¿Qué es la Taquicardia?
La taquicardia es un trastorno del ritmo cardíaco muy frecuente y se le reconoce como un tipo de arritmia que se caracteriza porque el corazón late más rápido de lo normal. Desde el punto de vista funcional, el corazón de un adulto sano late entre 60 y 100 veces por minuto.
¿Por Qué se Produce la Taquicardia?
El corazón está formado por cuatro cámaras:
- 2 aurículas o cámaras superiores, izquierda y derecha.
- 2 ventrículos o cámaras inferiores, derecho e izquierdo.
Debido a que el corazón funciona como una bomba, necesita de un marcapasos fisiológico (llamado nodo sinusal), para generar sus latidos. Este marcapasos se ubica en la aurícula derecha y genera los impulsos eléctricos que desencadenan el latido cardiaco normal. Una vez que se genera el impulso eléctrico, el corazón empieza a contraerse de arriba hacia abajo, permitiendo que la sangre sea empujada desde las aurículas hacia los ventrículos. De esta manera los impulsos continúan hasta otro nodo, conocido como nodo auriculoventricular (nodo AV), donde las señales eléctricas son más lentas, con el fin de darle tiempo a los ventrículos para que se llenen de sangre y pueda ser bombeada hacia los pulmones y el resto del cuerpo.
Es normal que el ritmo cardíaco se eleve con el ejercicio, el estrés, los traumas o alguna enfermedad. Pero cuando hay un problema en las señales eléctricas, resulta un ritmo más rápido o más lento de lo normal. Si es rápido, como en la taquicardia, puede ser peligroso, debido a que el corazón late muy rápido y no bombea el volumen de sangre necesario para que todos los tejidos reciban el oxígeno que requieren.
La importancia de identificar el problema, es prevenir las posibles complicaciones, como accidentes cerebrovasculares, paro cardíaco y muerte súbita.
Factores de Riesgo de la Taquicardia
El riesgo de desarrollar taquicardia aumenta en pacientes con enfermedades que afectan al corazón o que ocasionan que el corazón maneje presiones y volúmenes de sangre elevados para su capacidad. Algunos factores de riesgo son:
- Edad (el riesgo aumenta en adultos mayores de 60 años).
- Problemas de ansiedad.
- Consumo excesivo de alcohol y cafeína (se asocian a impulsos eléctricos aumentados, con mayor riesgo de fibrilación auricular y cardiomiopatías).
- Trastornos genéticos (pacientes con mayor riesgo).
- Hipertensión arterial (aumenta el riesgo de enfermedad coronaria).
- Hipertiroidismo (puede ocasionar irregularidad en el ritmo y frecuencia de los latidos cardíacos y comúnmente se asocia a fibrilación auricular).
- Apnea obstructiva del sueño (se asocia a bradicardia y taquiarritmias, como la fibrilación auricular).
- Estrés mental.
- Hábito tabáquico.
- Uso de drogas.
Causas de la Taquicardia
La taquicardia se produce cuando hay una interrupción en los impulsos eléctricos que regulan la función de bombeo del corazón, donde existen algunas condiciones y enfermedades que lo producen:
- Enfermedad cardiovascular adquirida (hipertensión arterial, aterosclerosis, insuficiencia cardíaca, isquemia miocárdica, tumores, infecciones, valvulopatías, hipertiroidismo y ciertas enfermedades respiratorias).
- Anomalías congénitas del corazón.
- Reacción adversa a medicamentos y abuso de drogas (antidepresivos, dobutamina, fenoterol, atropina, adrenalina, anfetaminas).
- Consumo de alcohol y cigarrillo.
- Desequilibrio hidroelectrolítico.
Signos y Síntomas de la Taquicardia
A pesar de que los signos y síntomas orientan al diagnóstico, algunos pacientes no experimentan síntomas, por lo que su enfermedad es descubierta de manera ocasional. Los siguientes son síntomas característicos:
- Pulso rápido o frecuencia cardíaca acelerada.
- Angina o dolor de pecho.
- Confusión.
- Mareos.
- Palpitaciones.
- Dificultad para respirar.
- Desmayos.
- Debilidad repentina.
Tipos de Taquicardia
Fibrilación Auricular
Es la más común y se presenta con mayor frecuencia en adultos mayores y pacientes con insuficiencia cardíaca. Sin embargo, puede ocurrir a cualquier edad. En la fibrilación auricular, las aurículas no se contraen normalmente, sino que lo hacen rápida e irregularmente, generando que no lleven un volumen de sangre adecuado hacia los ventrículos y ocasionando que la presión arterial disminuya.
Estos episodios pueden durar desde horas hasta varios días, y en ocasiones pueden persistir si no se inicia un tratamiento adecuado. Estos pacientes tienen un riesgo elevado de tromboembolismo y compromiso hemodinámico.
Tratamiento de la Fibrilación Auricular
Si el paciente se encuentra hemodinámicamente estable, la arritmia puede tratarse con medicamentos orales como betabloqueadores o calcioantagonistas. Si se asocia a disfunción ventricular izquierda, se considera el uso de digoxina o amiodarona (antiarrítmicos). Si por el contrario, el paciente está hemodinámicamente inestable, la arritmia debe ser tratada mediante cardioversión eléctrica.
Si luego de la cardioversión eléctrica el ritmo no se reestablece, se pueden utilizar antiarrítmicos (endovenosos) como procainamida, sotalol o amiodarona. La anticoagulación suele ser necesaria en pacientes con alto riesgo de accidente cerebrovascular.
