Hechos interesantes sobre la Fibromialgia
- La fibromialgia es una enfermedad común en las mujeres (entre un 80% a un 90% de ellas).
- La edad de aparición es entre los 20 y 50 años de edad, sin embargo puede afectar a niños mayores.
- Según las estadísticas un 90% de los pacientes con fibromialgia no son debidamente diagnosticados.
- Para su diagnóstico es necesario tener una historia clínica de dolor generalizado por más de tres meses, y debe acompañarse de hipersensibilidad y dolor a la palpación de 11 puntos gatillo diferentes.
- El dolor es un síntoma frecuente en el 85% de los pacientes.
- Los problemas cognitivos son frecuentes, como la pérdida de memoria o falta de concentración en distintos grados de severidad.
- El síntoma principal fibromialgia es la aparición de dolor intenso y generalizado que no cede con medicamentos o reposo. Además, suele acompañarse de rigidez por las mañanas, náuseas, parestesias, calambres, cefaleas, fotofobia, alteraciones del sueño, estados ansiosos, depresión, urgencia urinaria, síndrome de colon irritable, entre otros.
- Se dice que el origen de la FM si basa en una alteración en la forma en que el SNC procesa la información aferente, y muchas investigaciones sugieren un componente genético (muy frecuente entre hermanos en familias con algún antecedente, e incluso entre madres y sus hijos.
- Sus síntomas se asocian a dolor crónico generalizado, fatiga moderada, alteraciones en el patrón del sueño, problemas de concentración y memoria. Se suele acompañar de estrés psicológico (ansiedad o depresión), sensibilidad a la luz, sonidos u olores; en muchos casos acompañada de disfunción sexual, y espasticidad matutina o luego de largos período de reposo.
- Existen factores de riesgo asociados a la fibromialgia, como la ansiedad, estrés, traumatismos, depresión, sueño no reparador, predisposición genética enfermedades autoinmunes y del tejido conjuntivo.
- Los criterios diagnósticos del Colegio Americano de Reumatología de 1990 incluye una historia de dolor generalizado en los cuatro cuadrantes del cuerpo duración mínima de tres meses, y dolor e hipersensibilidad en al menos 11 puntos de 18 puntos blandos cuando se aplica una fuerza de 4kg/cm2. En el 2010 se establecieron nuevos criterios diagnósticos basados en un cuestionario que tomaba cuenta un índice de dolor generalizado y signos y síntomas de acuerdo a su severidad, sin incluir estudio de los puntos de sensibilidad para diagnosticar la enfermedad. De hecho, desde 1980 ambos criterios incluyen dicho cuestionario como base para el diagnóstico de la fibromialgia.
- En 2013 múltiples compañías de seguros comenzaron a aplicar dicho cuestionario en el diagnóstico de la enfermedad.
- Actualmente no existe una cura de la enfermedad, sin embargo, el tratamiento sintomático suele mejorar la evolución de la misma y calidad de vida de los pacientes. Entre los medicamentos se utilizan moduladores del dolor, relajantes de la musculatura, ejercicio físico, psicoterapia y tratamientos complementarios que incluyen masajes terapéuticos, acupuntura y yoga (lo cual es opcional, y no hay evidencias de que prevenga la enfermedad o mejore los síntomas al 100%).
- Cada paciente experimenta la fibromialgia de manera diferente, con distintos cuadros de severidad, por lo que la atención individualizada y especializada es requerida.
- Recientes estudios han comprobado que los pacientes con FM no sufren de artritis.
La Fibromialgia ha existido por siglos, y de hecho muchos adultos mayores que experimentaron los síntomas de fibromialgia, muy probablemente fueron diagnosticados con enfermedad reumática. En 1904 Sir Williams Gowers describió por primera vez la “fibrositis” y fue un término utilizado para describir los síntomas de reumatismo en los tejidos blandos.
Esto indicaba que la presencia de inflamación era la causa principal del dolor en estos pacientes.
