Las albóndigas caseras son un plato que puede ser muy saludable, y que siempre es bien recibido. En general puede ser que nos cueste un poco que la familia completa acepte de buen grado un plato de brócoli, pero es muy extraño que no venga muy bien un plato de espaguetis con unas buenas albóndigas caseras. Claro que hay otros acompañamientos posibles, los que pueden ser muy saludables o no tanto. Con unas verduras al vapor, son un plato muy sano; con patatas fritas, no tanto, pero si no abusamos a diario, se puede comer cada tanto esa versión.
Tambien te invito a ver la receta de Albóndigas en Salsa.
Albóndigas caseras
Ingredientes:
- Medio kilo de carne picada o molida. La carne puede ser de ternera, de cerdo, pavo o pollo. Lo interesante es hacer mezclas, ya que esa variante agrega sabor. Si optamos por un pavo y pollo sin piel, queda muy bien y es muy sano. Ternera y cerdo tiene un tenor graso algo mayor, pero queda muy sabroso
- Tres rebanadas de pan sin corteza. Para los celíacos se puede usar el pan de molde que se elabora sin gluten
- Leche en cantidad necesaria para remojar el pan
- Dos huevos
- Sal y nuez moscada en cantidad necesaria. Un poco de pimienta negra recién molida agrega sabor
- Dos dientes de ajo cortados muy pequeños. Un secreto: retirar el sector interior de color verde (es como un tronquito o cabo) hace que el ajo sea mucho más digerible
- Harina en cantidad necesaria para rebozar las albóndigas. En caso de ser celíaco, se puede usar o pre mezcla o harina de arroz que queda muy bien
- Aceite de oliva extra virgen en cantidad necesaria
Para la salsa: cuatro tomates maduros, bien pelados y cortados en cubos no muy grandes, dos dientes de ajo, un poco de aceite de oliva, una hoja de laurel, sal y pimienta. En esta salsa un pizca de azúcar queda muy bien.
Elaboración:
Salsa: es muy simple. En una cacerola calentamos un poco el aceite de oliva y agregamos los dos dientes de ajo cortados en láminas. Antes de que tomen color, agregamos los tomates, el laurel y la sal. Cocinamos a fuego muy suave, revolviendo cada tanto con la cuchara de madera, dejando que reduzca. Cuando esta pronta corregimos la sal y pimienta. Si queremos la pasamos por la procesadora o dejamos que se noten los trozos de tomate. Ambas son opciones muy personales.
Para las albóndigas, vamos remojar el pan en la leche y reservamos.
Mezclamos la carne con la sal y pimienta, nuez moscada, ajos cortados muy pequeños, pan remojado y los dos huevos. Esta mezcla se hace con las manos.
Formamos ahora las esferas que son las albóndigas, del tamaño que más nos guste, pero intentando que no sean demasiado grandes para poder cocinar bien su interior.
Pasamos las esferas por la harina (trigo o arroz según el caso) de modo que queden bien rebozadas.
Calentamos muy bien el aceite y ya las podemos freír. Retiramos, ponemos sobre un papel absorbente para quitar el resto de aceite y pasamos a la cacerola con la salsa. Cocinamos unos minutos más en la salsa, a fuego suave y ya podemos servir nuestras albóndigas caseras.