Dopamina: qué es, para qué sirve, cómo funciona y cómo te afecta

La dopamina es un neurotransmisor extraordinariamente ocupado en tu cerebro, pues tiene muchas funciones y todo el que quiera saber algo de neurociencia la tendrá presente.

Es un compuesto químico que impulsa la energía necesaria para realizar todos los trabajos del cerebro.

Sin la dopamina, los seres humanos no actuarían ni se relacionarían con las demás personas.

Sigue leyendo para que conozcas las 12 grandiosas cosas que la dopamina constantemente hace por ti, así como lo que sucede cuando tienes muy poca o demasiada.

¿Qué es la dopamina y cuáles son sus funciones?

Es una molécula producida de manera natural por el cuerpo humano, siendo el compuesto que está detrás de tus más grandes sueños y secretos.

La dopamina es amor, lujuria, motivación, infidelidad, feminidad y masculinidad, aprendizaje, atención y también adicción.

Es un mensajero químico cerebral, técnicamente llamado neurotransmisor, siendo responsable de enviar distintas señales desde el Sistema Nervioso Central (SNC) hacia las demás células nerviosas, lo que permite que la información vaya de una neurona a otra.

Los efectos cerebrales de la dopamina dependen de diferentes factores y están condicionados por los distintos tipos de células cerebrales con las que interactúa.

Acompáñanos a repasar las 12 funciones primordiales de la dopamina.

1. Dopamina y movimiento

Los movimientos corporales están gobernados por una estructura cerebral llamada ganglios basales.

Para que tus ganglios basales trabajen con máxima eficiencia, necesitan que las neuronas que los rodean segreguen cantidades determinadas de dopamina.

Cuando la dopamina que llega a los ganglios no es suficiente, los movimientos corporales voluntarios pueden enlentecerse o perder la coordinación, una situación que es visible en la enfermedad de Parkinson.

Cuando ocurre lo contrario y los ganglios basales reciben un exceso de dopamina, los movimientos se aceleran y se producen repeticiones (tics) innecesarias, un estado que puede verse en el síndrome de Gilles de la Tourette.

2. Dopamina y memoria

La corteza prefrontal es la principal parte del cerebro involucrada en la ordenación de los pensamientos y la dopamina juega un rol fundamental en la memoria de trabajo, que es el almacenamiento temporal de información para recordar a corto plazo.

La memoria de trabajo es extremadamente sensible a los niveles de dopamina y variaciones mínimas (aumentos o disminuciones) en su nivel pueden producir fallos importantes en aquella.

Debido a que la dopamina afecta la memoria, obviamente es determinante en los procesos de aprendizaje y en la forma como tu cerebro conserva la información.

Si durante un evento específico hay suficiente dopamina, lo recordarás; si no es así, no te acordarás de lo que pasó.

La dopamina está relacionada con tu centro de recompensas. Si una actividad específica no te interesa o no te atrae aprender un tema o materia, se produce una disminución del nivel de dopamina en la corteza prefrontal de tu cerebro.

En este caso, tu cerebro no alcanzará la motivación necesaria para que recuerdes los hechos que sucedieron.

Esta relación de la dopamina con la motivación y la memoria explica por qué muchos alumnos no retienen las informaciones proporcionadas en clase por maestros y profesores, incluso en los casos en los que las explicaciones han sido muy detalladas.

En inglés fue acuñado el acrónimo NER (New, Exciting, Rewarding) para ayudar a los profesores a aumentar la motivación y, por tanto, incrementar el nivel de dopamina para que los alumnos recuerden.

La idea es que el profesor presente los contenidos de manera que encierren una novedad, para que se produzca el encadenamiento con el interés, terminando en una sensación de gratitud.

En español el acrónimo podría ser NIG: Nuevo, Interesante, Gratificante.

La pedagogía más avanzada se apoya en novedosas formas de enseñanza, nuevas tecnologías aplicadas a la educación, nuevos libros de texto, prácticas, tareas y resolución de problemas emocionantes.

Es fundamental que todo esto también vaya acompañado de recompensas, como elogios y premios, para así elevar la autoestima de los alumnos.

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3. Dopamina y atención

La dopamina te permite estar enfocado, prestando atención. En esta faceta cognitiva, el neurotransmisor opera en respuesta a los nervios ópticos (a la visión), lo que hace que vuelvas la mirada y prestes atención a cualquier cosa específica que te interese.

La dopamina es responsable de qué contenidos permanecen en tu memoria a corto plazo, un proceso en tu corteza prefrontal asociado con la atención inmediata.

Si la concentración de dopamina no es suficiente, puede conducir a un trastorno de déficit de atención.

4. Dopamina y placer

Este neurotransmisor es el compuesto químico primordial en la regulación de cómo percibes y sientes el placer.

Se libera en momentos o eventos agradables, haciendo que las personas busquen una y otra vez las actividades que desean.