Pero no fue sino hasta después, que se descubrió que la inflamación presente en enfermedades reumáticas no se evidenciaba en pacientes con Fibromialgia. Fue en 1990 que el término de Fibromialgia se introdujo en la comunidad científica como una entidad única que debía ser estudiada con mayor detenimiento y por supuesto, diagnosticada y tratada con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente.
¿Qué es la Fibromialgia?
La fibromialgia es una enfermedad crónica y compleja que cursa con dolor músculo esquelético generalizado, acompañado de una exagerada hipersensibilidad que puede afectar todo el cuerpo o migrar hacia áreas específicas del mismo. Suele presentarse junto a otros síntomas como dolor, disminución de la sensibilidad, fatiga persistente, limitación de la funcionalidad y sueño no reparador. La rigidez corporal es un síntoma que debe llamar la atención si se acompaña de los cambios anteriormente mencionados.
A menudo, esta entidad nosológica coexiste con una variedad de síndromes como el síndrome de colon irritable, vejiga hiperactiva, migrañas, síndrome de dolor miofacial, enfermedad de reflujo gastroesofágico, trastornos del sueño, bruxismo, y frecuentemente se asocia a alteraciones en el estado de ánimo y a problemas de memoria y / o concentración.
Comúnmente el estrés empeora los síntomas y problemas relacionados. Esta enfermedad forma parte de las enfermedades reumáticas que afectan las partes blandas como los músculos, tendones y ligamentos. Comúnmente afecta la esfera física, mental y social del individuo, lo que sin duda afecta las actividades regulares y el desempeño de la persona en sus distintos ámbitos de vida.
Se dice que esta enfermedad es de 6 a 8 veces más frecuente en el sexo femenino que en el sexo masculino, con una tasa de afectación del 4 al 5% de la población general, por lo que aproximadamente 10 millones de americanos sufren de fibromialgia.
Puede afectar a personas de cualquier edad, incluyendo a los niños y a aquellos individuos con enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide.
Las causas de la enfermedad no son bien conocidas,y se cree que ocurre por disfunción del SNC, lo cual origina una especie de “amplificación” a las señales del dolor, haciendo que la persona experimente dolor en distintas intensidades.
Sin embargo, la Fibromialgia es mucho más que dolor, y se puede presentar con otros síntomas que varían de persona a persona.
Los especialistas en el área diagnostican la enfermedad basándose en la clínica del paciente, por lo que otras pruebas son usadas como un complemento que ayuda a diagnosticar otras condiciones existentes como lupus, resistencia a las hormonas tiroideas, y artritis reumatoide.
Aunque no existe una cura contra la enfermedad, el manejo multidisciplinario es el más recomendado en estos casos, ya que mejora los síntomas y la calidad de vida del paciente, además que los medicamentos, terapias de la conducta y ejercicios físicos orientados generan un impacto positivo en la evolución de la enfermedad.
¿Cuán prevalente es la Fibromialgia?
La fibromialgia es uno de los trastornos del dolor más frecuentes. A nivel mundial afecta a personas de todas las razas y grupos etarios. La FM afecta aproximadamente a 10 millones de personas en los EE.UU y afecta en promedio al 6% de la población mundial.
Es una enfermedad muy prevalente en las mujeres (entre el 70% al 90%), a pesar de que puede manifestarse en adultos mayores, jóvenes y niños. De hecho, la Fibromialgia Juvenil está captando bastante atención en el campo científico, y actualmente se siguen realizando estudios que comprueban más y más casos de fibromialgia en niños e incluso en familias con antecedentes de enfermedades reumáticas y autoinmunes.
Generalmente la enfermedad se diagnostica entre los 20 y 50 años de edad, pero la incidencia aumenta a los 80 años, donde aproximadamente el 8% de los adultos conocen la clasificación de Fibromialgia según la Asociación Americana de Reumatología. Esto demuestra lo importante que es diagnosticar la enfermedad, y de que las personas mayores que sienten el peso de la enfermedad sean tratadas de forma adecuada.
