El embarazo hace a las mujeres más propensas a sufrir hemorroides, esto ha sido confirmado en recientes estudios que señalan que la mayoría mujeres puede sufrir leves o moderadas inflamaciones de estas venas, al menos una vez en la vida.
Las mujeres también están más predispuestas a sufrir de estreñimiento, alteración intestinal que favorece a la inflamación de las várices en el recto y ano.
Ambas condiciones pueden ser prevenidas, se puede evitar que la inflamación se agrave y que no ocurra nuevamente.
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¿Cuál es la causa de las hemorroides en las mujeres?
Las únicas causas de hemorroides exclusivamente en mujeres son el embarazo y el parto.
Para comprender el origen de la infamación necesitas conocer la formación de esta área del organismo.
La zona del ano está cubierta de una densa red de vasos venosos que se dividen en internos y externos. Cuando la sangre fluye con lentitud o se estanca en esta área, las venas se inflaman y con ello se forman las hemorroides.
A las características anatómicas que influyen en estas hinchazones se suman otros factores como predisposición hereditaria, estar mucho tiempo sentado o de pie, estreñimiento frecuente e intenso esfuerzo físico. También:
- Estrés.
- Colitis.
- Sexo anal.
- Poca actividad física.
- Intoxicación con sustancias nocivas como alcohol.
- Consumo frecuente de alimentos condimentados, salados o picantes.
No tener ninguna de estas condiciones no garantiza que se esquivarán las hemorroides. Los ejercicios y una vida saludable sí reducirán los riesgos de sufrirlas.
Por qué aparecen hemorroides durante el embarazo
Las venas se inflaman durante el embarazo porque al aumentar el tamaño del útero son oprimidas y se interrumpe la circulación sanguínea. En esta etapa también aumenta la progesterona que contribuye al debilitamiento de las paredes venosas.
En la gestación suele haber movimientos intestinales más lentos que favorecen al estreñimiento, por tanto, habrá más esfuerzo para defecar y con ello más presión sobre el recto y el ano.
4 Síntomas de que puedes tener hemorroides
Las señales de agrandamiento de los vasos del ano son:
- Dolor.
- Sangrado.
- Comezón.
- Incomodidad en el ano.
Con cualquiera de estos signos será necesaria la asistencia de un proctólogo.
Los síntomas se desarrollan en la siguiente secuencia:
1. Las molestias en el ano dan una sensación de un cuerpo extraño en el intestino. Esta incomodidad suele ser un presagio o primera manifestación de la inflamación.
2. El sangrado del ano de color escarlata es un indicativo indiscutible de la presencia de hemorroides y ocurre durante o inmediatamente después del vaciado del intestino.
La sangre estará en la superficie, no mezclada con el contenido del recto. Serán pequeñas gotas o una profusa hemorragia con la que se puede desarrollar anemia común.
3. El dolor apunta al desarrollo de complicaciones de las hemorroides como, por ejemplo, al lastimarse, pues se inflaman o aparecen grietas en el ano. Las sensaciones dolorosas ocurren durante la defecación y después de ella.
4. La comezón se manifiesta como un síntoma de irritación de la piel en la región del ano y el perineo, lo que indica el posible desarrollo de eczema. Rascarse propagará la infección, lo que representa un riesgo de complicaciones purulentas.
La lesión constante de los tejidos favorece la aparición de tumores.
Los síntomas de las hemorroides pueden ser intermitentes; disminuyen o casi desaparecen, pero el impacto de los factores adversos o la exacerbación de la condición, conllevan nuevamente a las sensaciones desagradables.
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Cómo se clasifican las hemorroides
En agudas y crónicas. De acuerdo a su ubicación, se conocen como internas y externas.
Internas: están bajo la cubierta mucosa del recto y se manifiestan cuando se agrandan las venas del canal del ano. Son las que generalmente provocan dolor al defecar y la inflamación de la parte baja del vientre.
Externas: se hallan debajo del esfínter anal y provocan ardor y comezón en el ano.
Pacientes han sufrido la combinación de ambos tipos.
El grado de desarrollo de las hemorroides se clasifica en cuatro etapas.
Primera: caracterizada por la hinchazón de las venas con formación de un bulto. Hay poco sangrado al defecar.
Segunda: las hemorroides sufren un prolapso, pero hay una autocorrección de este estado.
Tercera: venas exteriorizadas que necesitan corrección manual, pues los vasos sanguíneos han perdido tono y no pueden regresar a su posición original.
Cuarta: las hemorroides no pueden ajustarse manualmente. Se requiere cirugía. La presencia constante de estas venas hinchadas fuera del ano provoca sensaciones irritantes.
Cómo se diagnostican las hemorroides
Los métodos para un diagnóstico de este tipo de inflamación son el tacto rectal, la anoscopia, la rectoscopia y los rayos X.
Tacto rectal: el proctólogo conocerá a detalle las señales de una patología y sirve de orientación para emprender exámenes más complejos.
Anoscopia: el anoscopio se introduce 12 centímetros en el recto para ver de cerca las hemorroides.
Rectoscopia: uno de los métodos más avanzados para examinar el colon. Penetra más de 30 centímetros en el intestino mediante un tubo equipado con sistema óptico, con el que además de confirmar o descartar la presencia de hemorroides, se detectan hasta mínimos cambios en la mucosa intestinal para diagnosticar a tiempo posibles enfermedades.
