Por presentar algunas similitudes en su área de afectación, los dolores de espalda y de riñón tienden a confundirse, pero al momento del diagnóstico, tanto sus síntomas como el tratamiento a seguir son dos factores que marcan una enorme diferencia.
Un dolor de espalda es continuo, el del riñón puede ser leve o intenso, además de intermitente. Cuando la espalda duele, la incomodidad se extiende hasta los hombros y la parte baja del cuello. Si el riñón molesta, el dolor se manifiesta a los costados, pudiendo ser el derecho o el izquierdo.
Establezcamos los factores principales de ambas dolencias en la siguiente tabla:
Factores principales | Dolor de espalda | Dolor de riñón |
Causas | Factores de tipo mecánico (la mayoría de las veces). | Diversas |
Síntomas | Espasmos musculares, dificultad para respirar, afectación de la movilidad de tronco y cuello. | Los más frecuentes son vómito, mareo, diarrea, salpullido. |
Área comprometida | Zona dorsal (cifosis). Músculos interescapulares (dolor en cinturón). | Costado (entre la espalda alta y el glúteo). |
Duración | Menos de un mes | Tres meses o más |
Tratamiento | Fácil de tratar y aliviar, si no es crónico. | Requiere de reposo y de la atención de un especialista. |
Dolor de espalda: causas y tratamiento
Antes de ahondar en qué lo origina y cómo se puede curar, es importante destacar que la dorsalgia (dolor de espalda) es una afección bastante desestimada dentro de la rama de las patologías de la columna vertebral. Según Maigne (1998) en su libro El dolor de espalda, estas dolencias son psicológicas, es decir, creadas por el mismo sujeto como resultado del estrés, experiencias negativas mal canalizadas, depresión o alguna frustración o conflicto personal.
Sin embargo, según otros estudios, son consecuencias de cambios en las estructuras o funciones de las células por factores musculares, variaciones de la estática y de la mecánica postural, esto quiere decir malas posiciones del cuerpo durante extensos periodos o alguna deformidad ya existente como escoliosis, hiperlordosis, hipercifosis, entre otras.
También el estrés, la carga emocional (ansiedad), las enfermedades autoinmunes, los puntos gatillo miofaciales (áreas de un músculo con dolor) las alteraciones en los órganos internos (problemas congénitos), alguna caída o golpe en la zona, un mal movimiento, un gran esfuerzo, la reducción de la cantidad de calcio en los huesos o el sobrepeso pueden originarlas.
¿Cuál es el tratamiento más indicado?
Todo dependerá de las causas que originen la molestia, de los resultados que arroje el diagnóstico y de los síntomas presentados. Es importante destacar que toda receta médica persigue como meta principal calmar el dolor de la zona afectada, retomar el funcionamiento de los músculos comprometidos, fortalecerlos y reactivar la movilidad en las articulaciones, para que así todas las partes del cuerpo que generan el movimiento correcto de la zona vuelvan a trabajar en conjunto.
Se recetan antibióticos y antinflamatorios para aminorar las dolencias. A su vez, un tratamiento fisioterapéutico para incluir los tejidos musculares y las articulaciones. Además de esto, acompañamiento psicológico para canalizar mejor emociones negativas, conflictos y preocupaciones, recordando siempre evitar encorvar la espalda para así no reincidir en la molestia y prevenir deformidades en la columna vertebral.
Dolor de riñón: causas y tratamiento
En primer lugar es necesario señalar que los dolores en los costados o los riñones nos alertan acerca de algunas irregularidades en el funcionamiento de ese órgano. Las infecciones, los cálculos renales, las lesiones o bolsas con fluidos en el riñón, su inflamación así como la de la pelvis, la tuberculosis o cáncer renal son causantes de este padecimiento.
A este listado también se suman la neumonía, la pancreatitis, la artritis, los espasmos musculares, entre otros. Al igual que el dolor de espalda, el tratamiento a indicar está sujeto a varios factores, como causas, síntomas, información obtenida por medio del diagnóstico y resultados de exámenes (análisis de orina, evaluación interna de la vejiga urinaria o tomografía del abdomen).
Si el dolor es ocasionado por infección o piedras en el riñón, lo recomendable es garantizar la hidratación con la ingesta de líquidos para así promover su expulsión a través de la orina; también se prescriben antibióticos para atacar la reproducción de microorganismos patógenos en la zona.
Si el dolor del riñón es causado por espasmos musculares, lo idóneo es la terapia y el descanso para así combatir los calambres o contracciones involuntarias generadas. Finalmente, si es una inflamación la que produce la dolencia en este órgano se prescribirán terapia física, ejercicios, antibióticos y antinflamatorios.
En todo caso debemos consumir una dieta abundante en vegetales verdes, ajo y frutas, como la patilla (sandía) o lechosa (papaya), ideales para evitar daños o agresiones a este importante órgano encargado de desintoxicar o depurar nuestro organismo.
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