Cómo elaborar jabones diy caseros para manos y cuerpo – [100% naturales]

Crear tus propios jabones en casa es muy sencillo y puede convertirse en uno de tus hobbies favoritos para invertir el tiempo en una actividad interesante y que también puede ser muy productiva.

La maravilla de crear tus propios jabones está en que puedes usar los ingredientes y fragancias que quieras. Puedes dar vuelo a tu creatividad e incluso iniciar un negocio propio.

Fabricar tus propios jabones puede ser algo muy simple o ser tan complicado como lo desees. Después de un poco de práctica, puedes ajustar tu técnica para crear jabones de mayor calidad y variados, y verás que se te hace más fácil con la práctica.

Medir y pesar los ingredientes es fundamental para tener un buen resultado, por eso te simplificamos esta guía colocando los ingredientes utilizando tazas como unidad de medida, para que sea más sencillo y obtengas siempre los mismos resultados.

El ingrediente clave: la sosa cáustica

El ingrediente principal para crear jabones es la sosa cáustica, o hidróxido de sodio, que no se puede sustituir por ningún otro ingrediente. Siempre debes asegurarte de utilizar hidróxido de sodio al 100 por ciento en tus preparaciones y en cristales.

Este ingrediente no puede sustituirse por limpiadores con sosa cáustica como Drano, en líquido, porque puede tener trazas de metal, afectar las mediciones y, por lo tanto, dañar el resultado.

Antes de que inicies el proceso, debes saber que la sosa cáustica es un elemento corrosivo, que puede causar agujeros o despintar tu ropa, también puede quemaduras. Es preferible que uses guantes y máscara para proteger tu respiración.

Durante el proceso, cuando agregues la sosa cáustica con agua, la mezcla se calentará y exhalará gases entre 30 segundos y un minuto. Eso puede provocar que sientas la garganta irritada, pero la sensación pasa rápido.

Para controlar estas reacciones, siempre debes agregar la sosa cáustica al agua, no al revés, y remover la mezcla de inmediato. Si no se mezclan y la sosa se acumula en el fondo, podría calentarse de golpe y causar una explosión leve.

Aunque la sosa cáustica es un compuesto químico peligroso para trabajar, después de que reacciona con los aceites en la mezcla, en el proceso de saponificación, no quedarán rastros del componente en el jabón y por eso no es irritante.

Precauciones al trabajar con sosa cáustica

Como es un elemento corrosivo, además de protegerte con máscara y guantes es recomendable que cubras tu área de trabajo con papel periódico para evitar manchar tus muebles. Al finalizar, retíralo y deséchalo con cuidado.

Siempre ten vinagre a la mano. En caso de sufrir una quemadura por la sosa, el vinagre puede contrarrestar su efecto en la piel. También puedes colocar tu área de trabajo cerca de una fuente de agua, para lavar una herida rápidamente en caso de ser necesario.

Retrocede cuando mezcles la sosa con el agua, y trata de no inclinarte sobre la mezcla.

Lávate las manos y los brazos cada vez que termines de hacer jabón, así te aseguras  de que ninguna gota de sosa cáustica quede en tu piel. Siempre está atento a la mezcla.

El equipo necesario

Para fabricar tus jabones es importante que tengas implementos especiales, separados a los de tu cocina, porque si los usas corres el riesgo de contaminar tu comida al prepararla.

Siempre usa recipientes resistentes al calor, con material como vidrio templado, porque el aluminio o el cobre reaccionan químicamente y el plástico se puede derretir con la mezcla.

Para las cucharas de mezcla, compra las que estén hechas de silicona o estireno. Hay muchos tipos de moldes, disponibles en línea o en tu tienda de manualidades local. Incluso puedes usar bandejas para hornear de silicón, que son fáciles de remover.

Otras implementos son una jarra de litro y otra de medio litro para las medir los ingredientes, un periódico, un termómetro de acero inoxidable que mida hasta los 100 grados centígrados, una toalla usada y lo aditivos que quieras agregarle.

Aditivos

Hay tantos aditivos como mezclas que se te ocurran para hacer tus jabones. Te comentamos los principales aditivos para que decidas cómo armar tus combinaciones.

1. Aceites esenciales

Los aceites esenciales provienen de las raíces, flores, tallos o semillas de las plantas. Los aceites con fragancias pueden ser mezclas de aceites esenciales o ser producidos artificialmente.

En la mayoría de los aceites, solo necesitarás de 15 a 20 gotas o una cucharadita por cada lote de jabones que fabriques.

Lee también nuestra guía sobre los 5 poderosos aceites esenciales que limpian tu piel del acné

2. Colores naturales

Darle un color atractivo a tus jabones es sencillo y se puede hacer con ingredientes naturales: canela o cacao en polvo dan color marrón, clorofila para los verdes raíz de remolacha para el naranja o cúrcuma si deseas amarillo.

En algunas ocasiones los ingredientes cambian de color, como el polvo de remolacha magenta que llega a tornarse en un naranja amarillento.

No te recomendamos que uses colorantes para alimentos, porque o suelen conservarse bien en el jabón. Estos son algunos ejemplos de elementos naturales que pueden servir como colorantes para tu jabón:

Caléndula: Usando flores secas y enteras puedes producir vetas amarillas que además tienen propiedades curativas.