¿Qué perspectiva tiene la ciencia sobre la Fibromialgia?
En los últimos años, un importante número de investigaciones y descubrimientos científicos han esclarecido un poco el enigma sobre el dolor crónico.
Muchos de estos hallazgos tienen especial importancia en la Fibromialgia. Como bien sabemos, el síntoma cardinal de la FM es el dolor crónico generalizado e hiperalgesia en áreas específicas del cuerpo.
En estos pacientes poseen un umbral del dolor reducido, lo cual resulta en una patología a nivel periférico que explica el estado de amplificación del dolor.
¿Cómo describen los pacientes la Fibromialgia?
Como bien pudimos mencionar, la Fibromialgia se manifiesta de manera diferente en cada paciente, y comúnmente va desde síntomas leves hasta síntomas muy severos.
La mayoría de las personas que padecen de fibromialgia describen la enfermedad como un dolor agudo, intenso y persistente que afecta todo el cuerpo, y que a pesar del tratamiento, su curso es progresivo.
La mayoría lo percibe como dolor muscular intenso, de tipo punzante, y en muchos casos insoportable.
Así mismo, la mayoría de los pacientes tienen problemas para conciliar el sueño, ya que muchas veces despiertan en medio de la noche sintiendo como si los hubiesen golpeado o atropellado. Comúnmente en las mañanas presentan rigidez o espasticidad, lo cual dificulta los movimientos, y muchas veces el movimiento repetitivo empeora el dolor.
Esto obliga a muchas personas con FM a limitar sus actividades cotidianas.
Otro síntoma que aqueja frecuentemente a estos pacientes es la fatiga extrema e incluso el cansancio físico o pesadez acentuada en las piernas.
¿Cuáles son las causas de la Fibromialgia?
Aún se desconocen las causas de Fibromialgia, sin embargo, las investigaciones continúan y la mayoría de los estudios científicos realizados hasta la fecha concuerdan en que alteraciones en la regulación del dolor a nivel del sistema nervioso central y que alteraciones neuroendocrinas se relacionan en los mecanismos de la Fibromialgia.
Los pacientes con Fibromialgia experimentan una amplificación del dolor en asociación a anomalías en el procesamiento del dolor a nivel del SNC.
Por otro lado, estudios científicos actuales muestran múltiples anomalías fisiológicas en pacientes con fibromialgia. La mayoría de estos cambios incluyen: Un aumento en la sustancia P a nivel de los cordones de la médula espinal, bajos niveles sanguíneos a nivel de la región talámica del cerebro, bajos niveles de serotonina y triptófanos.
Estudios recientes demuestran que los factores genéticos pueden predisponer a los individuos a desarrollar la Fibromialgia.
¿Qué hallazgos fisiopatológicos son comunes en la Fibromialgia?
Investigaciones científicas aseveran que la Fibromialgia deriva de un desorden en el procesamiento sensorial y percepción del dolor. A pesar de que el dolor es una experiencia universal que se expresa mediante la “evitación” ante cualquier factor agravante, la fibromialgia es más que eso. Generalmente, los pacientes con fibromialgia experimentan mayor sensación al dolor frente a estímulos de menor intensidad. Muchas investigaciones intentan explicar el enigma del dolor crónico.
El dolor es un signo cardinal en estos pacientes, al igual que la presencia de zonas de hiperalgesia y puntos sensibles (lo cual indica que el paciente tiene áreas específicas donde las sensaciones dolorosas están disminuidas), lo cual típicamente sugiere una patología periférica. Generalmente los puntos sensibles se localizan a nivel de las inserciones tendinosas y articulaciones en las que la mayor percepción del estímulo mecánico a la presión genera dolor. Otros se inclinan por la teoría de la amplificación del dolor vista en algunos pacientes con FM.
Según la Asociación Internacional del Dolor (ASP), en su definición, el dolor resulta de un componente afectivo-sensorial, en ausencia de patología visceral o periférica. Según este punto de vista, para llegar a entender un poco más sobre el dolor crónico, es preciso integrar estos elementos afectivo-sensoriales en la experiencia del dolor; sin excluir los aspectos psicológicos del mismo.
