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5 signos vitales que debes revisar constantemente en un monitoreo médico

Etimológicamente el vocablo signo se refiere a indicio de alguna cosa, y vital es un adjetivo relacionado con la vida, aquello que trasciende o que tiene mucha energía.

Por lo tanto, desde el punto de vista de la salud, los signos vitales son el conjunto de variables fisiológicas que los médicos analizan para valorar las funciones orgánicas elementales, siendo los más importantes:

  • Frecuencia cardiaca o pulso.
  • Frecuencia respiratoria.
  • Tensión arterial.
  • Temperatura corporal.
  • Peso corporal.

A continuación, te presentamos los detalles de cada uno:

1. Frecuencia Cardiaca

Indica la cantidad de veces que el corazón late por minuto. La frecuencia normal en adultos puede variar entre 60 y 100 lpm (latidos por minuto).

Tales valores pueden cambiar de acuerdo a la edad, género, peso corporal, temperatura, medicación, postura del cuerpo, estado emocional, estilo de vida, si haces ejercicio y si tienes alguna enfermedad cardiaca.

Saber la frecuencia cardiaca o pulso es muy importante para determinar la salud del corazón. Cuando dicha frecuencia no es regular, muy elevada o muy baja, puede ser un indicio de que existe un problema.

La forma en que se altera la frecuencia cardiaca puede indicar diferentes situaciones, como son:

  • Frecuencia normal, indica que la persona está en buen estado físico y que su corazón funciona eficientemente.
  • Frecuencia muy elevada, puede ser una alarma de un probable ataque cardiaco o que cierto medicamento no está haciendo efecto.
  • Frecuencia muy lenta, puede ocasionar mareos, problemas para respirar, molestia en el pecho y desmayos.

Para llevar un control de la frecuencia cardiaca, se puede medir de tres diferentes maneras:

1. Manual

Se  ejecuta en varios pasos:

  • Coloca los dedos índice y medio sobre la parte inferior del puño, debajo de la base del pulgar.
  • Presiona firmemente los dedos en forma plana, hasta sentir el pulso (no se debe utilizar el pulgar para realizar la medida del pulso).
  • Con un reloj, cuenta los latidos cardiacos por minuto, o durante 30 segundos y multiplícalo por 2.

2. Con Equipo Medidor

Uno de los aparatos para determinar el pulso, es el oxímetro de pulso de dedo, el cual es recomendable para llevar el control de la frecuencia cardiaca en cualquier lugar y en el momento que se requiera.

Es un equipo muy fácil de utilizar y que da valores muy precisos.

3. Por Electrocardiograma

Es el método más eficaz para medir la frecuencia cardiaca y se realiza en la consulta por el médico cardiólogo. No es invasivo y consiste en fijar electrodos que captan la actividad eléctrica del corazón.

Los valores normales de la frecuencia cardiaca o pulso son:

  • Bebés de menos de 1 año, entre 100 y 160 latidos por minuto.
  • Niños de 1 a 10 años, entre 70 y 120 latidos por minuto.
  • Niños de más de 10 años y adultos, entre 60 y 100 latidos por minuto.
  • Atletas bien entrenados, ente 40 y 60 latidos por minuto.

Algunas recomendaciones cuando se siente el corazón acelerado y se quiere normalizar la frecuencia cardiaca, son:

  • Pónte de pie, dobla un poco las rodillas, apoyando las manos en las piernas y tose con fuerza 5 veces seguidas.
  • Respira hondo y suelta el aire lentamente por la boca, como si se estuvieses apagando una vela suavemente.
  • Cuenta de 20 a 0, intentando calmarte.

Si sientes que tienes taquicardia, estas recomendaciones deben disminuir la frecuencia cardiaca, mientras acudes a un servicio médico.

Para mantener la frecuencia cardiaca normal a largo plazo, debes llevar una alimentación sana y equilibrada, tomar mucha agua y practicar actividades físicas.

Cómo poner un electrocardiograma:

Como interpretar la frecuencia cardiaca en un electrocardiograma:

 

2. Frecuencia Respiratoria

Durante la respiración, el oxígeno del aire inhalado entra a la sangre y el dióxido de carbono es exhalado hacia la atmósfera.

El intercambio de estos gases ocurre cuando el aire llega a los alveolos, que son la parte funcional del pulmón. Allí, la sangre venosa se transforma en arterial.

La frecuencia respiratoria es el número de ciclos respiratorios (inspiración y expiración) que el organismo realiza involuntariamente por minuto.

Normalmente, la expansibilidad del tórax es simétrica. Cualquier enfermedad que afecte la caja torácica, su musculatura, el diafragma, la pleura o el pulmón de un lado, puede ser percibida por la asimetría de los movimientos ventilatorios.

La frecuencia respiratoria de una persona proporciona información muy importante sobre las posibles afecciones del corazón, los pulmones y neurológicas.

Un adulto normal en reposo respira confortablemente entre 12 y 18 veces por minuto. El recién nacido tiene como valores normales entre 30 y 40 respiraciones por minuto, y los niños entre 25 y 30.

En determinados casos, si hay un aumento considerable de la frecuencia respiratoria (24 a 27 respiraciones/minuto), puede ser un predictor de un paro cardiaco, que requerirá internación en cuidados intensivos.

La medición de la frecuencia respiratoria se realiza con la persona acostada y se cuentan las veces que el pecho se eleva por minuto.

