padezca fiebre.
¿Qué Hacer Si Tu Hijo Tiene Fiebre?
Como padre, la manera adecuada de proceder depende de la edad y de qué tan alta es la fiebre que presenta el niño.
Si tiene menos de 3 meses de edad, cualquier temperatura mayor a los 38°C indica que es momento de llamar al médico.
Esto es debido a que a tan corta edad, su sistema inmune no está plenamente desarrollado, por lo que es más susceptible a infecciones bacterianas como meningitis o neumonía, y la fiebre suele ser el único síntoma de estas enfermedades en bebés.
En el caso de los niños entre 3 y 6 meses de edad, deberán ser atendidos por el doctor si la temperatura llega a los 38°C. Si el niño es mayor a los 6 meses de edad, puedes llamar al médico si la fiebre llega a los 39°C.
No obstante, si el bebé presenta fiebre de 38°C, y también otros síntomas como congestión nasal, dolor de garganta, tos, dolor corporal, dolor de cabeza, fatiga y diarrea, requiere atención médica ya que son los síntomas de la gripe H1N1, muy similares a la influenza estacional.
Estos síntomas tienden a presentarse en las 24 horas posteriores a la aparición de la fiebre. Es probable que el pediatra recete Tamiflu, un antiviral para reducir la intensidad y la duración de las molestias.
Dado que la fiebre es señal de un malestar subyacente, lo más importante es poner atención a la aparición de otros síntomas.
Si el niño tiene catarro y una fiebre moderada (38°C), seguramente tiene un resfriado. Si sus malestares además de la fiebre son vómito y diarrea, entonces lo más probable es que tenga algún virus estomacal. En ambos casos, la fiebre se incrementa de forma gradual y desaparece a los pocos días.
En contraste, los síntomas de la gripe estacional y de la H1N1 se presentan de forma abrupta. Un día el niño está perfectamente sano y activo, y al día siguiente no puede levantarse de la cama.
En los casos de alto riesgo (niños menores de 5 años con enfermedades como asma o diabetes), el médico deberá recetar un tratamiento.
Mientras que en los casos de niños sanos, el doctor asumirá que padece gripe y le indicará reposo en espera de que la fiebre disminuya en las siguientes 24 horas.
Lee nuestra guía sobre los remedios caseros para la fiebre
Señales De Alerta
Si el niño padece además de fiebre, dolor de garganta, dolor de oído o dolor al orinar, requiere atención médica, ya que podrían ser síntomas de estreptococo en la garganta, infección de oído o infección en las vías urinarias.
Para el tratamiento de estas afecciones será necesario el uso de antibióticos.
Casos De Emergencia
Aunque son casos raros, si el niño presenta estos síntomas, deberás acudir a la sala de emergencias porque requiere atención inmediata:
- Dificultad severa para respirar.
- No para de llorar.
- Dificultad para caminar.
- Sarpullido que no se aclara al tacto o manchas que lucen como hematomas. Estos síntomas pueden implicar la presencia de meningococcemia, una infección en la sangre que puede causar la muerte.
- Lengua, labios o uñas azuladas, pueden significar falta de oxígeno.
- Cuello rígido, señal común de meningitis.
- Dolor abdominal, que podría significar un cuadro de apendicitis.
- Fiebre que reaparece días después, puede indicar el desarrollo de una segunda infección.
También deberás llamar al médico si tu hijo tiene menos de 2 años de edad y la fiebre le ha durado más de 24 horas.
En el caso de niños más grandes, puedes esperar 72 horas antes de acudir al doctor, a menos que presente los síntomas de gripe o influenza antes mencionados.
Bajar La Fiebre
Al recurrir a medicamentos para bajar la fiebre, es muy probable que después de que pase el efecto la temperatura vuelva a subir, ya que la causa subyacente no se ha eliminado.
Por lo tanto, para determinar la gravedad de la afección y del método a seguir, debes poner atención en cómo se ve el niño, qué siente y cómo actúa, más que lo que marca el termómetro.
Si por ejemplo tienes que perseguir al niño para tratar de darle la medicina, es muy probable que ni siquiera la necesite, pues se siente lo bastante bien en general para estar activo.
Es importante tener presente que en la mayoría de los casos, si bien es necesario estar vigilante, es recomendable dejar que la fiebre siga su curso y cumpla con su función: ayudar al cuerpo a combatir la infección que la causa.
Lee nuestra guía sobre cómo bajar la fiebre en adultos y niños de forma natural y sencilla
Tratamientos Convencionales Para Bajar La Fiebre
Si el niño tiene molestias y está muy malhumorado, entonces está bien darle un medicamento para que se sienta mejor.
En el caso de los niños menores de 6 meses de edad, el único medicamento recomendado es el acetaminofén (como el Tylenol).
Para los niños entre 6 y 12 meses de edad, acetaminofén en supositorio puede ser de gran utilidad, si estás teniendo dificultades para que lo ingiera vía oral. FeverAll cuenta con tres presentaciones e instrucciones precisas para tratar la fiebre en este rango de edad.
Para los bebés más grandes y los niños, el ibuprofeno infantil es una buena opción, aunque puede causar irritación estomacal.
No olvides que la aspirina está totalmente contraindicada en los niños menores de 16 años, pues puede ocasionar el síndrome de Reye, una condición que puede causar la muerte al dañar severamente el hígado.
