Remedios caseros para quemaduras: qué hacer y que nunca debes hacer

Las quemaduras siempre son un riesgo latente en el hogar, ya sea por algún accidente usando el horno o la cocina, o simplemente por pasar mucho tiempo al descubierto en el jardín sin protector solar.

Estas desagradables lesiones formar parte de los accidentes domésticos más comunes, así que siempre es útil saber cuándo podemos tratarlas en casa, cuándo debemos ir al hospital y cómo atender estas lesiones adecuadamente.

¿Cuándo se puede tratar una quemadura en casa?

Depende de su severidad. Según su gravedad, las quemaduras se clasifican en tres categorías: de primero, segundo y tercer grado.

Las quemaduras de primer grado son las que representan un menor riesgo, porque solo afectan la epidermis (la capa externa de la piel) y generalmente no causan más que una leve hinchazón rojiza.

Las quemaduras de segundo grado son un poco más serias. Aparte de la epidermis, estas lesiones afectan también parte de la dermis (segunda capa de la piel). Se manifiestan visualmente con ampollas y piel blanca brillante.

Con las quemaduras de tercer grado ya hablamos de lesiones graves, que ameritan atención médica de emergencia porque afectan a las tres capas de la piel (epidermis, dermis e hipodermis) e incluso pueden penetrar más.

A veces se habla también de quemaduras de cuarto grado, para incluir a las que producen lesiones en articulaciones y huesos. Con las quemaduras de tercer grado (y de cuarto grado) hay quecorrer inmediatamente al hospital más cercano, ya que son lesiones graves.

Sin embargo, las quemaduras de primero y segundo grado con una zona afectada menor a 8 cm de diámetro pueden ser tratadas en el hogar de forma segura.

Estás quemaduras tardan entre una y dos semanas en desaparecer por completo y, por lo general, no dejan cicatrices ni marcas en la piel.

A continuación te diremos todo lo puedes hacer (y lo que no) para tratar las quemaduras leves.

¿Qué debemos utilizar para tratar debidamente las quemaduras leves?

Las quemaduras de primer grado suelen tomar entre una y dos semanas para curarse de forma definitiva. Como no son graves, el tratamiento se enfoca en aliviar el dolor, prevenir infecciones y rescatar la piel.

1. Mucha agua

La primera regla a aplicar al ser afectado por una quemadura leve es bañar la zona lesionada con agua fresca (fresca, no fría) durante unos 20 minutos y lavar la quemadura suavemente con agua.

2. Compresas 

Aplicar una compresa o un paño humedecido en la zona afectada ayudará a mitigar el dolor y la hinchazón.

Deben aplicarse por períodos de 10 a 15 minutos y el agua no debe estar excesivamente fría; de lo contrario corremos el riesgo de irritar aún más la quemadura.

3. Antibióticos en crema

Resulta indispensable prevenir que una quemadura pueda infectarse, así que una vez mitigado el dolor es necesario cubrir la zona dañada con una crema o pomada antibiótica. Entre las cremas más conocidas están la Bacitracina y el Neosporin.

Posteriormente es necesario cubrir la herida con papel estéril libre de cualquier pelusa.

Lee nuestra guía sobre las mejores cremas y pomadas para quemaduras

4. Aloe vera

El aloe vera ha sido catalogado con justicia como la “planta de las quemaduras”. Estudios han demostrado que el gel presente en el interior de las hojas de aloe vera actúa con asombrosa eficiencia en el tratamiento de quemaduras de primero y segundo grado (1).

Los compuestos con propiedades antinflamatorias del aloe vera promueven la circulación sanguínea y reducen la progresión de las bacterias, evitando que las quemaduras se infecten.

La manera de aplicar el remedio es untando en el área afectada una capa de gel del aloe vera extraído directamente de una hoja de la planta.

El gel de aloe vera también puede adquirirse en cualquier tienda naturista, aunque debes cerciorarte de que el producto contenga un alto porcentaje de aloe vera y poco o nada de aromatizantes y colorantes.

Lee nuestra guía sobre las 10 propiedades curativas de la sábila o aloe vera

5. Miel

Al igual que el aloe vera, la miel también es un antinflamatorio y bactericida natural. Untar una capa de miel sobre la herida afectada ayudará a sanar una leve quemadura.

6. Reducir la exposición al sol

Permanecer en el sol con una quemadura es echar más leña a la hoguera que deseas apagar.  Es fundamental que la quemadura no sea expuesta directamente a la luz solar, ya que esa parte lesionada es mucho más sensible a la radiación ultra violeta.

