Las propiedades del té blanco no distan de las propiedades del té verde. Tanto la variedad, negro, rojo, verde y blanco, provienen de la misma Camellia sinensis, cada una con diferente estado de juventud y grado de oxidación, siendo ésta, la del té blanco, la más joven y menos oxidada de todas. Con sus propiedades antioxidantes, y polifenoles, el té blanco es hoy en día, uno de los tes más apreciados y consumidos alrededor del mundo.
Las propiedades del té blanco en la salud
El extracto de té blanco se introdujo a occidente, primero como un ingrediente activo en la industria dermo cosmética, antes de ser incluso comercializada como té para beber. Esto se debe a que las propiedades del té blanco fueron primero reconocidas por sus beneficios en la piel. El extracto era adicionado a cremas antiacné, cremas blanqueadoras, suavizantes, tónicos y lociones capilares antisebo, e incluso en geles para pies con problemas de hongos. Este descubrimiento se logró a partir de una investigación en el año de 1984, por la Pace University, donde se demostró que las propiedades del té blanco son capaces de aletargar el crecimiento de bacterias y hogos de tipo staphylococus y streptococus.
En el consumo humano, se consiguen los mismos beneficios. Tomar una taza de té blanco después de la comida, disminuye el riesgo de infecciones estomacales, propicia una mejor digestión, gracias a la lubricación y relajación de los jugos gástricos en el sistema digestivo. Disminuye los síntomas de colitis, gastritis, cólicos y contracciones. Beber de una a dos tazas por día, evita la fatiga crónica, sin interrumpir los ciclos sanos del sueño, y a su vez, es un estimulante mental.
Estudios sobre las propiedades del té blanco
Una de las propiedades del té blanco que se siguen estudiando, son los compuestos polifenolicos, que podrían incluso ser capaces de prevenir y proteger al cuerpo de ciertos tipos de cáncer. Éstos mismos compuestos, son los que en principio, fortalecen a las células, haciéndolas más fuertes y resistentes. Desde un punto de vista simple, las células son capaces de restaurarse sanas, y alargar su tiempo de vida, como resultado, se consigue más vitalidad, mejor concentración, sangre de mejor calidad, y por lo tanto, una salud general óptima.
También debemos mencionar que una de las respuestas relacionadas con las propiedades del té blanco, es la manera en que, pacientes cardíacos se han visto beneficiados de su consumo. Al igual que la recomendada copa de vino tinto, el té blanco se recomienda con el propósito a estimular el bombeo de la sangre al corazón, disminuir las grasas, el colesterol y los triglicéridos de la misma. Esto se debe a las catequinas, mismas que reducen la presión arterial, y mejoran la asimilación de los procesos relacionados con las células del corazón.
Aunque muchas de las propiedades del té blanco en la salud, siguen en investigación, podemos llegar a la conclusión de que en occidente estamos ávidos de reducir los riesgos de las enfermedades más frecuentes, adoptando un poco de las costumbres orientales, mismas que han demostrado en varias ocasiones, estar asociadas con la alimentación.