¿Cómo se explica el componente sensorial asociado al dolor?
Como es bien sabido por la esfera científica, el dolor se origina de un conjunto de eventos nociceptivos somáticos o viscerales, donde una serie de impulsos nerviosos viajan hacia los nervios periféricos y del tálamo, generando las sinapsis necesarias para experimentar el dolor y los comportamientos reflexivos activados con el fin de eliminar el dolor en exceso. El dolor, en sus múltiples formas, es una compleja integración de estímulos nocivos, rasgos afectivos y factores cognitivos.
Este proceso sensorial se conoce como sensibilización del SNC, el cual consiste en un descenso del umbral del dolor más una percepción alterada de estímulos normalmente no dolorosa. Desde el punto de vista fisiopatológico se manifiesta como un estado de hiperexcitabilidad neuronal en respuesta a un estímulo periférico; una vez instalada hay una respuesta dolorosa exagerada (hiperalgesia), o mayor duración del cuadro ante estímulos normalmente no dolorosos (alodinia).
Entonces, ¿Cómo empieza la sensación del dolor? Todo inicia en el SNC y en una serie de sinapsis que generan impulsos nerviosos que viajan a través de una serie de fibras (fibras A y C), que llegan a las neuronas ubicadas a nivel de la médula espinal. En un primer momento, el estímulo que transmiten las fibras tipo A generan el dolor localizado y de rápida instalación, mientras el dolor transmitido por las fibras tipo C es de tipo crónico.
En el proceso de generación del dolor se producen ciertas sustancias, como la sustancia P, la cual es responsable de la sensibilización del SNC, ya que es capaz de activar a receptores silentes de las sinapsis, lo cual contribuye a una mayor excitabilidad de las neuronas de segundo orden, estimulando a otras neuronas más allá de su origen, contribuyendo a una expansión anatómica del dolor.
Además, la activación de otras sustancias químicas como el ácido glutámico, óxido nítrico, factor de crecimiento nervioso, conducen a un aumento de la excitabilidad sináptica, lo cual activa otra serie de receptores que conducen a mayor excitabilidad de otras neuronas, generando una especie de neuroplasticidad que resulta en una amplificación del estímulo , de tal forma que cualquier estímulo como un roce, puede ocasionar una sensación dolorosa.
La teoría de sensibilización explica, que al producirse un estímulo ampliado de la segunda neurona a nivel de la médula espinal, conduce a daño e inflamación inducida por la activación de receptores nociceptivos, y cuyo resultado es más potente a nivel muscular. Esta podría ser la causa del dolor en la fibromialgia. El hecho es, que ésta sensibilización puede mantenerse en el tiempo sin necesidad de nuevos estímulos, debido a la neuroplasticidad a largo plazo del sistema nervioso central.
Un claro ejemplo de esta afirmación es la neuralgia postherpética. Incluso, cualquier traumatismo a nivel de los nervios periféricos lleva a una amplificación tanto de los impulsos nociceptivos, como de los impulsos no nociceptivos.
Existe evidencia de que la actividad aferente del aparato de Golgi y los husos musculares pueden convertirse en señales dolorosas bajo la influencia del proceso de sensibilización del SNC. Por ello, algunos pacientes con enfermedades cerebrovasculares y traumatismos medulares llegan a experimentar dolor severo con el movimiento (alodinia propioceptiva). Se sabe que a nivel fisiológico, el dolor con el movimiento proviene de aferencias propioceptivas que se proyectan en el orden de las neuronas a nivel de la médula espinal, que ya han sido sensibilizadas por una actividad propioceptiva previa. Así, el SNC de individuos con dolor continuo (como en la artritis o dolor posterior a traumatismo), sufren alteraciones permanentes debido a los cambios estructurales y moleculares, producto de la neuroplasticidad.