Es recomendable permanecer el mayor tiempo posible en la sombra y, de no ser posible, cubrir bien el área quemada.

Lee nuestra guía sobre las 10 formas de tratar una quemadura de sol

7. No reventar las ampollas

Sabemos lo tentador que puede ser reventar una ampolla, pero hacerlo suele causar infecciones a nuestras heridas.

Si te preocupa la estética de la ampolla, consulta a tu médico a ver qué solución te propone.

Debes tener en cuenta que, al reventar, una de estas burbujas podría dejar una cicatriz, mientras que si esperas a que desaparezca, la piel lucirá como si no hubiera pasado nada.

8. Toma un analgésico de venta libre

Si el dolor prevalece, asegúrate de tomar algún analgésico como naproxeno o ibuprofeno. Recuerda siempre leer sus instrucciones, para cerciorarte de tomar la dosis correcta.

¿Que no debemos hacer para tratar las quemaduras leves?

Existen algunos mitos antiguos sobre remedios caseros, que pasan de generación en generación y que pueden terminar siendo peor que la enfermedad.

Para curarte de quemaduras leves evita a toda costa:

1. Mantequilla

No existe evidencia científica que sustente la efectividad de la mantequilla para el tratamiento de quemaduras y, por el contrario, utilizarla podría empeorar la situación.

La mantequilla no solo podría ayudar a retener el calor en la herida, sino también albergar bacterias, aumentando las probabilidades de infección. Deja la mantequilla en tu despensa y no la desperdicies en quemaduras.

2. Aceites

Popularmente se cree que el aceite de coco cura todo, pero las quemaduras son la excepción. Al igual que el aceite de oliva o de soya, el aceite de coco contribuye a retener el calor en la herida, como la mantequilla.

De hecho, los aceites retienen más calor que la mantequilla y ya sabes lo mal que le sienta el calor a las quemaduras.

3. Clara de huevo cruda

Otro mito de algunas abuelas es que la clara de huevo cruda es un ungüento natural que lo cura todo. Lamentablemente, la clara de huevo cruda aumenta el riesgo de contraer una infección bacteriana e incluso podría desencadenar una reacción alérgica.

Por si te lo estás preguntando, la yema de huevo tampoco sirve para curar quemaduras. Así que lo mejor es dejar el huevo entero para el desayuno.

4. Pasta de dientes

Este parece ser el mito más extendido entre los remedios para sanar quemaduras leves, tal vez debido a la sensación fría, momentáneamente mitigadora del dolor, que causa el dentrífico.

Sin embargo, la pasta de dientes no es estéril y, por el contrario, convierte el área afectada en un ambiente propicio para infectarse. Además, el dentífrico podría irritar aún más la quemadura.

5. Hielo

Al igual que ocurre con el agua fría, utilizar hielo o aplicar frío extremo puede irritar la piel, e incluso formar una quemadura por frío.

¿Cuándo ver a un doctor?

Es fundamental saber diferenciar cuándo se puede hacer frente a una quemadura en casa y cuándo hay que buscar ayuda profesional.

Debes ir al médico si:

  • La quemadura tiene un diámetro superior a los 8 cm.
  • La quemadura fue en la cara, manos o alguna parte íntima.
  • La herida es muy dolorosa o huele mal.
  • La temperatura corporal es elevada.
  • Hay dudas de si se trata de una quemadura de segundo o de tercer grado.
  • Tu última vacuna contra el tétano fue hace más de 5 años.

Las quemaduras de tercer grado nunca deben ser tomadas a la ligera.

Estas lesiones son también conocidas como “quemaduras de espesor total” ya que pueden afectar a todas las capas de la piel y dañar nervios y tejidos subyacentes, dejando el organismo en una condición altamente vulnerable.

Las quemaduras de tercer grado tienen el riesgo de complicarse gravemente, desencadenando severas infecciones, perdidas de sangre y shocks potencialmente mortales.

Una quemadura es de tercer grado cuando:

  • La herida se torna de color blanco brillante.
  • La zona afectada puede carbonizarse.
  • la quemadura adquiere color marrón oscuro.
  • La textura de la quemadura es muy rugosa.

Las quemaduras ocasionadas por descargas eléctricas también son de mucho cuidado, ya que en estos casos los daños internos podrían ser mayores que los que aparentemente se ven a primera vista.

No son pocos los que ven estás quemaduras a la ligera y después terminan lamentando las consecuencias.

Es necesario recordar siempre ante la duda, es mejor ir a un médico y que sea quien te alivie de una falsa alarma. Permanecer confiado en casa (y después lamentarlo) es la peor opción.

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