Flutter Auricular
Ocurre cuando las aurículas se contraen rápidamente, pero con un ritmo regular. El problema se produce por un circuito de reentrada a nivel de las aurículas (con mayor frecuencia a nivel de la aurícula derecha). Esto origina contracciones auriculares repetitivas y débiles. Los episodios se caracterizan por una estimulación auricular con frecuencias muy elevadas (entre 240 y 350 latidos por minuto). Estos pacientes también pueden experimentar fibrilación auricular y tienen un riesgo elevado de tromboembolismo.
Tratamiento del Flutter Auricular
El tratamiento es similar al de la fibrilación auricular.
Taquicardia Supraventricular
Se caracteriza por un ritmo cardíaco acelerado, cuyo origen es a nivel de los ventrículos. Se origina por estimulación excesiva del nodo sinusal (nodo AV) o por algún trastorno genético (generalmente congénito).
Tratamiento de la Taquicardia Supraventricular
Este tipo de taquicardias pueden responder a las maniobras vagales, como la maniobra de valsalva, masaje del seno carotídeo, aguantar la respiración o sumergir la cabeza en agua fría. Generalmente, esta arritmia es tratada con adenosina IV. Por su corta y eficaz acción sobre el ritmo cardíaco es la más utilizada para tratar la TSV (Taquicardia Supraventricular). Existen otras alternativas cuando la función ventricular se encuentra preservada, se pueden utilizar calcioantagonistas (como el verapamilo), betabloqueadores (esmolol o propanolol) o digoxina. Si los fármacos no son eficaces, se recurre a la cardioversión.
Taquicardia Ventricular
Se origina a nivel de los ventrículos y forma parte de las arritmias cardíacas que son potencialmente mortales, debido a que se manejan frecuencias cardíacas elevadas que impiden que los ventrículos se llenen y se contraigan apropiadamente, lo cual resulta en un suministro insuficiente de sangre hacia los tejidos. Es considerada como una emergencia médica. La causa más frecuente suele ser la cardiopatía isquémica e infarto al miocardio.
Tratamiento de la Taquicardia Ventricular
Todo paciente estable debe ser tratado farmacológicamente con amiodarona, procainamida IV o sotalol IV. Si se trata de un paciente inestable es preciso cardiovertir eléctricamente e iniciar tratamiento endovenoso con amiodarona. Lo ideal es colocar, quirúrgicamente, un desfibrilador cardioversor implantable (ICD), el cual es un dispositivo que monitorea continuamente el corazón, detecta cualquier anomalía en el ritmo cardíaco y proporciona descargas eléctricas para restaurar el ritmo cardíaco irregular.
Fibrilación Ventricular
Aparece cuando los ventrículos no se contraen adecuadamente, haciendo que el ventrículo se sacuda de forma caótica, en lugar de generar una contracción eficaz que permita bombear la sangre al resto del cuerpo. Al igual que la taquicardia ventricular es una emergencia médica. Si el ritmo cardíaco no se reestablece rápidamente, el paciente cae en paro cardiaco y asístole (puede morir).
Tratamiento de la Fibrilación Ventricular
Esta emergencia médica requiere desfibrilación y resucitación cardiopulmonar (RCP) inmediatas.
Diagnóstico de la Taquicardia
Un médico puede hacer el diagnóstico de taquicardia mediante un examen físico completo y preguntándole al paciente sobre sus síntomas. Suele ser necesarias pruebas complementarias, por ejemplo:
- Análisis de sangre (ayuda a determinar la causa de la arritmia, sobre todo si se asocia a enfermedades crónicas y consumo de sustancias).
- Electrocardiograma, que muestra la actividad eléctrica del corazón y ayuda a diagnosticar cualquier enfermedad cardíaca previa que pudo haber contribuido a la taquicardia.
- Ecocardiograma, estudio por ultrasonido que ayuda diagnosticar anomalías congénitas o estructurales que ocasionan la taquicardia.
- Monitor Holter, dispositivo portátil que registra los latidos cardíacos y se utiliza debajo de la ropa, ayudando a registrar información sobre la actividad eléctrica del corazón mientras la persona realiza sus actividades de costumbre por varios días.
- Radiografía de tórax, ayuda a detectar condiciones que expliquen la taquicardia y también evalúa si hay cardiomegalia (crecimiento del corazón).
Tratamiento de las Taquicardias
El tratamiento va dirigido a la causa de la taquicardia y cuando es clínicamente posible, el médico puede tratar los síntomas, previniendo y reduciendo las complicaciones. Cuando no es posible explicar la causa subyacente, el médico puede probar con diferentes terapias, como son:
- Maniobras vagales que ayudan a regular el latido cardíaco, como la colocación de hielo sobre el rostro del paciente, respirar profunda y lentamente, toser, inclinarse hacia adelante reteniendo la respiración y realizando masaje del seno carotídeo.
- Uso de antiarrítmicos por vía oral o inyecciones (diltiazem, verapamil, propanolol, esmolol) que son medicamentos para restaurar el latido cardiaco y prevenir las arritmias.
- Uso de anticoagulantes, como la warfarina que se aplica en pacientes con riesgo de accidente cerebrovascular o infarto al miocardio.
- Cardioversión y desfibrilación, que consta de la aplicación de descargas eléctricas al corazón que ayudan a restaurar el ritmo cardíaco normal.
- Cirugía, que se utiliza en última instancia cuando otras terapias no han sido eficaces o si el paciente tiene otros trastornos cardíacos.
Complicaciones de la Taquicardia
Las complicaciones más comunes incluyen:
- Formación de trombos o coágulos sanguíneos (lo cual aumenta significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular).
- Insuficiencia cardíaca (frecuente en la fibrilación auricular).
- Desmayos o síncope.
- Muerte súbita (generalmente relacionada a fibrilación ventricular y taquicardia ventricular).
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