En todas estas circunstancias, el dolor se percibe casi subjetivamente, ya que aunque la sensación parezca real a aquella producida por un estímulo real, ocurre en ausencia de éste. Esto no quiere decir que el dolor no sea real, sino que el proceso de sensibilización está activo y es mucho más potente a nivel musculoesquelético.
¿Qué importancia tiene el componente Psicológico en el dolor?
Ya hemos visto cómo el dolor crónico puede surgir en ausencia de daño a nivel de los tejidos (formando el componente sensorial); además de que el mismo es un reflejo que se desencadena a consecuencia de cualquier estímulo nocivo. La evitación es un reflejo, y puede ocurrir antes de la apreciación consciente del dolor.
En término de fisiología cerebral, implica que las áreas primitivas que forman el cerebro, tienen pequeños núcleos (hipotálamo, hipocampo, locus coruleus, tálamo) que interactúan con el sistema límbico. Aquí es donde ocurre la acción asociada a las emociones y estados de ánimo específicos (como el miedo, placer, aversión, etc).
Estos hechos forman la base fisiológica para entender el dolor y las emociones. Curiosamente es algo controversial, ya que muchos pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos en el cerebro no llegan a experimentar sensaciones dolorosas; mientras que aquellos pacientes que en algún momento llegaron a experimentar dolor, reviven esas experiencias, lo cual supone una estimulación reactiva a un estímulo cortical o subcortical que antes se hallaba latente.
Según los descubrimientos actuales, parece que dichas estructuras corticales y subcorticales están asociadas a la experiencia del dolor. Otras estructuras involucradas en el procesamiento del dolor cortical incluyen la corteza prefrontal (donde ocurre la activación de estrategias de evitación, inhibición motora y distracción de la atención), la amígdala cerebral (activada en la hipervigilia y asociada a las emociones), y el locus ceruleus (responsable de la “lucha o huída” frente a situaciones que amenazan la vida); también resulta importante la corteza somatosensorial, ya que ella es la que localiza el dolor.
El componente emocional del dolor es multifactorial, e incluye la vivencia de experiencias pasadas, factores genéticos, enfermedades asociadas, depresión y otras patologías que afectan la esfera psíquica y global del individuo; incluso los mecanismos de afrontamientos, creencias y miedos que rodean el diagnóstico del dolor.
Lo más importante a es la función que tienen los propios pensamientos del individuo, así como otras sensaciones que pueden influir directamente en cómo se experimenta el dolor. A esto se le conoce como “teoría de la compuerta”, la cual explica los procesos que ocurren cuando el cerebro experimenta una sensación de distracción o si se produce simultáneamente un estímulo táctil. ¿En qué se basa dicha teoría? Esta teoría fue propuesta por Melzack y Wall en 1965 y nos explica cómo nuestro cerebro percibe el dolor.
Ellos sugirieren que existe un sistema de compuerta en el SNC que abre y cierra las vías del dolor. Al abrirse, estas puertas dejan pasar el dolor hacia las fibras que son aferentes y eferentes que conectan con el cerebro, y también pueden cerrarse para bloquear otras vías del dolor, bajo la influencia de impulsos nerviosos de tipo eferentes que se dañan por diversos factores psicológicos y cuya transmisión hacia el cerebro, indiscutiblemente influencia la forma en la que la persona interpreta el dolor. Factores externos como emociones y experiencias pasadas de dolor o ansiedad tienen un rol importantísimo en la percepción e interpretación del dolor; a tal punto que una persona puede ser capaz de modular o controlar su dolor usando fuerzas externas.
En estas circunstancias, la percepción del dolor es menor ya que su interpretación es modulada por la experiencia de distracción.
Debido a que la contribución de los pensamientos y percepciones del individuo en el manejo del dolor varían enormemente de una persona a otra, el enfoque terapéutico tiene que ser individualizado.
A pesar de que las emociones y la conducta son contraproducentes en muchos casos de dolor crónico, se puede lograr la auto curación aguda del dolor con la orientación adecuada. Sin embargo, en los casos de dolor crónico el manejo a menudo es difícil, sobre todo si su origen es por estados depresivos, problemas en el matrimonio, dificultades laborales, dependencia, trastornos del sueño, entre otros.
