La mantequilla de almendras es deliciosa, y es muy fácil de hacer. Si queremos tener una dieta saludable, uno de los pasos más importante es procesas los alimentos es casa. De esta forma no solo comemos mucho más sano, sabemos exactamente que contiene y que no cada alimento que llevamos a nuestra mesa. Para quienes nunca han probado la mantequilla de almendras, seguir esta receta es muy simple, es muy barato y el resultado (o los resultados ya que las opciones son varias) vale mucho la pena.
Antes de pasar a la receta, es importante saber cuales son las ventajas de consumir mantequilla de almendras. En primer lugar, es beneficiosa para la salud cardiovascular, al ser rica en grasas monoinsaturadas, lo que baja el colesterol y las grasas malas. En segundo lugar y dada su composición, colabora especialmente en mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de los límites normales. En tercer lugar, la mantequilla de almendras es rica en antioxidantes, por lo que combate el envejecimiento y el deterioro celular, lo que lleva a varias enfermedades. Para saber algo más sobre los beneficios especiales de la mantequilla de almendras, hay un artículo muy interesante en 3fatchicks.com.
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Receta base de mantequilla de almendras
Ingredientes:
- 200 gramos de almendras
- Aceite de oliva (opcional)
- Sal (opcional)
- Miel (opcional)
Elaboración:
Lavamos muy bien las almendras hasta que el agua salga completamente limpia. Aquí tenemos dos opciones: hacerlas crudas o tostadas. En el primer caso las dejamos secar perfectamente antes de pasar al siguiente paso.
En caso de querer asarlas, si bien las dejamos escurrir, no tienen porque estar perfectamente secas. Las colocamos en una fuente para horno bien plana (como las que usamos para hacer galletas). El horno debe estar precalentado a 200 grados.
Dejamos asar unos 10 minutos, revolviendo un poco cada tanto. Retiramos y dejamos enfriar.
El procedimiento siguiente es igual tanto en el caso de las que hemos asado (las trabajamos ya tibias) o las crudas (bien secas). Podemos comenzar triturando con mortero, con entusiasmo. Pasamos luego a la procesadora (en caso de no tener podemos probar con la licuadora, o seguimos con el mortero) con mucha paciencia.
Veremos como el polvo se va formando, pero dejamos que se siga procesando unos 10 minutos. Es fundamental saber que lleva un tiempo formarse la mantequilla.
Podemos envasarla y consumirla de esa forma. También podemos agregar un poco de aceite de oliva mientras la procesamos, para agregar sabor y mejorar la consistencia, sobretodo cuando aún no tenemos mucha experiencia.
En ambos casos, con o sin aceite, podemos querer que sea salada, por lo que es el momento de agregar un poco de sal y ya la envasamos.
Si queremos que sea dulce, no le agregamos el aceite de oliva, pero si un poco de miel antes de envasar.
Solo nos resta experimentar combinaciones, con panes y galletas.
Imagen: eating-for-england