Dos casos típicos de alto placer, que estimulan intensamente la liberación de dopamina en el cerebro, son las relaciones sexuales y la comida, particularmente los alimentos con mucha azúcar.

La dopamina hace que estas actividades resulten muy agradables y que las personas las busquen con frecuencia.

5. Dopamina y dolor

Junto con las experiencias que emocionan y agradan, la dopamina también es liberada cuando los estímulos no son los deseados o resultan aversivos.

Es lo que ocurre cuando discutes con un amigo o te cortas con un papel.

6. Dopamina y estado de ánimo

La dopamina también es llamada la “molécula de la felicidad”, pues es el compuesto químico que fomenta los sentimientos de placer y hace que quieras disfrutar de determinadas actividades y de la vida.

Tiene la llave y la explicación de por qué experimentas satisfacciones y eres feliz. Pero este mensajero químico parece que está relacionado también con la tristeza y la depresión, junto con otros neurotransmisores como la serotonina y la norepinefrina.

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7. Dopamina y adicciones

La mayoría de las drogas que producen adicción funcionan dirigiéndose a la dopamina del cerebro.

La cocaína, las anfetaminas y otras drogas tienen la capacidad de inhibir la recaptación del neurotransmisor en las sinapsis disponibles.

Una sinapsis es una aproximación interneuronal en la que una neurona libera un neurotransmisor específico y otra lo recibe, habiendo una brecha entre ambas llamada hendidura sináptica.

Las neuronas establecen comunicación entre sí por distintos medios y uno de ellos involucra al proceso de recaptación, que ocurre después de que el neurotransmisor ha sido liberado de la neurona de salida.

Una vez que el neurotransmisor ha completado su trabajo en su neurona de destino, la primera neurona lo reabsorbe para reciclarlo, es decir, volver a utilizarlo cuando sea requerido.

La recaptación igualmente controla la cantidad del neurotransmisor que hay disponible para su utilización en el cerebro, de manera que no se presenten excesos.

Una investigación de la Universidad de Buffalo (estado de Nueva York, Estados Unidos) señala cómo el ejercicio aeróbico puede ayudar a tratar y a prevenir adicciones mediante la normalización de las funciones de la dopamina deterioradas por el uso de drogas (1).

Los ejercicios aeróbicos, también llamados cardio (caminar vigorosamente, trotar, hacer bicicleta estacionaria y otros), incrementan la frecuencia cardíaca y el ritmo respiratorio, poniendo a circular más oxígeno por el torrente sanguíneo.

Estos ejercicios han sido relacionados con varios beneficios para la salud mental, como la disminución del estrés, la ansiedad y el control de la depresión.

Experimentando con animales, los investigadores de Buffalo descubrieron que el cardio diario altera la ruta cerebral de la dopamina mesolímbica.

Están estudiando si estos ejercicios pueden ayudar a normalizar las señalizaciones del neurotransmisor que han sido alteradas por el consumo crónico de drogas.

Debido a que las anfetaminas, la cocaína y otras drogas inhiben que la dopamina sea recaptada, impiden que las neuronas reciclen el neurotransmisor.

De esta forma, permanece por más tiempo en el cerebro una dopamina adicional que acentúa el placer y el deseo de consumir más droga.

8. Dopamina y cognición y comportamiento

La dopamina que es liberada en el lóbulo frontal del cerebro actúa como regulador del flujo de información que se recibe de las demás áreas del cerebro.

Cuando se produce un trastorno en esa región cerebral, las funciones neurocognitivas pueden afectarse, como la habilidad para resolver problemas.

9. Dopamina y sueño

El incremento de la cantidad de dopamina en el cerebro se relaciona con una sensación mayor de vigilia.

Durante el día tu cerebro produce más dopamina para que puedas estar despierto y sentirte energizado. Por la noche, reduces la producción de dopamina y secretas melatonina para dormir durante el período de oscuridad.

Este proceso explica por qué las personas con la enfermedad de Parkinson padecen también de una crónica somnolencia, ya que no pueden liberar suficiente dopamina.

Por otro lado, los pacientes psicóticos y esquizofrénicos tienen cantidades extraordinariamente altas de dopamina en el cerebro y su medicación se orienta a disminuir el nivel del neurotransmisor para que estén calmados.

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10. Dopamina y motivación

La dopamina es liberada para conseguir cosas buenas y evitar las malas; no solo tiene efectos de recompensa, sino que actúa antes de que esta se produzca.

Los trastornos caracterizados por una escasa o nula motivación o la anhedonia (incapacidad para sentir placer), por lo general, tienen en común la falta de dopamina.

11. Dopamina y creatividad

Los receptores de dopamina están relacionados con el pensamiento divergente y la creatividad, incluyendo los esquizofrénicos (caso famoso fue John Forbes Nash en Una mente maravillosa) tienen mayor densidad de esos receptores en el tálamo.

Con más receptores, mayor cantidad de información fluye por el cerebro de las personas creativas.

