La obesidad se convirtió en un problema de salud mundial. Se estima que una de cada 3 personas es obesa o tiene sobrepeso.
Estados Unidos encabeza la lista de obesidad en niños y adolescentes con 13 % de la población. También lidera a los países con mayores índices en adultos con 38 %. Le siguen Egipto (35 %) y México (32 %).
Repasemos las principales 10 causas de este problema que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sumaba para 2016, 340 millones de niños de entre 5 y 19 años, obesos.
Obesidad: condicionantes genéticas y fuerza de voluntad
La obesidad se relaciona con el síndrome metabólico que incluye presión arterial alta, elevada glucosa en la sangre y un deficiente perfil sanguíneo de lípidos.
Las personas afectadas por este síndrome tienen un riesgo mayor de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedad cardíaca, en comparación con los individuos con un normal rango de peso corporal.
Pese a los avances científicos sobre las causas de la obesidad de los últimos años, la ciencia ha descubierto que entre más se sabe de cómo prevenir y tratar esta condición de salud, suman más los índices de afectados.
Muchas personas aún creen que el sobrepeso y la obesidad son solo problemas genéticos y que poco o nada se puede hacer para corregirlos. La OMS garantiza que eso no es cierto y que el exceso de peso puede prevenirse.
Otro grupo de hombres y mujeres sostiene que se trata de un problema que se previene y supera con solo fuerza de voluntad. Esto tiene algo de valor, pero tampoco es totalmente cierto.
Aunque el sobrepeso y la obesidad son consecuencias del estilo de vida y hábitos alimenticios, algunas personas ya están en desventaja para controlar y superar este problema.
El mucho comer es parcialmente un asunto genético y hormonal y determinadas personas están biológicamente predispuestas a esto.
Los individuos pueden contrarrestar sus desventajas genéticas con cambios en el estilo de vida, pero ello implica fuerza de voluntad y perseverancia.
Lee nuestra guía sobre los diferentes tipos de obesidad
Sobrepeso y obesidad: las 10 causas principales
1. Genética
La obesidad tiene un determinante componente hereditario.
Los hijos de padres obesos tienen mucho mayor riesgo de también ser obesos, que los hijos de hombres y mujeres delgadas.
Lo que ingieras puede tener también un efecto importante sobre cuáles genes se expresan y cómo lo hacen.
Las personas acostumbradas a comer sano pueden iniciar su obesidad al cambiar sus hábitos alimenticios a la comida chatarra. Comienzan a enviar nuevas señales a los genes y con ello se agudiza el problema genético de la condición.
Las investigaciones con gemelos lo ilustran claramente. Según una nota publicada en la Revista Médica de Nueva Inglaterra, 12 parejas de gemelos adultos jóvenes reaccionaron similarmente en los siguientes parámetros, al ser sometidos a sobrealimentación (1):
- Peso corporal
- Porcentaje de grasa
- Grasa visceral abdominal
- Distribución regional de grasa
- Masa grasa y grasa subcutánea estimada
Mientras, registraban diferencias en estos parámetros respecto a las otras parejas de gemelos.
Resumen: algunas personas son genéticamente más susceptibles al sobrepeso y a la obesidad.
2. Alimentos condicionados para comer en exceso
Las comidas chatarras altamente procesadas son componentes refinados que se mezclan con aditivos.
Las prioridades comerciales de los fabricantes son:
- Que sean baratas para que el consumo sea masivo, por lo que son elaborados con ingredientes y aditivos de menor costo
- Que duren mucho en los anaqueles y frigoríficos de los supermercados, algo que se consigue con aditivos que retrasan la descomposición
- Que tengan buen sabor, lo que se consigue o se potencia con saborizantes artificiales
- Que tengan un buen aroma, algo que se gana con aromatizantes sintéticos
- Que tengan agradable apariencia, objetivo que se alcanza con colorantes artificiales
- Que sean fáciles de preparar o de comer, lo que se consigue con precocción o cocción completa
Al final, muchas de las comidas que la gente lleva a su boca son más producto de un laboratorio químico que de una cocina.
Resumen: las tiendas y supermercados están saturados de alimentos procesados difíciles de resistir, lo que favorece a un excesivo consumo y en consecuencia, al sobrepeso.
3. Adicción a la comida
Muchos alimentos están elaborados para que produzcan adicción como lo hacen las drogas y otras sustancias adictivas como el alcohol, la nicotina, el cannabis y la cocaína.
