Habitualmente escuchamos hablar mucho de los corticoides, el cortisol y la cortisona pero no tenemos claro ni que diferencia hay entre ellos, ni exactamente para que sirven. Son muchos los defensores como tantos los detractores, el problema es que la mayoría tanto de unos como de otros no tienen tan claro en realidad profundamente de que están hablando. Intentemos una aproximación al tema, de modo que podremos tener una visión propia, que desde ya adelanto no demoniza ni sacraliza a los corticoides, ya que simplemente tienen indicaciones muy precisas, para las cuales son muy eficientes.
Los corticoides son un grupo de hormonas que nuestro propio cuerpo fabrica en unas pequeñas glándulas que se localizan sobre los riñones, y se llaman justamente suprarrenales. Las suprarrenales tienen dos sectores: la médula y la corteza.
En la corteza se sintetizan los corticoides (entre otras hormonas), de ahí su nombre. La secreción de estas hormonas no depende de la propia glándula sino de la hipófisis, una importante glándula que se encuentra en el cerebro.
Esta segrega una hormona que es la ACTH, la cual activa la corteza suprarrenal aumentando la producción y secreción de corticoides. De hecho, la hipófisis también estimula las demás glándulas del cuerpo aumentando su secreción. Un ejemplo tal vez más conocido es la TSH, hormona que estimula la tiroides. Tiene hormonas específicas para cada acción.
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Dos de los corticoides más conocidos son el cortisol y la cortisona, que como ya vimos se sintetizan en las suprarrenales a partir del colesterol. Una acotación importante: como vemos el colesterol cumple funciones relevantes, no solo es algo que debemos mantener en valores bajos. Si bien es un hecho que existe un rango de normalidad en sus valores, es importante para nuestra salud.
Qué función tienen los corticoides
Veremos a continuación que funciones cumplen los corticoides en conjunto para simplificar, pero dejando claro que cada uno de ellos es específico en sus acciones, si bien básicamente se los puede describir de ese modo
1. Estrés.
Los corticoides son las hormonas que responden al estrés. Cuando este se produce se segregan estas hormonas, de modo tal de regular la repuesta óptima del organismo a esa amenaza. Un primer punto fundamental para dejar claro. En general cuando decimos estrés tendemos a relacionarlo exclusivamente con el estrés emocional, que si bien existe en si mismo, es muy relevante el estrés biológico, y es al que especialmente responden los corticoides. Por lo tanto, cuando nuestro cuerpo se siente seriamente amenazado en los físico o en lo emocional, se segregan estas hormonas de modo de dar la mejor respuesta posible a esa situación. Muchos las definen, y no sin razón, como las hormonas de la emergencia.
2. Metabolismo.
Regulan el metabolismo tanto de los carbohidratos como de proteínas y grasas, de modo de obtener rápida energía (glucosa). si pensamos que son hormonas que responden a las emergencias, en esas situaciones con lo primero que tenemos que contar es con energía.
3. Aumenta la glucosa en sangre.
Esto ocurre por lo anterior y por un mecanismo propio que inhibe la secreción de insulina. Como sabemos la insulina es la hormona que permite que la glucosa entre a la células, donde será utilizada como combustible, por decirlo de un modo simple. Es importante tener en cuenta esta característica a la hora de indicar corticoides, ya que se debe tener muy en cuenta en los pacientes diabéticos. En caso de tratamiento prolongado con corticoides en pacientes no diabéticos, este dato se toman muy en cuenta y se corrige en caso de ser necesario.
4. Regulan el metabolismo del agua y las sales.
Más o menos todos tenemos noción de que quienes reciben tratamientos con corticoides por tiempo prolongado tienden a retener líquidos. Esto siempre se tiene en cuenta y se corrige si es posible.
5. Regula la actividad de las defensas, en menos.
Esto quiere decir que baja drásticamente la actividad inmunológica. Esto que puede parecer muy malo es algo muy bueno, y especialmente buscado en algunas situaciones. Por ejemplo, en las leucemias aguadas, tan comunes en la infancia, al comenzar la enfermedad hay una invasión de glóbulos blancos inmaduros en sangre. El tratamiento con corticoides en forma inicial logra controlar la situación rápidamente. Por supuesto que los otros medicamentos que se emplean van a solucionar el problema de base, pero los corticoides son muy importantes en esa etapa. Otra situación seria donde los corticoidesson claves: trasplante de órganos. En este caso se pretende disminuir las defensas para que no se produzca rechazo. Por último, las enfermedades autoinmunes, donde nuestras defensas atacan nuestro cuerpo.
