El bazo es un órgano macizo que se sitúa en la parte superior izquierda del abdomen, justo por debajo del diafragma en relación con órganos digestivos (páncreas y colon) y el riñón izquierdo, por detrás de las costillas.
Dada su situación anatómica y tamaño, normalmente el bazo no es palpable en el adulto. Sin embargo, en algunas enfermedades puede aumentar notoriamente su tamaño, de modo que puede tornarse fácilmente palpable al examinar el abdomen.
Es frecuente escuchar que luego de un accidente, a una persona le han extraído el bazo. Esto nos lleva a la conclusión que se puede vivir sin este órgano, pero no quiere decir que sus funciones no sean importantes (si bien cuando se extrae el bazo otros órganos cumplen su función) ni que no sea una meta cuidarlo, al igual que todo nuestro organismo.
Comprender para qué sirve el bazo y como cuidarlo nos acerca a esa meta de conservarnos saludables.
Para qué sirve el bazo
Básicamente el bazo cubre dos tipos de funciones: las relativas a las células de la sangre, y las de defensa. Las funciónes hemáticas y las funciones inmunológicas si bien se pueden cubrir por otros órganos en caso que sea necesario extirpar el bazo, son muy importantes.
En el primer sentido se encuentran las funciones hemáticas. Durante la vida fetal los elementos de las sangre se sintetizan o fabrican en el bazo. Esa función se deja de cumplir en dicho órgano, pero en situaciones anormales puede volver a hacerlo. En el bazo se almacenan plaquetas, que son fundamentales para la circulación. También aquí se almacenan macrófagos (células de defensa) que como las plaquetas, son liberados en caso de necesidad. Una función muy importante del bazo es detectar los glóbulos rojos anormales y los envejecidos, para retirarlos literalmente de la circulación. En estos casos los destruye, pero sus componentes fundamentales como el Hierro, se reutilizan al fabricar nuevos glóbulos rojos.
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Las funciones inmunológicas del bazo son varias y complejas. Se puede decir de un modo simple, que si bien se puede sobrevivir perfectamente sin este órgano, queda una tendencia a las infecciones que es necesario tener en cuenta. Tanto la inmunidad humoral como celular están involucradas dentro de las funciones de este complejo órgano. El bazo es clave en el sistema linfático.
Enfermedades del bazo
Son numerosas las enfermedades que pueden afectar al bazo, tanto hereditarias como adquiridas. Pueden ser infecciosas, tumores, enfermedades hematológicas, etc. Sea cual sea la enfermedad, en general la inflamación o aumento de tamaño del bazo es uno más dentro de una constelación de síntomas sumamente variados. Desde palidez, una notoria anemia, fiebre, infecciones o hemorragias (muchas veces manifestadas como manchas en la piel).
En todos esos casos el bazo aumenta de tamaño, algo que lo puede llevar a dimensiones realmente importantes. En esos casos el paciente suele quejarse de una sensación de pesadez en el sector superior izquierdo del abdomen, incluso de dolor. La pérdida del apetito en estos casos se puede deber no a una enfermedad avanzada, sino a la presión que ejerce el bazo de gran tamaño, sobre otros órganos del aparato digestivo.
No podemos dejar de mencionar que la causa fundamental de pérdida de este órgano son los accidentes, en especial los accidentes de tránsito. Es un órgano macizo, que si bien se encuentra protegido por las costillas, los movimientos de intensa desaceleración que ocurren en un accidente llevan muchas veces a que el bazo se desgarre. Por ser un órgano muy vascularizado suele sangrar en abundancia, por lo que la única solución posible para salvar la vida del paciente es extirparlo. Como ya hemos dicho, la calidad de vida posterior es excelente, siempre que se tenga cuidado con las infecciones.
5 formas de cuidar el bazo que debes hacer
Existen muchos alimentos que refuerzan las maravillosas y variadas funciones de este órgano. Por ese motivo, es clave introducir estos alimentos en la dieta y mantenerlos en ella.
1.- Alimentos con flúor
En este sentido es importante introducir en la dieta zanahoria, perejil y uvas. Los dos primeros son muy simples de consumir en la dieta, ya que se pueden preparar ensaladas de todo tipo con estos dos ingredientes. Las uvas es importante consumirlas durante su estación, y siempre con la piel o cáscara, para aportar más fibras.
2.- Puerro, ajo y cebollas
Que son alimentos muy similares en algunos sentidos, se deben mantener en una dieta que pretende proteger el bazo. Las sopas, ensaladas, tartas y salsas que se pueden preparar con estos ingredientes son muchas y deliciosas.
3.- El jengibre y la canela son también muy importantes.
El jengibre podemos rallarlo sobre cualquier ensalada o cualquier otro plato. Le da un sabor algo picante que queda muy bien. Las posibilidades de la canela son casi infinitas. Desde las clásicas manzanas con canela hasta los batidos de yogur, quedan muy bien y ayudan a mantener el bazo sano.
4.- La avena integral
Es un alimento muy importante no solo para el bazo. No es nada complicado de utilizar en la dieta. Si la dejamos en remojo (tres cucharadas en un vaso de agua) y lo licuamos con algunas frutas, tendremos un muy buen desayuno y vamos a cuidar el bazo. El licuado de plátano o banana con avena es delicioso. Otra opción es utilizar un poco de canela en estos licuados o batidos, así introducimos más de un alimento protector.
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5.- Mantener una buena hidratación
Esto implica tomar no menos de dos litros de agua al día. En épocas de mucho calor o si hacemos ejercicios, esta cantidad debe ser aumentada en forma significativa y en relación a los nuevos requerimientos. Es importante evitar las bebidas gaseosas azucaradas.
Evitar los alimentos muy procesados, como las harinas muy refinadas y los dulces preparados con mucho procesamiento.
Ante cualquier duda de tener un problema con el bazo, es fundamental consultar rápidamente con el médico, que será quien establezca a que se debe el problema, si es que existe.
Imagen: drbcshah