Si la fiebre persiste, el médico podría recetar un tratamiento que incluya ibuprofeno y acetaminofeno. Si es el caso, asegúrate de llevar un registro exacto de las tomas para evitar una posible sobredosis.
Remedios Caseros Para Bajar La Fiebre en Niños
Las medicinas no son la única opción para tratar la fiebre en niños. Un baño tibio puede ayudar a controlar la alta temperatura aunque debes evitar el uso de agua fría o hielos, ya que al pasar el efecto, la fiebre puede agudizarse.
Evita también las frotaciones con alcohol. Es un método popular muy peligroso, ya que puede causar intoxicación, convulsiones e incluso un coma.
Debes darle a tu hijo muchos líquidos, incluso paletas heladas y gelatinas, que le ayudarán a combatir la enfermedad a la vez que lo mantienen hidratado.
Si tiene vómito o diarrea, reemplaza los líquidos que ha perdido con un rehidratante oral con electrolitos.
No cometas el error de sobretaparlo con mantas o ropa. Las prendas ligeras son lo mejor mientras dura la fiebre. La idea de vestirlo es porque puede tener frío un momento, y estar sudando al siguiente.
También es importante darle al niño abrazos, cuidados y cariño. El afecto materno le ayudará también a sentirse mejor, pues tiene un efecto calmante en los bebés.
El uso del termómetro
Para tomar la temperatura, algunos métodos son más precisos que otros:
Rectal
A los niños mayores no les gusta, pero es la mejor opción para los pequeños menores de 3 años o cuando una lectura muy precisa es esencial, pues el método más exacto.
Para usarlo, debes colocar al niño en tus piernas sobre su espalda, con las piernas levantadas.
Oral
La lectura puede no lograrse si el niño no es capaz de sostener el termómetro debajo de la lengua el tiempo suficiente hasta que suene el indicador.
Su ventaja es que es muy fácil de usar, y su confiabilidad es adecuada.
Si el niño ha ingerido algo, ya sea caliente o frío, es aconsejable esperar unos 15 o 20 minutos para tomar la temperatura.
Axilar
Si la habitación está fría, se puede obtener una lectura equivocada. Sin embargo, es de uso accesible.
Para mayor exactitud, muchos doctores recomiendan agregar un grado a la lectura obtenida.
En Los Oídos
La desventaja de este método es que es difícil de insertar de manera adecuada para obtener la lectura correcta, especialmente en niños menores a un año de edad.
Para mejores resultados, jala su oído ligeramente hacia arriba y hacia atrás para insertar el termómetro.
En La Frente
Este termómetro es el más costoso. Su ventaja es que es una opción muy cómoda para los niños y se puede tomar la temperatura en segundos.
Debe deslizarse a una altura media entre las cejas y la línea del cabello para que la lectura sea más precisa.
¿Cuándo llamar al doctor?
De acuerdo con la Asociación Americana de Pediatras, debes llamar al médico si tu bebé o niño registra estas temperaturas:
Menor a los 2 meses de edad, 38°C.
De 3 a 6 meses de edad, 38.3°C.
Mayor a 6 meses de edad: 39.4°C.
Preguntas comunes
¿Mi hijo puede tener convulsiones febriles?
Las convulsiones febriles se presentan cuando la temperatura sube más de forma repentina, afectando la actividad eléctrica normal del cerebro. Tu hijo será propenso a sufrirlas si hay historial en la familia o si sufrió una durante el año anterior.
Aunque los síntomas de las convulsiones son muy perturbadores (espasmos, ojos en blanco y vómito), lo cierto es que rara vez causan algún tipo de lesión o derivan en epilepsia.
Si se presenta un episodio de convulsión febril, lo recomendable es que mantengas a tu hijo en el suelo, lejos de muebles u objetos filosos, y coloca su cabeza de lado para evitar que la lengua obstruya su respiración.
Si las convulsiones duran más de 5 minutos, deberás llamar al número de emergencias.
¿La fiebre puede provocar alucinaciones?
Aunque las alucinaciones en personas adultas con fiebre son más comunes que en niños, sí se dan casos.
Esto suele suceder con fiebres superiores a los 39 °C, sin embargo, por mucho que puedan resultar atemorizantes para los niños y también para los padres, son inofensivas.
¿La fiebre muy alta puede causar daño cerebral?
Si la fiebre supera los 41°C, existe el riesgo de daño cerebral. Sin embargo, este tipo de lesiones no se presentan únicamente por la afección que causó la fiebre.
En general, se presenta cuando el niño tuvo además un golpe de calor (como puede ocurrir al dejarlo en un automóvil encerrado, durante un verano muy caluroso).
Conclusiones
Lo más recomendable para tratar las fiebres en niños es, primeramente, no perder la calma ni entrar en pánico, ya que en la mayoría de los casos, no implican nada grave.
Lo siguiente es tomar en cuenta los síntomas que acompañan a la fiebre y la edad del niño, para determinar la mejor manera de proceder.
Si observas señales de alarma, como las que hemos señalado aquí, busca ayuda médica de inmediato.
Ver También:
- Dolor De Garganta Sin Fiebre: Causas Y Peligros
- Vómito En Proyectil: Causas En Bebés, Niños Y Adultos
- Comer Saludable Para Niños: Guía Definitiva