El agua oxigenada o peróxido de hidrogeno es un compuesto químico utilizado ampliamente en la fabricación de diversos productos, como antiséptico y como antimicrobiano. En el hogar solemos usarlo para desinfectar y curar heridas (arañazos, cortes en la piel y quemaduras leves). Otro uso que se le da al agua oxigenada, aunque muy cuestionado, es como enjuague bucal para la salud de las encías y dientes. Cuando se aplica el peróxido de hidrogeno se libera oxigeno en el área afectada, esto conduce a la producción de espuma que a su vez elimina la piel muerta mientras limpia la zona dañada.
El agua oxigenada tiene una larga historia de uso, utilizado frecuentemente en los hogares para desinfectar y curar heridas. Estas propiedades también pueden ayudarte a aliviar los malestares asociados con las infecciones del oído o relacionadas con éste. Es fácil de usar y te será muy útil para retirar el cerumen de la oreja o eliminar una infección en el área.
Dile adios al cerumen del oído, gracias al agua oxigenada
El cerumen es una sustancia amarilla secretada por el oído, que tiene como función ayudar a su limpieza (atrapando pequeñas partículas de polvo, impidiendo que alcancen el tímpano donde podrían conducir a una lesión o infección) y lubricación. También protege de algunas bacterias, insectos y hongos que pudieran entrar a la oreja. Habitualmente el cerumen se seca y se cae de tus oídos, sin embargo, en ocasiones sentirás que escuchas menos y será necesario hacer una limpieza. En este último caso puedes utilizar el siguiente procedimiento para eliminar el cerumen de tus oídos con la ayuda del agua oxigenada:
Materiales:
- Agua oxigenada.
- Agua.
- Algodón.
Instrucciones:
- En primer lugar lava tus manos para evitar que los gérmenes que estén presentes en ellas puedan contaminar la mezcla.
- Combina la misma cantidad de agua oxigenada y agua en una taza. Elige el agua oxigenada de una concentración del 3% o menor.
- Tomar el algodón y hacer una bola, sumergirlo en la mezcla de agua oxigenada con agua.
- Inclina tu cabeza hacia arriba, mirando el cielo, e inclínala levemente hacia el lado.
- Utiliza la bola de algodón empapada con la mezcla, exprime el algodón un poco si es necesario. Pasa la bola de algodón por tu oído limpiando la zona.
- Espera mientras actúa el agua oxigenada en tu oído. Sentirás una sensación de hormigueo debido a las burbujas que se producen. Luego unos pocos segundos, inclina tu cabeza hacia el lado opuesto de manera que la solución pueda drenar.
Precauciones que debes considerar al limpiar tus oídos
- Nunca utilices objetos para tratar de eliminar el cerumen de los oídos, esto incluye los hisopos de algodón u horquillas. El uso de estos implementos podría provocar que empujes el cerumen al interior de los oídos y con ello las bacterias u otros microorganismos, pudiendo provocar una infección. Además, accidentalmente puedes introducir demasiado estos objetos provocando un daño al canal auditivo o al tímpano, incluso parte de estos objetos podría quedarse atrapado en tu oído.
- Si consideras que tu capacidad auditiva ha disminuido puede que la causa no sea la acumulación de cerumen. Debes visitar a tu medico para que estime si tienes algún padecimiento.
- No abuses de este método de limpieza. Evita realizarlo con demasiada frecuencia ya que podría conducir a la sequedad, picazón en el oído interno o a una infección bacteriana.
- No remojes paños contaminados u otros objetos en una botella de agua oxigenada, ya que se contaminará todo el recipiente y su potencia de desinfección disminuirá. Solo utiliza la cantidad necesaria en un recipiente aparte.
- No introduzcas demasiado el algodon en tu oido, así evitarás que éste se quede atrapado.
El agua oxigenada también puede comabtir la infección del oído
Habitualmente luego de un resfriado, se puede desarrollar una infección en el oído debido a la inflamación asociada a la trompa de Eustaquio. Los niños desarrollan infecciones de oídos con mayor frecuencia debido a que sus trompas de Eustaquio son más pequeñas. El agua oxigenada es una excelente alternativa para el tratamiento de las infecciones relacionadas con el oído externo. La reacción que se genera, con producción de burbujas, ayudará a eliminar las partículas de polvo, bacterias, hongos o insectos que estén atrapados. A continuación, te describo los pasos que debes seguir para tratar la infección de los oídos:
Materiales:
- Agua oxigenada.
Instrucciones:
- En primer lugar lava tus manos para evitar que los gérmenes que estén presentes en ellas puedan contaminar la mezcla.
- Inclina tu cabeza hacia arriba, mirando el cielo e inclina levemente hacia un lado.
- Coloca 2 o 3 gotas de agua oxigenada en el canal auditivo.
- Espera a sentir una sensación de hormigueo y si es posible observa si se produce espuma. Debes dejar que el agua oxigenada actué entre diez y quince minutos.
- Inclina tu cabeza hacia el lado opuesto de manera que la solución pueda drenar.
- Puedes esperar uno o dos días y agregar unas gotas de agua caliente en el oído a modo de un lavado para eliminar la suciedad y cerumen presente.
- Humedece un algodón con alcohol y limpiar el interior del oído.
- Finalmente debes inclinar tu oído hacia un costado para drenar el agua que quede. Asegúrate que tu oído quede seco.
Toma estas precauciones al usar el agua oxigenada
- La concentración del agua oxigenada que usarás debe ser de un 3% o menor, al igual que el tratamiento para la limpieza del oído o el tratamiento de las heridas. Las soluciones de mayor concentración están diseñadas para un uso médico bajo supervisión o para un uso industrial.
- La mayoría de los expertos consideran que el uso de agua oxigenada para el tratamiento de la infección del oído externo es seguro. Sin embargo, nunca debes utilizarla si el tímpano esta perforado ya que esto podría generarte dolor, y en los casos más severos, mastoiditis (inflamación de la apófisis mastoides).
Recuerda que el uso del agua oxigenada para la limpieza o desinfección es un método casero, por lo tanto, si no se aplica adecuadamente puede provocar un daño mayor a los oídos. Siempre es importante visitar a un medico en caso de una infección para que te indique el tratamiento farmacológico más adecuado.