 

3. Tensión Arterial

La tensión arterial es la presión ejercida por la sangre dentro de los vasos sanguíneos, con la fuerza proveniente de los latidos cardiacos.

Mientras más sangre es bombeada del corazón por minuto, mayor será el valor de la tensión, la cual tiene dos números:

  1. Un máximo o tensión sistólica, que se refiere a la fuerza de bombeo del corazón.
  2. Un mínimo o diastólica, que es la presión de los vasos sanguíneos periféricos (brazos, piernas y abdomen).

La tensión no es fija y puede variar de un momento a otro en forma instantánea, dependiendo del estado de la persona en el momento en que se mide (si está en reposo, en actividad, bajo presión nerviosa, etc.).

El valor normal es cuando el máximo alcanza los 120 mm Hg y el mínimo se encuentra en 80, lo que se representa como una presión 12/8.

Por debajo de 9/5 se considera que la presión es baja, y aunque no se trata de una enfermedad propiamente dicha, puede ocasionar malestares como mareos, náuseas o desmayos.

Por encima de 13,5/8,5 los valores se pueden considerar elevados y puede ser muy peligrosa, sobre todo porque normalmente no presenta síntomas.

Para que una persona pueda ser diagnosticada con hipertensión arterial (tensión alta), la presión debe ser medida varias veces, en estado de reposo, acostado o sentado, en un ambiente tranquilo, preferiblemente en la consulta del médico cardiólogo o internista.

La importancia de medir la tensión arterial, cuando se es hipertenso, radica en que los niveles altos indican que se está produciendo una presión extra sobre las arterias y el corazón, que si se hace crónica, producirá debilidad en las arterias.

Esto representa un riesgo de que las arterias se obstruyan con coágulos de sangre, lo cual puede producir accidentes cerebrovasculares, ataques al corazón, problemas renales graves y hasta demencia.

Tener el equipo necesario para medir la tensión en casa (analógico o digital), es algo muy recomendable, sobre todo para los hipertensos para que lleven un mejor control de los efectos del tratamiento indicado por el médico.

Se recomienda que la persona haga la medición sentada, con el brazo semidoblado encima de una mesa, cuya altura debe estar arriba del diafragma y seguir las instrucciones del equipo. Es muy importante estar bien entrenado para evitar mediciones falsas.

Lee nuestra guía sobre cómo medir la presión arterial de forma correcta: Tips y más cosas

4. Temperatura Corporal

Es importante tener claro que existe una temperatura interna o corporal y otra denominada cutánea.

La primera está regulada por mecanismos fisiológicos y es indispensable para mantener la temperatura interna en valores casi constantes, que varían normalmente solo 0,5 ºC.

La temperatura de la piel o cutánea, varía mucho, de acuerdo con la temperatura del ambiente.

El ser humano es homeotérmico, esto significa que puede mantener la temperatura estable, aún en condiciones extremas de frío o de calor, obviamente dentro de ciertos límites.

Eso se consigue por medio de la regulación de la temperatura, que depende de la relación entre lo que se produce y lo que se disipa de calor.

Son varios los elementos involucrados en la producción de calor en nuestro organismo, principalmente nuestro metabolismo celular, que a su vez está influenciado por factores como actividad muscular, hormonas que aceleran el metabolismo y la alimentación.

Por ejemplo, durante el ejercicio físico o después de haber comido, la temperatura del cuerpo se eleva, en ambos casos hay un aumento de las reacciones químicas.

La temperatura normal promedio está alrededor de los 37 ºC (98,6 ºF), que puede variar dependiendo del tipo de termómetro y de la zona del cuerpo donde se mide.

  • Axila, temperatura normal entre 35,5 y 37 ºC.
  • Boca, temperatura normal entre 36 y 37,4 ºC.
  • Recto, temperatura normal entre 36 y 37,5 ºC.

La importancia de la medición de la temperatura corporal estriba en que nos da la información necesaria para definir cualquier anomalía, como un incremento de temperatura por causa de un medicamento o enfermedad.

Lee nuestra guía sobre las causas de la temperatura corporal baja y síntomas

5. Peso Corporal

La verificación del peso es muy importante para detectar cuando un aumento o pérdida del mismo se sale de los valores normales.

Si se está realizando algún tratamiento para perder o ganar peso, se requieren hacer mediciones para evaluar los progresos y establecer nuevas metas.

En ciertas condiciones patológicas, como en el caso del edema, el control del peso es fundamental para establecer una conducta terapéutica adecuada.

Se puede decir que los cambios del peso del cuerpo, que aparecen de forma repentina y no tienen una explicación aparente, pueden alertarnos de un problema de salud.

Lee nuestra guía sobre el índice de grasa corporal: Conoce su importancia

¿Por Qué Es Importante Medir Los Signos Vitales?

Realizar la medición de los signos vitales es una herramienta de rutina muy importante para el médico. No obstante, también es recomendable que lleves un control individual de los mismos, para informarle al especialista de cualquier alteración.

Los signos vitales siempre se han considerado como instrumentos muy útiles, ya  que pueden auxiliar en el pronóstico clínico de las enfermedades.

Entre los innumerables signos que se utilizan para los exámenes clínicos, se destacan la presión arterial, el pulso, la temperatura, la respiración y el peso. Y podemos decir que por estar relacionados con la propia existencia de la vida, reciben el nombre de signos vitales.

Te invitamos a seguir leyendo artículos interesantes en nuestro blog.

 

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