6. Antiinflamatorio.
Los corticoides son potentes antiinflamatorios. Algunos tienen una acción más marcado que otros, pero son de gran relevancia. No solo sirven para enfermedades como las artritis disminuyendo la inflamación de la articulación. En el asma, los corticoides disminuyen el edema de la mucosa (hinchazón de la misma) que junto con el broncoespasmo y el aumento de las secreciones, impiden el pasaje normal del aire.
7. Actúan aumentando la presión.
Esto es un dato clave ya que hay que ser muy cuidadosos en el paciente hipertenso.
8. Influyen en la acción de otras hormonas.
Nuestras hormonas tienen mecanismos muy complejos de regulación y todas se relacionan en alguna forma. Es importante tener en cuenta que la fertilidad, por ejemplo, se puede ver alterada mientras se recibe un tratamiento de esta clase.
Usos médicos de los corticoides
Como ya hemos visto son muchos los posible usos de los corticoides. En muchos casos prácticamente son inevitables y en otros son una alternativa más.
1. Enfermedades autoinmunes.
La larga lista de las enfermedades autoinmunes comprende situaciones que son leves hasta enfermedades mortales. La indicación de corticoides en un paciente en particular depende más de la situación de ese momento y el contexto de salud de esa persona, que de la enfermedad en si misma. Hay veces que prácticamente no hay dudas. En el inicio del tratamiento de una leucemia aguda, o en un Lupus en pleno empuje no hay mucho que pensar. Sin embargo, en una alergia seria, debemos considerar primero todas las demás opciones.
2. Trasplante.
En las primeras etapas son fundamentales para evitar el rechazo.
3. Asma.
En la crisis aguda severa tienen indicación formal. En el tratamiento preventivo los corticoides inhalados son muy buenos.
4. Enfermedades inflamatorias
En los empujes de las mismas pueden ser fundamentales, pero no siempre es así.
Contraindicaciones
En los pacientes hipertensos o diabéticos se debe tener especial cuidado. Sin embargo es fundamental tener en cuenta que las indicaciones son muy precisas y deben ser la correctas.
Efectos secundarios
El uso prolongado puede afectar seriamente la secreción de otras hormonas y llevar a condiciones especiales, derivadas de esos desequilibrios. Se pueden retener líquidos en forma significativa y subir la presión arterial.
Vías de administración
Dependiendo de cual corticoide se trate se pueden administrar por vía oral, intravenosa, inhalación, transcutánea, etc. La elección de la vía depende tanto del medicamento como de la necesidad que se pretende resolver. Hay que tener en cuenta que determinadas vías no producen aumentos significativos en sangre, por lo que no producen efectos secundarios (por ejemplo los inhaladores para el asma).
Tiempos de administración y dosis
Puede ser necesario indicar una dosis pequeña por mucho tiempo, una dosis grande por poco tiempo o todas las variantes posibles,. En caso de tratamiento prolongado se suspende en forma lenta y en caso de tratamientos breves se suspende de golpe sin problema alguno.
Conclusiones
El punto fundamental para tener en cuenta no es si los corticoides son buenos o malos sino si están o no bien indicados. Todo depende de la situación en especial de ese paciente ese momento de su enfermedad. En la misma enfermedad en el mismo paciente puede tener una indicación formal en un momento y no en otro. La correcta elección del corticoide, en dosis correcta, por vía correcta por el tiempo correcto hace el éxito del tratamiento. Es clave tener en cuenta que los corticoides hoy día siguen salvando la vida de muchos pacientes en el mundo en forma permanente.
En cuanto a la eficiencia los podemos comparar con los antibióticos. Son maravilloso pero solo si se los indica bien, para la infección adecuada, en las dosis adecuada por el tiempo adecuado.
En ambos casos no son ni buenos ni malos en si mismos, son simplemente medicamentos maravillosos que se deben aplicar bien, en el momento correcto. Si el médico de confianza indica corticoides, no es algo para tener miedo ni esperar horribles efectos secundarios. Los mismos se ven en situaciones muy puntuales y se resuelven en forma correcta. El punto clave siempre es que se debe seguir la indicación del médico y no lo que nos parece. Si al vecino le funcionó muy bien, no quiere decir que sea igual nuestra situación.
En suma, no hay ni que demonizarlos ni que glorificarlos, simplemente hay que seguir las indicaciones correctas, ya que los resultados son excelentes.
Imagen: massagetoday
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