La correcta higiene de una persona va mucho más allá que la costumbre de lavarse las manos o taparse la boca al estornudar, se trata de un estilo de vida marcado por una serie de hábitos que se inculcan desde muy temprana edad.
Hacen la diferencia entre alguien que sabe cuidar de sí mismo y que proyecta una buena imagen, y alguien que no.
Cuando te preocupas por enseñarle a tus hijos la importancia que tienen los hábitos de higiene desde que son muy pequeños, te estas asegurando de qué serán personas limpias el resto de sus vidas.
Nunca subestimes el poder de la higiene. No hay absolutamente nada que proyecte tan mala imagen como descuidar nuestra limpieza personal.
Así seas una persona altamente capaz y llena de virtudes, si no tienes una buena higiene, las personas se alejarán de ti y perderás muchas oportunidades valiosas en la vida.
Entre los hábitos de higiene que debes inculcarles a tus hijos desde pequeños, están:
1. Lavarse las manos
Todos sabemos que lavarnos las manos es una parte integral de la higiene. Nuestras manos tienden a ser la parte de nuestro cuerpo que más entra en contacto son superficies que no están limpias, y también con la comida que ingerimos y nuestras propias mucosas.
Este intercambio de bacterias de una superficie a otra puede volverse muy dañino para la salud si no nos lavamos las manos con frecuencia.
Tu no puedes verlos, pero existen cientos de millones de pequeñas bacterias y microorganismos que estás transfiriendo a tu comida sin darte cuenta.
Los niños deben acostumbrarse desde pequeños a lavarse las manos antes de comer cualquier cosa, después de ir al baño y también después de jugar.
2. Bañarse diariamente
Hay algunos niños que adoran la hora del baño, otros realmente no tanto. La mejor manera de inculcar el hábito del baño diario es convertirlo en una situación agradable para el niño.
Si el niño experimenta el baño como un trámite en el que su madre simplemente lo sumerge en el agua, lo talla enérgicamente y lo saca, es probable que termine por odiarlo.
En cambio, si el baño es un momento de risas, juegos y música, con espacio para las sensaciones agradables, evitaremos que nuestros hijos consideren que bañarse es desagradable.
A medida que el niño va creciendo, debemos comenzar a darle poco a poco más libertad para que se bañe él mismo en la regadera, pero siempre supervisando que lave bien cada parte de su cuerpo.
También es importante fomentar en los niños el gusto de sentirse limpios y recién bañados.
3. Lavarse el cabello
Existe un poco de polémica alrededor del asunto de lavarse el cabello. Muchas personas consideran que debe hacerse diariamente, mientras que otras aseguran que con hacerlo dos o tres veces por semana basta.
En cualquier caso, esto dependerá directamente del tipo de cuero cabelludo y la actividad del niño. Cuando el niño ha jugado mucho tiempo en el exterior o tiene el cuero cabelludo graso, lo mejor es que se lave el cabello siempre que se baña.
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4. Higiene oral
Mantener limpios y saludables nuestros dientes y encías puede prevenir una gran gama de condiciones negativas de la salud, incluyendo mal aliento, caries, e incluso enfermedades del corazón.
Tus hijos deben aprender a cepillarse los dientes al menos dos veces al día, pero de preferencia deben hacerlo después de cada comida.
Cuando comienzan a ir a la escuela, deben acostumbrarse a llevar un estuche con pasta y cepillo de dientes para que también allí puedan cuidar de su higiene oral.
A muchos niños les cuesta trabajo comprender la importancia de mantener su boca limpia, por esta razón no sólo debes de exigirles que se laven los dientes, también es oportuno que les indiques cuáles son las consecuencias de no hacerlo para que tengan una buena motivación.
5. Cuidado de la piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo y es el encargado de protegernos de todas las amenazas del exterior. Los niños pequeños y los preescolares necesitan todavía de sus padres para cuidar de su piel adecuadamente.
Para que ellos puedan a comenzar a hacerlo por su cuenta, debemos acompañar las rutinas de cuidado de la piel junto con explicaciones de lo que estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo.
Así, cuando estemos hidratando su piel, les reforzaremos verbalmente la importancia de mantenerla cuidada e hidratada.
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6. Cuidado de la piel para adolescentes
Uno de los síntomas más comunes de la pubertad y de la adolescencia, tanto en hombres como en mujeres, es el hecho de que la piel se vuelve más grasosa, por lo tanto, los cuidados que ésta requiere cambian.
Los casos de acné son bastante frecuentes, pero muchos de ellos pueden atenuarse simplemente llevando una adecuada higiene de la piel.
Debemos asegurarnos de que nuestros hijos adolescentes estén bañándose diariamente con un jabón neutro, y de que lavan su rostro dos o tres veces al día.
Cuando tenemos hijas que comienzan a maquillarse, debemos transmitirles la importancia de desmaquillarse siempre antes de dormir, ya que no hacerlo puede obstruir sus poros y causarles más problemas.
7. Cuidado de las axilas
Lavarse las axilas y utilizar desodorante es una especie de ritual de iniciación para muchos adolescentes. Es fácil darnos cuenta cuando nuestros hijos están dejando atrás la niñez, entre otras cosas por que su olor corporal se vuelve más fuerte.
Para que comiencen a construir el hábito desde pequeños, es ideal que a los nueve o diez años comencemos a enseñarles a usar desodorante, y, a medida que crecen, sustituirlo por un antitranspirante si es que el sudor excesivo resulta un problema.
8. Cuidar las uñas
El espacio debajo de nuestras uñas es el lugar perfecto para que toda la mugre y la tierra con la que hemos estado en contacto se acumule y fomente el crecimiento de todo tipo de patógenos. Para evitarlo, debemos mantener siempre las uñas de nuestros hijos cortadas al ras.
Si nuestras hijas adolescentes deciden comenzar a dejarse las uñas largas por un tema estético, es importante que les enseñemos a lavarlas diariamente con un pequeño cepillo, de tal forma que puedan extraer toda la suciedad.
Recuerda que el hábito de morderse las uñas es desagradable y debe ser desalentado de inmediato, pues incluso puede llegar a tener consecuencias médicas.
7. Higiene en el baño
Sabemos que las excreciones del cuerpo, en especial las heces, son muy nocivas para la salud pues están cargadas de bacterias. Por eso hemos desarrollado toda una infraestructura de inodoros y de aguas residuales que nos permite mantenernos lo más alejados posibles de ellas.
Los niños pequeños necesitan aprender a limpiarse adecuadamente y a lavarse las manos perfectamente después de ir al baño.
Es común que los niños se limpien de atrás para adelante, porque el movimiento es más sencillo, pero debemos enseñarles que la forma adecuada es de adelante hacia atrás para evitar infecciones.
8. Ciclo menstrual
Cuando las adolescentes comienzan a menstruar, debemos enseñarles a llevar un calendario, de tal forma que estén preparadas y tengan siempre productos de higiene íntima a la mano.
Es indispensable bañarse diariamente durante la menstruación, no utilizar compresas ni tampones por más de cuatro horas seguidas y utilizar toallitas húmedas para evitar que aparezcan malos olores o infecciones.
La higiene que mantendrán tus hijos en la vida adulta depende mucho de los hábitos que tú les inculques en la niñez.
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