¿Cómo se manifiesta clínicamente la Fibromialgia?
El principal síntoma para reconocer la Fibromialgia es el dolor crónico generalizado con hipersensibilidad en puntos específicos, fatiga extrema al despertar y alteraciones en el patrón del sueño. Muchas personan pueden experimentar otros síntomas como parestesias, intestino irritable, rigidez matutina, depresión o ansiedad, vejiga hiperactiva o disminución de la memoria y falta de concentración. A continuación explicaremos cada uno de ellos.
- Dolor: El dolor muscular generalizado es el síntoma principal de la fibromialgia. Se caracteriza por ser un dolor profundo e intenso que se extiende hacia diferentes zonas del cuerpo y cuya intensidad es variable. Muchos lo describen como un dolor en “puñalada” o “disparo”, acompañado de mialgias severas. Se puede acompañar de parestesias, hormigueo, calambres o sensación quemante. La severidad del dolor y la rigidez o espasticidad muscular es más frecuente por la mañana. Muchos son los factores que agravan el cuadro, como el clima frío o húmedo, la actividad física intensa, inactividad física, ansiedad o el estrés.
- Fatiga: La fatiga de la FM es mucho más que sentir cansancio después de un día ocupado o pasar una mala noche. La fatiga que experimentan los pacientes con Fibromialgia tiende a ser incapacitante, ya que el agotamiento es a veces imposible de tolerar.
- Problemas del sueño: Muchas personas con Fibromialgia sufren de alteraciones en el sueño que les impide dormir profundamente o tener un sueño reparador y relajante, incluso, en casos graves el insomnio suele ser un problema. Muchas investigaciones científicas en relación a estos trastornos aseveran que las personas con Fibromialgia experimentan anomalías en la fase 4 del sueño profundo. Los estudios demuestran que la interrupción de una de las fases del sueño profundo altera funciones hormonales que son necesarias para la restauración de tejido muscular, y sustancias implicadas en la percepción del dolor. Indiscutiblemente, esta interrupción constante del sueño, y una persistente actividad cerebral, limita la cantidad de tiempo que debería ocurrir durante el sueño profundo normal.
- Otros síntomas que suelen acompañar la FM: Otros síntomas que tienden a acompañar la Fibromialgia son: vejiga irritable, cefaleas o migrañas, síndrome de piernas inquietas, síndrome de colon irritable, disminución de la memoria y falta de concentración, sensibilidad táctil y sarpullidos, mucosas secas, ansiedad, depresión, mareos, problemas del campo visual, Síndrome de Raynaud´s, síntomas neurológicos, entre otros.
¿Qué enfermedades deben distinguirse de la Fibromialgia?
- Artritis Reumatoide
- Lupus Eritematoso Generalizado
- Osteoartritis
- Síndrome de Sjogren
- Enfermedad de Lyme
- Virus de Hepatitis C
- Hipotiroidismo
¿Cómo se diagnostica la Fibromialgia?
Inicialmente, para hacer un diagnóstico certero de la enfermedad, los médicos especialistas se basan en hallazgos físicos, antecedentes de enfermedades personales y familiares, síntomas reportados por el propio paciente, examen físico riguroso y la exploración de puntos dolorosos específicos. En estos casos el paciente debe ser evaluado a fondo para descartar otras patologías que puedan cursar con la misma sintomatología.
Casos actuales aseveran que toma un periodo aproximado de 5 años para que una persona con fibromialgia sea diagnosticada adecuadamente. La mayoría de los pacientes con fibromialgia no presentan anormalidades en las pruebas de laboratorio. Sin embargo, los estudios de imagen y rutina son necesarios para ayudar a descartar enfermedades que cursan con síntomas similares y para diagnosticar muchas de las enfermedades inflamatorias que suelen acompañar a la fibromialgia. La fibromialgia no se diagnostica por descarte, por lo que deben tomarse en cuenta sus características y criterios propios para hacer el diagnóstico adecuado.
