Gastritis alcalina: causas, síntomas y tratamiento

Aunque por regla general la gastritis se trata de una inflamación de la mucosa gástrica, ésta puede deberse a varios factores diferentes y evolucionar de formas distintas, por lo que hay varios tipos.

Uno de estos tipos de gastritis es la alcalina, que aunque afecta el recubrimiento interno del estómago igual que todos los tipos de gastritis, en realidad se origina desde el hígado.

Aunque el estómago es el órgano principal que se encarga de digerir los alimentos, debemos recordar que otros órganos también intervienen en este proceso.

Todo el proceso inicia desde la boca. Al momento en el que masticamos los alimentos y entran en contacto con la saliva, ya los estamos “predigiriendo”.

Los intestinos grueso y delgado también tienen un papel importante, pues así como el estómago ha logrado separar y absorber varios de los nutrientes de la comida, esta absorción se lleva a cabo en su totalidad cuando los alimentos han llegado al intestino grueso.

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Causas de la gastritis alcalina

Otro de los órganos implicados en la digestión, como ya mencionábamos, es el hígado. Este órgano tiene la función de producir bilis y de secretarla en el duodeno, que es la unión entre el estómago y la parte superior del intestino delgado.

Aunque los jugos gástricos son muy ácidos, una vez que han hecho su trabajo sobre la comida, la bilis, que es aún más ácida, comienza un segundo proceso de descomposición para que el resto de los intestinos puedan absorber los nutrientes con mayor facilidad.

En algunas personas el duodeno permite el paso de la bilis al estómago, y cuando esto sucede se altera el ph del estómago y aparece lo que conocemos como reflujo biliar.

El reflujo biliar es un retorno del contenido del estómago al esófago a través del píloro, que en condiciones normales solo deja que entre alimento al estómago, no que salga de él.

Así, la bilis y el reflujo provocan un elevado aumento de acidez en el estómago y en el esófago, lo que daña la mucosa gástrica y con el tiempo puede incluso desgastarla hasta llegar a formar úlceras pépticas.

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Síntomas de la gastritis alcalina

Todos los tipos de gastritis tienen síntomas comunes, pero en el caso de la alcalina pueden ser ligeramente distintos, ya que está involucrada la bilis, una sustancia bastante agresiva que fuera del duodeno y el intestino delgado puede provocar estragos graves.

Además, detectarla casi siempre implica la necesidad de que se realice una endoscopia para poder tomar una biopsia estomacal y determinar si hay en ella un exceso de bilis.

Uno de los síntomas más frecuentes de la gastritis alcalina es un dolor repentino, punzante y agudo que aparece poco tiempo después de ingerir algún alimento.

Esto se debe a que cuando el estómago comienza a digerir la comida, los ácidos estomacales entran en contacto con la mucosa o, cuando esta se encuentra muy desgastada, directamente con las paredes del estómago.

Los episodios de dolor agudo de la gastritis alcalina también suelen venir acompañados de náuseas y vómitos con alta concentración de bilis. Esto se debe a que el cuerpo está tratando de eliminar el contenido del estómago para deshacerse del exceso de ácido.

Es frecuente que las ganas de vomitar aparezcan aún con el estómago vacío, y que se pierda gran parte del apetito. A veces, aparece un sabor alcalino en la boca que es muy característico de la gastritis alcalina.

También puedes interpretarlo como un sabor a metal. Esta sensación alcalina o metálica en la boca provoca asco y más ganas de vomitar.

Tratamiento de la gastritis alcalina

Como todos los tipos de gastritis, el tratamiento variará dependiendo de la intensidad de los síntomas y de cuánto tiempo tenga de haber aparecido.  De cualquier forma, el tratamiento temprano y oportuno es el que mejor pronóstico tiene.

Si la gastritis alcalina no se trata de manera oportuna, la bilis puede dañar las paredes del estómago con mucha rapidez. Es una sustancia ácida muy fuerte, y esto puede dar pie a la aparición de úlceras no solo en el estómago, también en el esófago y en el intestino.

No basta con tomar un par de antiácidos que alivien los síntomas de forma momentánea. Si padeces síntomas de gastritis, es muy importante que visites a tu médico y le indiques cuáles son tus síntomas, para que pueda determinar con qué tipo de gastritis estás lidiando.

Si resulta que padeces gastritis alcalina, lo primero que va a pedirte tu doctor es que realices algunos cambios de manera inmediata en tu dieta y en tu estilo de vida, más allá del necesario tratamiento:

  • Deja por completo el alcohol y el cigarrillo, porque son muy irritantes.
  • Evita ingerir alimentos picantes o especiados.
  • Evita el refresco, las bebidas carbonatadas en general y el café.
  • Si tienes alguna intolerancia a la leche, elimina los lácteos por completo.

En general, debes eliminar de tu dieta cualquier cosa que irrite tu estómago.

Pero no basta con eso. Para controlar la gastritis alcalina también tienes que acostumbrarte a comer muchos más alimentos saludables, como verduras, vegetales, frutas y leguminosas y también debes hacer ejercicio de forma regular.

Otra recomendación muy importante, si eres de las personas que solo comen dos veces al día y en grandes cantidades, es que te acostumbres a realizar entre cinco o seis comidas ligeras al día.

Puedes estar seguro que, si sigues la instrucciones de tu médico y evitas caer en la tentación de comer mal, beber o fumar, comenzarás a sentirte mucho mejor en cuestión de días.

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