Alfalfa: Úsala seca o molida para dar un color verde medio.

Manzanilla: Seca o en polvo, puede producir un color beige a amarillo.

Clavo: Usar clavo molido nos dará un color marrón, pero puede ser irritante para algunos tipos de piel.

Café molido: Da un color entre marrón a negro. Funciona muy bien como exfoliante y tiene antioxidantes que eliminan los olores.

Harina de maíz azul: Proporciona un color azul púrpura a marrón además de poder exfoliar tu piel.

Té verde en polvo: Brinda un color verde parduzco y antioxidantes.

Alheña: Color verde oliva a marrón verdoso.

Rubia roja: Color rojo a morado.

Leche: Tonos de beige a marrón, y en algunos casos naranja.

Paprika: Color naranja.

3. Hierbas

Las hierbas para aditivos en el jabón deben estar secas. La lavanda y la manzanilla son las hierbas más populares para los jabones. También te pueden encantar el limoncillo o el musgo de roble.

Para la mezcla que te presentamos, un cuatro de taza de hierbas secas será suficiente.

Otros compuestos

Pueden incluir aloe vera, leche, avena, harina de maíz, café molido, sal o cualquier otro ingrediente que quieras combinar, en la cantidad que quieras.

¿Cómo hacer tu jabón casero?

Ingredientes

  • ¾ de taza de agua fría, destilada o purificada.
  • ⅔ de taza de aceite de oliva para solidificar la barra de jabón.
  • ¼ de taza de sosa cáustica o hidróxido de sodio al 100 por ciento.
  • ⅔ de taza de aceite de coco, para que el jabón produzca mucha espuma.
  • ⅔ de taza de otro aceite como aceite de semillas de uva, girasol, almendras o de cártamo.

Preparación

Primer paso

Mide tus ingredientes: los aceites con la jarra de medio litro y el agua y la sosa cáustica con la de un litro. Prepara tu área de trabajo con periódico y utiliza los elemento de protección.

Lentamente vierte la sosa cáustica en el agua, mezclándolas a medida que la agregas. Cuando veas que el agua se aclara de nuevo, puedes dejarla reposar.

Segundo paso

Agrega los tres aceites en la jarra de un litro, que debería quedar llena. Calienta la mezcla durante un minuto, puede ser en microondas o en la estufa.

Verifica la temperatura de tus aceites, que debería estar alrededor de los 48 grados centígrados. Tu mezcla de agua y sosa debería estar a la misma temperatura. Espera hasta que la temperatura de ambas mezclas baje hasta los 35 o 40 grados.

Este paso es muy importante. Si tienen una menor temperatura, las mezclas se unirían muy rápidamente, creando un jabón tosco y desmoronadizo.

Tercer paso

Cuando estén en la temperatura adecuada, coloca los aceites en un bol y agrega lentamente la sosa cáustica, revolviendo todo el tiempo por al menos cinco minutos para que se mezclen bien.

Haz que la sosa entre en contacto con la mayor cantidad de jabón que sea posible. Después de los cinco minutos puedes seguir revolviendo a mano o utilizar una licuadora de inmersión.

Al pasar poco tiempo. la mezcla de jabón se aclarará y se volverá espesa. Cuando luzca como un pudín quiere decir que está a punto de traza.

Cuarto paso

 

Agrega los aditivos: hierbas, aceites esenciales y los ingredientes de colores que desees. Revuelve bien la mezcla, sírvela en los moldes, cubre con plástico y finaliza envolviéndolos con una toalla.

Esto mantendrá el calor residual y acelerará el proceso de saponificación.

Quinto paso

Después de 24 horas de reposo, revisa los jabones. Si todavía están calientes y suaves, déjalos reposar otras 12 o 24 horas. Cuando los jabones estén firmes y fríos, colócalos sobre un trozo de papel pergamino o una bandeja para hornear.

Si estás usando un molde para pan, aprovecha para cortarlo en barras. Deja que los jabones se curen al aire libre por 4 semanas. Asegúrate de voltear cada jabón al menos una vez por semana para que todos los lados se expongan al aire.

Sexto paso

 

Cuando los jabones estén completamente curados, envuélvelos en papel encerado o guárdalos en un recipiente hermético.

Los jabones hechos a mano crean su propia glicerina, que es un humectante, al extraer la humedad del aire. Esto puede atraer polvo o escombros con la humedad y por esta razón deben estar envueltos.

Limpia tu área de trabajo

Al terminar, siempre debes limpiar todo tu equipo, en especial los utensilios que fueron expuestos a la sosa cáustica. También puedes neutralizar la sosa con vinagre blanco, para luego lavar bien como lo harías normalmente.

Para todo lo demás simplemente déjalos reposar durante varios días antes de lavar. Como la mayoría de los residuos son de grasa o sosa cáustica, es mejor esperar a que los residuos se conviertan en jbón y sea más fácil lavarlos.

 

¡Acabas de crear tu primer lote de jabones caseros! Comparte con nosotros cómo te fue o si tuviste algún problema en el proceso, y no olvides compartir este artículo con tus amigos en redes sociales.

 

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