Existen dos criterios diagnósticos de fibromialgia que ayudan a los expertos a hacer un diagnóstico adecuado.
- Los criterios diagnósticos de Fibromialgia del Colegio Americano de Reumatología de 1990 incluían una historia de dolor crónico generalizado, y la presencia de al menos 11 de 18 puntos sensibles durante el examen físico del paciente. El dolor es generalizado y adicionalmente, la presencia de dolor en el esqueleto axial (columna cervical, región anterior del tórax, columna torácica y región lumbar) por un periodo de tres meses o más.
- Los criterios diagnósticos actuales, según el Colegio Americano de Reumatología se basan en síntomas comunes como agotamiento o fatiga, alteraciones en el sueño y problemas de concentración o memoria. En el examen físico fueron reemplazado los puntos de sensibilidad por una escala de dolor generalizado (WPI) y síntomas severos (SS). Estos nuevos criterios no incluyen la escala de sensibilidad, en su lugar se toma en cuenta un cuestionario de 42 preguntas relacionado a síntomas específicos en una escala del 0 al 3. Donde no se hace un recuento de los puntos sensibles, mientras los pacientes aprueban 19 puntos dolorosos distribuidos por todo el cuerpo. Por cada área se da un punto (va desde 0 a 19 puntos). Este número se refiere como índice del dolor generalizado (WPI), el cual es necesario para hacer el diagnóstico de la fibromialgia.
¿Cuál es el pronóstico de la Fibromialgia?
A pesar de ser una enfermedad crónica y sin cura en la actualidad, en los últimos años se han desarrollado nuevas formas de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Es importante tomar en cuenta que la calidad de vida de las personas con esta patología suele verse afectada, tanto a nivel laboral, como económico, social y familiar. La mayoría de los pacientes seguirá presentando la sintomatología, pero a pesar de esto, la FM es una de las enfermedades musculoesqueléticas que menos produce incapacidad laboral. En general el pronóstico es bueno si se hace el diagnóstico a tiempo. No todos los pacientes con FM responden igual a la enfermedad, y mientras un grupo presenta mejorías, otros presentan grados de empeoramiento o remisión de los síntomas por un período de tiempo determinado. Lo más importante es que el paciente logre un equilibrio en su vida personal y laboral, y que tome en cuenta que el tratamiento de los síntomas puede brindarle el alivio que busca. Incluso, existen factores psicológicos que se asocian a un mejor pronóstico. Entre ellos:
- Sentimiento del control del dolor
- Auto percepción de ser funcionalmente capaz
- No interpretar el dolor como signo de daño
- Realizar ejercicio físico
- Llevar a cabo tareas cotidianas
- En el transcurso de unos años se ha demostrado que los pacientes con fibromialgia llegan a adaptarse mejor a su situación y sentirse mejor con esta.
Tratamiento de la Fibromialgia
A pesar de que la enfermedad no tiene cura, un manejo integral y multidisciplinario del paciente ayuda a mejorar su calidad de vida. Los distintos enfoques se basan en el tratamiento médico, la educación del paciente, el ejercicio aeróbico frecuente, terapias cognitivo-conductuales, y la terapia farmacológica como base en el tratamiento y mejora de los síntomas. La educación del paciente es un rol importante del médico, tanto para mejorar la sintomatología como para darle herramientas que ayuden al paciente a vivir con la enfermedad de forma consciente y orientada, así como para que éste conozca las diferentes terapias que harán el mayor impacto en su vida diaria. Para que haya una buena relación médico paciente debe haber confianza y conocimiento del caso. Por ello es importante que el equipo multidisciplinario esté conformado por:
- Un médico que supervise el tratamiento, monitoreo del paciente y su evolución, y la prescripción de medicamentos que ha de cumplir durante el tratamiento médico.
- Un programa de ejercicios conformado por especialistas que supervisen el programa y que realice los cambios apropiados en cada actividad que se realice, siempre manteniendo al paciente motivado.