Rayos X: las imágenes proveen información precisa de todos los cambios en la configuración natural del intestino.
Cuál es el tratamiento para las hemorroides
El tratamiento será prescrito según la etapa de la condición.
Si son hemorroides agudas se aplicarán ungüentos con efecto analgésico, enemas de limpieza y medicamentos antiinflamatorios y flebotónicos, que normalizan la estructura y las funciones de los vasos venosos.
Los ungüentos se prescriben para reducir la propagación de la inflamación a los tejidos y a la capa de grasa subcutánea que rodea el nodo hemorroidal.
Los analgésicos más efectivos son el Meloxicam y Diclofenaco.
Los agentes flebotónicos aumentan el tono de los vasos venosos, acción importante si se altera su elasticidad; también restauran los elementos estructurales de sus paredes para evitar una mayor inflamación de las venas.
Los supositorios especiales antihemorroidales con adrenalina y materiales con efecto hemostático, se emplean para eliminar el sangrado.
Algunas cremas con corticosteroides pueden ser dañinas, sobre todo para las embarazadas, por lo que tiene valor evitar la automedicación. Lo más responsable será asistir al médico para que posiblemente prescriba ablandadores de heces.
En el tratamiento de las hemorroides crónicas en la primera y segunda etapa se emplean métodos invasivos.
Escleroterapia: consiste en la administración de una sustancia para aplanar las venas dilatadas. Se recomienda aplicar el tratamiento en no más de dos hemorroides al mismo tiempo. El procedimiento se repetirá cada dos semanas.
Ligadura con anillos de látex: empleada para las hemorroides internas. Se limita la irrigación sanguínea a la hemorroide hasta que muere. No se descartan varias sesiones.
Fotocoagulación: se realiza mediante una luz infrarroja hacia al nódulo hemorroidal. La energía térmica emitida provoca un coágulo en la vena hasta que la hemorroide muere.
Crioterapia: proceso de congelación de las hemorroides que dura 3 minutos, aproximadamente. El tejido congelado se descongela y muere. Técnica que se realiza bajo la influencia de anestésicos locales.
Los métodos mínimamente invasivos eliminan la presencia de hemorroides, pero no su causa original: el exceso de presión que interrumpe el flujo sanguíneo en el área.
Tratamiento quirúrgico: será necesaria una intervención quirúrgica durante la transición de las hemorroides a la tercera o cuarta etapa. Los métodos mínimamente invasivos y el tratamiento conservador no funcionan en estos casos.
La operación para eliminar el nodo hemorroidal se realiza bajo anestesia. Al mismo tiempo se extirpan tres nódulos y se cosen las piernas (vasos) que los alimentan. El paciente quedará en el hospital bajo supervisión médica por al menos una semana.
Las complicaciones postoperatorias más comunes son:
- Incomodidad y dolor en el ano.
- Supuración de la cicatriz que queda después de la escisión.
- Recurrencia de hemorroides.
- Debilitamiento de los músculos que constriñen el ano.
- Dificultad para expandir los músculos anales.
Lee nuestra guía sobre los mejores medicamentos para tratar las hemorroides
Cómo pueden las mujeres prevenir las hemorroides
Las medidas preventivas serán aún más necesarias si se tienen antecedentes familiares de la inflamación de las venas en el recto y ano.
Las siguientes orientaciones servirán para ello:
- Prestar atención a la calidad de la digestión, masticar bien los alimentos y comer despacio. No comer cuando se tenga prisa o se estés bajo presión.
- Evitar el estreñimiento frecuente y la diarrea con una nutrición adecuada.
- No ejercer una tensión excesiva durante la defecación.
- Excluir de la dieta los platillos muy condimentados o picantes y las bebidas alcohólicas.
- Beber al menos dos litros de agua por día.
- Hacer estiramientos frecuentes si el trabajo implica estar muchas horas sentada.
- No durar más de tres horas seguidas al volante de un automóvil.
- Usar sillas y sillones duros.
- Lavarse con agua tibia después de ir al baño.
- No levantar objetos muy pesadas, ni hacer ejercicios físico muy fuerte.
- Caminar todos los días y hacer ejercicios especiales durante el embarazo.
Con las hemorroides, así como con otras condiciones, la automedicación, naturista o no, es peligrosa.
Si un proctólogo aprueba el empleo de remedios caseros para reemplazar los tratamientos convencionales, no habrá problema. La combinación de métodos podría dar buenos resultados.
Los remedios caseros ayudan a bajar la inflamación y a aliviar el dolor. Las siguientes son las medidas más recomendadas:
Higiene: la correcta limpieza del área anal será importante para no agravar las hemorroides tras defecar. Se enjuagará la zona con agua tibia y se secará con delicadeza.
Baños de asiento: que sean con agua tibia. Se le pueden agregar infusiones de plantas medicinales como hamamelis, aloe vera o manzanilla, que favorecerán a calmar el ardor y la comezón.
Hielo: envolver un pedazo de hielo en una tela limpia, preferiblemente de algodón, y colocar por 15 minutos en el ano. Se bajará la inflamación y la comezón.
Los siguientes son dos videos interesantes e informativos para comprender más sobre las hemorroides en las mujeres.
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