Un estudio publicado en Science Direct concluyó que las ratas alimentadas con sacarosa, desarrollan un comportamiento adictivo parecido al que registran con opiáceos o alcohol, con un retraso en la saciedad (2).
La comida chatarra puede ser más adictiva en personas susceptibles. Estos individuos pierden fácilmente el control sobre su comportamiento alimenticio, como ocurre con los alcohólicos y drogadictos ante el alcohol y una droga dura, respectivamente.
Cuando las personas son adictas pierden su facultad de decidir y es la bioquímica cerebral la toma las decisiones.
Los alimentos chatarra fuertemente azucarados y/o con elevados contenidos de grasa, activan los centros de recompensa cerebrales.
Resumen: algunas personas desarrollan adicción hacia los antojos. Esto ocurre particularmente con los alimentos chatarra altamente azucarados y ricos en grasas.
Lee nuestra guía sobre cómo superar la adicción a la comida
4. Marketing agresivo
La comida chatarra es un nicho de mercado muy lucrativo y agresivo en sus estrategias de venta.
Los gigantes de este tipo de alimentos destinan la mayor parte de su presupuesto de costos y gastos a la publicidad. McDonald's invirtió en 2016 y solo para el mercado norteamericano, 1460 millones de dólares en tratar de vender sus hamburguesas (3).
Este tipo de mercadeo es con frecuencia poco ético, con mensajes que atribuyen a las comidas cualidades que no tienen, mientras omiten otras que serían contraproducentes para el negocio. El resultado es el incremento del consumo de alimentos poco saludables, pero no abiertamente perjudiciales.
El objetivo de estas agresivas campañas son los niños y adolescentes que no han alcanzado la madurez suficiente, para valorar lo que les conviene o no comer.
Por ello la obesidad en jóvenes de entre cinco y 19 años se ha multiplicado por 10 en los cuatro últimos decenios, según la website oficial de la OMS.
5. Insulina
La resistencia a la insulina estimulada por la comida occidental promueve la acumulación de grasas, condición crítica en obesos y personas con sobrepeso.
Una investigación publicada en el Diario Estadounidense de Nutrición Clínica evaluó el impacto en mujeres de 3 patrones dietéticos, en el síndrome metabólico y la resistencia a la insulina (4):
- Patrón dietético saludable
- Patrón dietético tradicional
- Patrón dietético occidental
En el estudio participaron 486 mujeres de entre 40 y 60 años. Los resultados concluyeron que la dieta más relacionada con el síndrome metabólico y la resistencia la insulina fue la occidental, mientras que la menos vinculada con ambos factores fue la saludable.
Reducir la ingesta de carbohidratos simples o refinados más el aumento del consumo de fibra, es una de las maneras más efectivas de disminuir la insulina.
Esta estrategia alimentaria disminuye inmediatamente la ingesta de calorías y conlleva a la reducción de peso sin más esfuerzos que controlar lo que se come, incluso sin necesidad de contar porciones e ingestas calóricas.
Un estudio de 2007 evaluó el impacto en el hambre, estado de ánimo y otros síntomas de los participantes, de dos dietas bajas en macros (5):
- Dieta baja en grasas
- Dieta cetogénica baja en carbohidratos
Aunque las mejoras fueron mayores con la dieta cetogénica baja en carbohidratos, los participantes experimentaron cambios positivos en los parámetros evaluados con ambos regímenes.
Resumen: elevados niveles de insulina y de resistencia a la hormona están relacionados con el aumento de peso y la obesidad. Una medida efectiva para reducir la insulina es disminuir el consumo de carbohidratos refinados.
6. Ciertos medicamentos
Se conocen medicamentos que pueden inducir al aumento de peso como uno de sus efectos secundarios. Algunos de ellos son (6):
- Clozapina, Risperidona, Olanzepina, Quetiapina, entre otros fármacos antipsicóticos
- Amitriptilina, Mirtazapina e inhibidores de la recaptación de serotonina, entre otros antidepresivos
- Litio, Carbamazepina y ácido valproico, entre otros estabilizadores del estado de ánimo
- Valproato, Gabapentina, Carbamazepina, Topiramato, Zonisamida, entre otros antiepilépticos
Estos medicamentos inducen al aumento de peso al producir alteraciones orgánicas que bajan la tasa metabólica y el consumo de energía.