- La participación de un experto en salud mental que pueda dirigir las terapias cognitivo-conductuales y que pueda orientar y ayudar al paciente en su mejoría y en los problemas que naturalmente se pueden presentar en la vida diaria cuando se vive con una enfermedad crónica como la Fibromialgia.
Si eres un paciente con Fibromialgia y comienzas a experimentar otros síntomas como vejiga irritable, migrañas o cefaleas frecuentes, el tratamiento sintomático puede ayudarte a sentirte mejor. Sin embargo, muchos pacientes llegan a experimentar una variedad de síntomas, que dificulta llevar a cabo un régimen de tratamiento exitoso en un principio. Los pacientes suelen tener problemas para adaptarse a los nuevos cambios y suelen resistirse a que necesitan hacer cambios en su estilo de vida para poder vivir con su enfermedad, y de hecho, ser capaces de ver mejorías al aplicar estos cambios que son considerados como beneficiosos en la calidad de vida del paciente.
Tratamiento farmacológico de la Fibromialgia
Los primeros medicamentos aprobados por la FDA para el tratamiento de la Fibromialgia fueron la Pregabalina (Lyrica®), Duloxetina (Cymbalta®), Milnacipran (Savella®).
Una gran variedad de medicamentos continúan siendo evaluados por la FDA para su aprobación como método de tratamiento de la Fibromialgia. Muchos especialistas en el área recomiendan para el tratamiento el uso de analgésicos no opiáceos como el tramadol y dosis bajas de antidepresivos tricíclicos o inhibidores de la re-captación de serotonina, y benzodiacepinas.
El uso de antidepresivos suele ser beneficioso en el tratamiento de los trastornos del sueño y alivio del dolor crónico. Además se recomienda el ejercicio físico diario y estiramientos para evitar la rigidez y mantener y buen tono muscular. Otros hablan de aplicar inyecciones de lidocaína en los puntos sensibles.
Cómo mejorar los trastornos del sueño asociados a la Fibromialgia
Mejorar la falta de sueño en los pacientes con fibromialgia implica iniciar un régimen de descanso que sea saludable y beneficioso para el paciente. Lo principal es apegarse a un horario fijo de descanso, es decir, acostarse y levantarse a la misma hora cada día.
Además el ambiente al momento de dormir influye mucho en un sueño reparador, por lo que es importante evitar el ruido o las distracciones mientras duermes, tener una cama cómoda, evitar consumir cafeína, azúcar o alcohol antes de irte a la cama.
Se recomiendan los ejercicios de relajación antes de dormir, y solo en casos necesarios el consumo de píldoras para dormir ayuda a los pacientes con insomnio. Estudios actuales han arrojado que muchos pacientes que padecen de fibromialgia experimentan apnea del sueño. Estos casos aislados nos dan a entender la importancia que tiene la enfermedad sobre calidad de vida del paciente.
Apoyo psicológico del paciente con Fibromialgia
Aprender a vivir con una enfermedad crónica como la FM es un verdadero desafío para el individuo, tanto en la esfera emocional como física, social y laboral.
En estos casos es importante que la persona con FM acuda a programas y grupos de apoyo donde pueda compartir sus experiencias y conozca la experiencia de otras personas con la enfermedad, de manera que haya una comunicación abierta sobre el cómo es vivir con Fibromialgia y que conozca un poco más sobre su enfermedad y sobre las cosas que pueden mejorar su calidad de vida.
Por ello una comunicación abierta y orientada con profesionales de la salud trae beneficios y una nueva forma de ver la enfermedad.
Otros tratamientos de la Fibromialgia
Las terapias complementarias suelen ser beneficiosas para el paciente, desde la aplicación de terapia física, hasta masajes, terapia de relajación muscular, acuoterapia, acupuntura, yoga, ejercicios de relajación, ejercicios de respiración, aromaterapia, terapia cognitiva, uso de hierbas y suplementos nutricionales o incluso terapias con un homeópata o quiropráctico.