Hay personas que normalmente tienen la tensión baja y no es expresión de una enfermedad, pero sin embargo en ocasiones puede ser un signo de graves problemas que pueden afectar el cerebro, el corazón u otros órganos vitales.
Cuando una persona se toma la presión arterial, se está midiendo indirectamente la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales al circular por ellas cuando es impulsada por la actividad del corazón al contraerse y dilatarse.
Lo normal es que estas cifras se encuentran entre 120 y 80 milímetros de mercurio, correspondiendo la mayor a la capacidad contráctil del corazón y cuando se dilata es la menor, por eso son llamadas sistólica y diastólica como son conocidas las fases de la propia actividad cardíaca. Cuando estas cifras son inferiores a 90 y 60 se habla de hipotensión, tensión baja, o presión arterial baja.
Hay personas que habitualmente tienen la tensión baja y en esos casos, cuando además no se acompañan de otros síntomas se convive con ella y no se aplica ninguna medida porque no es considerada como un problema de salud grave.
Pero cuando la tensión baja súbitamente…
Una de las formas más comunes de tensión baja es la denominada hipotensión ortostática o postural, ella se manifiesta cuando se produce un cambio brusco de posición. Normalmente cuando una persona se pone de pie los miembros inferiores demandan sangre y para que no falte en el corazón y el cerebro, se envían señales para aumentar la frecuencia cardiaca y además provocar una mayor contracción de los vasos sanguíneos y así suplir la demanda de todos los órganos.
Cuando existe un retardo o un fallo en la respuesta nerviosa o cardíaca se produce la hipotensión ortostática o postural, esto es más común en personas mayores de 65 años.
Cuando la tensión baja bruscamente, puede ser una manifestación de un shock, debido a un sangramiento, por una elevación o disminución de la temperatura del cuerpo. También puede estar ocasionada por una infección muy severa que tome el torrente sanguíneo convirtiéndose en una sepsis.
Otras causas por las cuales se puede ocasionar una caída de la presión arterial son las reacciones alérgicas graves que pueden conducir a un shock anafiláctico. También cuando se producen vómitos, diarreas y deshidratación puede conducir a un shock por déficit de líquidos en el organismo.
Pero también diferentes anomalías del corazón como las alteraciones del ritmo cardiaco o arritmias, el bloqueo de la conducción eléctrica del corazón y la insuficiencia cardíaca pueden manifestarse con la tensión baja. El mal funcionamiento de las válvulas aórtica o mitral y la coartación de la aorta también pueden asociarse con la tensión baja.
Hay diferentes enfermedades endocrinas que también pueden ocasionar hipotensión como el mal funcionamiento de la corteza adrenal, la diabetes insípida, un déficit en el funcionamiento de la glándula tiroidea y el síndrome de la serotonina.
Algunos medicamentos empleados para la hipertrofia prostática, la enfermedad de Parkinson y para disminuir la presión arterial alta pueden ocasionar una tensión baja, en ocasiones también la asociación de varios de estos medicamentos.
Hay un listado de decenas de medicamentos que pueden causar como uno de sus efectos adversos la tensión baja y sobre todo cuando se toman varios, ya que uno puede aumentar el efecto de otro.
También se puede producir una tensión baja por errores o complicaciones en las transfusiones de sangre, en la aplicación de la anestesia epidural o general y en la diálisis renal.
Por todo lo anterior cuando tienes una tensión baja de forma estable y estas son las cifras habituales en ti pues no tienes que preocuparte mucho, es una garantía para tu salud y bienestar, pero si la presión arterial baja repentinamente debes acudir al médico y averiguar lo que puede estar oculto detrás de este aviso.