Se cree que es por esto que muchos individuos de alta creatividad hacen asociaciones extrañas para el común de los mortales cuando están resolviendo un problema, debido a que sus conexiones cerebrales también son inusuales.

Una investigación de 2016 publicada en PLOS One, órgano de la Biblioteca Pública de Ciencias (Estados Unidos) respalda la idea de que la creatividad tiene su base en la dopamina, en la interacción entre las vías dopaminérgicas frontal y estriatal del cerebro (2).

12. Dopamina y personalidad

Uno de los rasgos personales que más define a las personas es el nivel de extroversión, tendencia con dos componentes principales: la interacción social y la impulsividad.

Se cree que la extroversión es fuertemente dependiente de la dopamina y que los circuitos del neurotransmisor se activan más rápidamente en las personas impulsivas.

Una revisión de 2015, publicada en Brújula de Psicología Social y Personalidad, encontró asociaciones teóricamente consistentes que respaldan la hipótesis de que la extroversión depende de la dopamina (3).

¿Qué pasa si en el cerebro hay poca o mucha dopamina?

Algunos problemas y trastornos de salud están relacionados con un exceso o un déficit de dopamina.

Cuando tienen poca dopamina las personas tienden a sentirse desmotivadas, aburridas o deprimidas. Una de los principales rasgos de la anhedonia es la falta de dopamina.

Algunos otros problemas y trastornos que se caracterizan por un bajo nivel del neurotransmisor son depresión, fobia social, trastorno de atención e hiperactividad (TDAH) y el Parkinson.

Los medicamentos para tratar estas afecciones incrementan el nivel de dopamina en el cerebro, haciéndolo en pequeñas dosis para que no se hagan adictivos.

Exceptuando el Parkinson, los restantes trastornos no son causados originalmente por una falta de dopamina, sino por la carencia de suficientes estímulos agradables para producirla.

En el caso de la enfermedad de Parkinson, la sustancia negra del cerebro, área donde se origina la dopamina, se deteriora y deja de producir el neurotransmisor.

Otras enfermedades mentales, como el trastorno bipolar y la esquizofrenia, están asociados a elevados niveles de dopamina.

Es este caso, los fármacos actúan de manera inhibitoria, ralentizando el paso del neurotransmisor entre una neurona y otra.

¿Cuál es el papel de la dopamina en la adicción?

Una adicción se caracteriza por un deseo intenso de algo y la pérdida de control en su uso, haciendo que este continúe a pesar de las consecuencias negativas implicadas.

Las adicciones modifican la estructura del cerebro, cambiando la forma como este órgano registra el placer.

Una continua y prolongada exposición a compuestos y comportamientos adictivos ocasiona que las células del núcleo accumbens del encéfalo y las de la corteza prefrontal se comuniquen entre sí.

Esta comunicación hace que deseemos algo, induciéndonos a ir por él. Este es el mecanismo que motiva a buscar lo que causa placer.

Adicciones con sustancias

Gracias al mecanismo adictivo, los primeros seres humanos pudieron relacionar el placer con las dos cosas esenciales que necesitaban para subsistir y perpetuarse: la alimentación y el sexo.

Cuando se acumula dopamina en el cerebro por el uso de una sustancia, se crean nuevos receptores del neurotransmisor, cambiando la estructura cerebral.

Con el progreso de la adicción, el cerebro se va adaptando y la dopamina deja de tener los mismos efectos originales, produciéndose la tolerancia a la sustancia.

Adicciones sin sustancias

Hay adicciones que no precisan del uso de sustancias. Son las conductuales o de comportamiento, como:

  • Juegos de azar
  • Sexo
  • Compras compulsivas
  • Adicción a la tecnología
  • Adicción al trabajo

Estas adicciones presentan varias similitudes con el abuso de drogas. De manera parecida a lo que le ocurre a un adicto con una sustancia, un adicto al juego o al sexo se siente tenso y ansioso cuando le falta el placer y elimina los sentimientos negativos buscándolo.

En una nueva situación, lo más probable es que repita el comportamiento. Sin embargo, con estas adicciones la elevación de la dopamina no se produce por el impacto anormal de una droga y es natural, no artificial.

Por eso, las adicciones de comportamiento son menos dañinas para el cerebro que las de sustancias.

¿La dopamina puede conducir a una adicción?

A pesar de que su reputación pueda que esté afectada por su relación con las adicciones, este neurotransmisor no conduce a una adicción. Son los comportamientos humanos los que crean las adicciones, consiguiéndolas a través de picos de dopamina.

Pero la dopamina también te ayuda a enamorarte, a disfrutar de un bonito ocaso o a emocionarte cuando ves ese espectacular coche que quisieras tener: ¿la pondrías bajo acusación por eso?

Todos los placeres están controlados por la dopamina y hay muchos que no quisiéramos dejar. Sencillamente, no puedes elevar incontroladamente la dopamina en tu cerebro porque todo terminará en una adicción.

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