Médicos recomiendan contrarrestar los efectos de estas medicinas sobre el aumento de peso, con una dieta saludable y un programa de ejercicios.
7. Resistencia a la leptina
Las células grasas o adipocitos producen la mayor parte de la leptina, por lo que las personas obesas suelen tener un alto nivel de esta hormona en la sangre.
Aunque su rol en la obesidad no está totalmente claro, se cree que es uno de los factores principales en la patogénesis de la excesiva acumulación de grasa.
Una de las funciones de la leptina es inducir al cerebro a generar las sensaciones de saciedad o disminución del apetito, por lo que la ciencia cree que un sector de la población obesa desarrolla una resistencia a esta, igual como ocurre a los diabéticos con la insulina (7).
Resumen: la leptina es una hormona que contribuye a reducir el apetito y no funciona en muchos obesos como sí en personas delgadas.
8. Disponibilidad de alimentos
Las sociedades de hace poco menos de un siglo engordaban menos porque no existía la comida chatarra. Con frecuencia siquiera había alimentos.
Ahora, la comida poco saludable está al alcance de las masas que solo al caminar se topan por doquier de numerosos locales de comida rápida.
Además de abundante y de fácil acceso, la comida chatarra llena más y es más barata. Personas de escasos ingresos no comen saludable no porque no quieran, sino porque no pueden.
9. Azúcar
Es posible que los azúcares refinados sean los peores componentes de la dieta moderna. Se consumen en grandes cantidades y la parte que no se quema como energía, se convierte en grasa acumulada.
Al comer en exceso el azúcar cambia perjudicialmente la dinámica hormonal y la bioquímica del cuerpo, favoreciendo al aumento de peso.
Los carbohidratos simples (azúcares) que más se consumen son la glucosa y la fructuosa. La mayor parte de esta última proviene de los azúcares agregados.
Una de las sustancias que más aporta fructuosa es el jarabe de maíz, ampliamente utilizado como edulcorante por la industria alimentaria por su menor costo, respecto a otros endulzantes.
La fructuosa es muy dañina porque modifica el metabolismo de la glucosa al aumentar la lipogénesis, niveles y resistencia a la insulina y la dislipidemia metabólica (8).
Estas alteraciones están haciendo que la obesidad y la diabetes tipo 2 alcance tasas epidémicas, particularmente en Estados Unidos.
Un estudio en roedores realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale (New Haven, Estados Unidos), halló una mayor incidencia de la fructuosa respecto a la glucosa, en la persistencia del apetito y el aumento de peso (9).
Resumen: el excesivo consumo de azúcar es una de las principales causas del sobrepeso y la obesidad.
10. Desinformación
La gente es mal informada respecto a la alimentación, nutrición y salud.
En Internet se halla información veraz y responsable, pero también portales con contenidos improvisados, de pobres fuentes o dirigidos a proteger y estimular intereses particulares.
Uno de los engaños más habituales es la afirmación de que un determinado aditivo es totalmente natural, solo porque una de sus materias primas lo es.
Por ejemplo, en la elaboración de un colorante a base de cúrcuma, un aromatizante a base de romero o un endulzante a base de hojas de stevia, es posible afirmar con honestidad que las especies empleadas como materias primas son totalmente naturales, pero cuando el aditivo sale de la línea de fabricación químicamente procesado y refinado, se engaña al público al afirmar que es 100 % natural. Si así fuera, toda la comida sería natural al 100 %.
Es común que los resultados de investigaciones científicas sean escondidos, encubiertos, malinterpretados o descontextualizados, según la conveniencia de intereses.
Otros datos son obsoletos o están basados en hipótesis que nunca llegaron a comprobarse.
Una de las recomendaciones para estar mejor informado es intentar mejorar o hallar mejores fuentes, accediendo a contenidos de medios con trayectoria y buena reputación.
Comentarios finales
Aunque no puedas controlar completamente la forma como funciona tu cuerpo, sí puedes ayudarte mejorando tu estilo de vida y hábitos alimenticios.
A menos que tengas una condición de salud específica, tienes el poder de controlar tu peso. Las millones de personas que lo han alcanzado lo han hecho con cambios en su alimentación y ejercicios.
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- Las bebidas azucaradas causantes de la epidemia de obesidad en Latinoamérica